Envuelto en una penumbra espesa, en el escenario se observa a dos personas: una mujer vestida de blanco y un hombre con traje estilo caporal; ambos permanecen sentados en una banca de madera desgastada observando fijamente al frente, regalando por instantes una sonrisa a la audiencia que va ingresando al recinto. Se trata de Wenses y Lala, una obra con casi una década en cartelera.
La compañía Los Tristes Tigres celebrará el noveno aniversario de este montaje en La Teatrería, ubicada en la Ciudad de México, con una temporada especial del 14 de octubre al 17 de diciembre; sábados con funciones dobles a las 19 y 21 horas y los domingos a las 18 horas. Además, la obra presenta a una nueva actriz: Fátima Molina, encargada de dar vida a Lala.
Ambos personajes retratan una historia de amor llena de infortunios, esperanza y resiliencia. Ambientada en algún lugar perdido del norte de México, narra cómo crecieron e hicieron su vida en una atractiva atemporalidad. Wenses es un hombre callado, tímido, pero no por eso menos valiente y de fuertes convicciones; mientras Lala es una joven alegre, sociable y con un gran ímpetu por la vida que enamora a cualquier público.
“Es un privilegio y me resulta muy satisfactorio poder tener el cariño del público que tal vez nos permita seguir presentándonos incluso cuando lleguemos a la tercera edad. Es muy grato ver todo lo que nos ha dado esta obra, todo lo que ha crecido y nosotros con ella”, comenta Adrián Vázquez, director de la obra y quien interpreta a Wenses.
“WENSES Y LALA” NACIÓ EN 2014
En conferencia, Vázquez ahondó en el sitio donde ocurre esta historia romántica y trágica: “Sucede en algún lugar del norte de México, al que se le podría poner nombre, pero en realidad es el reflejo de cualquier sitio golpeado por la violencia”.
A pesar de ello, la naturalidad de las escenas y la narración invita, por medio de la comedia, a revivir los recuerdos más atesorados que la memoria puede conservar: la infancia y los juegos en la calle con los vecinos, el malvado perro que correteaba a todos de camino a la tiendita, los años de escuela, el primer amor, aquel beso inolvidable, cuando mamá nos cantaba , las historias contadas por la familia, una tarde en el campo, la tranquilidad de un río; entre otros pequeños detalles que dan sentido a la existencia.
“Me siento orgulloso de todo lo que ha crecido la obra, pero también observo desde un punto de vista humilde el trabajo que nos toca hacer función con función”, dice.
Desde que nació la obra Wenses y Lala, en 2014, se ha consagrado como una de las favoritas de la audiencia y crítica. Además de esta apuesta, también la compañía Los Tristes Tigres tienen en su cartera: Algo de un Shakespeare, Los que sobran y El hijo de mi padre. N