Hoy en día existen varias opciones atractivas de plataformas digitales de ahorro. Como lo primero que salta a la vista son sus altas tasas de interés es importante que el ahorrador evalúe otros elementos antes de elegir, como el riesgo y la experiencia de cada opción. En este artículo buscamos resumirlos para ayudarlos a seleccionar la mejor alternativa.
¿QUÉ SON LAS PLATAFORMAS DIGITALES DE AHORRO Y CRÉDITO?
Las plataformas digitales de ahorro y crédito, según investigadores del CIDE, tienen el potencial para resolver los principales problemas que impiden el acceso de amplios segmentos de la población a servicios bancarios. Estas empresas tecnológicas, registradas por la CNBV, atienden las necesidades financieras de más de 9.2 millones de clientes.
Ahora bien, ¿hay una “guerra” de tasas entre sofipos en México? Las sociedades financieras actuales, en su mayoría plataformas digitales, representan una evolución tecnológica notable en comparación con las limitadas opciones disponibles hace 18 años. Aunque algunos ven la competencia en este espacio como una “guerra”, nuestra perspectiva es positiva, considerando el aumento de alternativas para respaldar financieramente a un país con un bajo ahorro del 5 por ciento del PIB.
Con la diversificación de plataformas, se destaca la importancia de guiar a los ahorradores en su evaluación para que identifiquen factores distintivos como riesgo, tasa y experiencia.
¿QUÉ SON EL RIESGO Y LAS TASAS DE INTERÉS?
El riesgo y la tasa son los dos principales elementos que utilizan los inversionistas profesionales para tomar sus decisiones y a lo que se debe poner atención. Este planteamiento fue sintetizado en las enseñanzas de William Sharpe, uno de los padres de las finanzas modernas y ganador del premio Nobel de Economía.
Simplificando las lecciones del profesor Sharpe, debemos comparar peras con peras y manzanas con manzanas: las empresas pueden categorizarse como de riesgo bajo, mediano o alto y en cada nivel se espera que paguen un rendimiento diferente. Las entidades de riesgo alto naturalmente deben pagar una mayor tasa porque tienen mayor probabilidad de incumplir sus compromisos y generar pérdidas.
¿Cómo se define el riesgo de una plataforma de ahorro? Lo ideal es que la entidad cuente con calificaciones de riesgo otorgadas por agencias profesionales. La escala tradicional de estas calificaciones otorga “A” a las empresas de bajo riesgo, “B” a las de riesgo moderado y “C” o “D” a las de mayor riesgo.
Estar calificado es una obligación para recaudar dinero en las bolsas de valores porque sin esta información el inversionista tendría que decidir a ciegas. Para las plataformas digitales de ahorro calificarse no es una obligación, pero sí una buena práctica.
Pero, ¿qué elementos debe tener una plataforma para que sea de bajo riesgo? Para una calificación de “A” es necesario un capital fuerte, utilidades positivas por largos periodos, modelos de negocio probados, equipo directivo profesional, contabilidad confiable, socios con reputación intachable y acceso a fuentes diversificadas de fondeo.
ANALIZAR QUÉ OFRECEN LAS PLATAFORMAS DIGITALES DE AHORRO
Una vez evaluado el riesgo, viene la tasa, ¿cuánto debe pagar una empresa calificada como “A”, “B” o “C”? Un análisis de la Universidad de Nueva York sobre todas las empresas con calificación y deuda pública nos muestra que el nivel “A” pagará una sobretasa de 1.42 por ciento; las de “B”, un 5.26 por ciento, y las “C” hasta 17.50 por ciento. Usando cetes como nuestra tasa de referencia, y considerando su nivel de 11.25 por ciento en diciembre de 2023, podemos tener una idea de la tasa que debemos esperar dependiendo del nivel de riesgo de la plataforma que estemos evaluando.
El último de los elementos que proponemos considerar es la calidad de la experiencia con las plataformas digitales de ahorro. Apertura y operación digital, calidad de la atención y de las interfaces de usuario son elementos donde las grandes empresas tecnológicas del mundo marcan la pauta.
A esto debemos agregar elementos específicos del sector financiero: transparencia en contratos, claridad de comisiones, inversiones mínimas, requisitos para acceder a las mejores tasas y permanencia de la propuesta de valor. La experiencia vendría siendo la segunda “B” del triplete: bueno (bajo riesgo), bonito (buena experiencia) y barato (supertasa).
Una buena práctica es evitar la colocación de fondos en instituciones de alto riesgo o aquellas donde la evaluación de riesgos sea limitada. Es fundamental que cada inversionista valore los riesgos y beneficios para prevenir posibles contratiempos que puedan resultar en la pérdida de los ahorros acumulados con esfuerzo. N
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Juan Francisco Fernández es cofundador y CEO de Crediclub. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.