Veinticuatro poblaciones quedaron inundadas este martes 7 de junio después de un ataque nocturno que destruyó parcialmente la represa de Kajovka, en el sur de Ucrania, informó el ministro del Interior ucraniano, Igor Klymenko, quien añadió que “alrededor de mil” civiles fueron evacuados de la zona.
“Hasta ahora, 24 localidades en Ucrania han sido inundadas. El ministerio del Interior ya ha evacuado a unas mil personas. La evacuación continúa”, dijo Klymenko a la televisión ucraniana.
Oleksander Prokudin, jefe de la administración militar de la región de Jersón, indicó que 1,700 personas fueron rescatadas de las zonas inundadas bajo control ucraniano. Kiev estima que hay que evacuar a más de 17,000 civiles.
LA REPRESA DE KAJOVKA, INFRAESTRUCTURAS CLAVE DE UCRANIA
La represa de Kajovka, que Kiev y Moscú se acusan mutuamente de haber destruido este martes, es una infraestructura clave del sur de Ucrania, que abastece de agua a la península de Crimea, anexionada por Rusia.
Tanto la represa como la central hidroeléctrica fueron tomadas por las tropas rusas al inicio de la invasión de Ucrania, lanzada el 24 de febrero de 2022. El dique de la presa, hecho de hormigón y tierra, tiene 16 metros de altura y 3,273 metros de longitud. Es una de las mayores infraestructuras de este tipo en Ucrania.
La potencia de la central hidroeléctrica es de 334,8 megavatios, según la operadora ucraniana Ukrgidroenergo. Construida en 1956 durante la época soviética, la represa hidroeléctrica de Kajovka permite enviar agua al canal de Crimea del Norte, que arranca en el sur de Ucrania y atraviesa toda la península de Crimea, ocupada y anexionada por Moscú desde 2014.
INUNDACIÓN DE REPRESA ES UN “CRIMEN DE GUERRA”
La destrucción de la represa podría causar importantes dificultades en el abastecimiento de agua de Crimea, un territorio que Kiev quiere recuperar. El incidente de este martes inundó varios pueblos total o parcialmente, según las autoridades ucranianas, que denunciaron “un crimen de guerra” de Rusia.
“El objetivo de los terroristas es evidente: crear obstáculos para las acciones ofensivas de las fuerzas armadas” ucranianas, estimó Mijailo Podoliak, consejero de la presidencia. Las autoridades instaladas por Moscú en la región de Jersón, en el sur de Ucrania, acusaron por su lado a Kiev de haber llevado a cabo “múltiples ataques” en la represa.
UNA ZONA CRÍTICA
Según Kiev, otras 16,000 personas “se encuentran en zona crítica”, amenazada de inundación. En tanto, la Oficina de la ONU en Ucrania tuiteó que “miles de personas en Ucrania están en peligro” después de la gran brecha en la presa y la planta hidroeléctrica de Kakhovka de la era soviética, en el río más grande del país, el Dnipro, en el sureste.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo a los periodistas en Nueva York fuera del Consejo de Seguridad que la ONU no tenía acceso a información independiente para verificar cómo se había producido la catástrofe. “Pero una cosa está clara: esta es otra consecuencia devastadora de la invasión rusa de Ucrania”, dijo, cuyos efectos se están viendo en docenas de pueblos y ciudades a lo largo del río Dnipro.
A largo plazo, “muchos corren el riesgo de quedar sin hogar y en necesidad desesperada, lo que agrava la miseria a la que se enfrentan los ucranianos en medio de la invasión a gran escala de Rusia”, dijo la Oficina de la ONU.
“NOS QUEDAMOS SIN CASA, EL AGUA SE LA TRAGÓ”
Este miércoles 7 de junio, el agua lodosa ya llegaba a los tejados en la ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania, donde los rescatistas siguen evacuando en pequeñas embarcaciones a los habitantes, muchos de los cuales se quedaron sin nada.
“Nos quedamos sin casa. El agua se la tragó por completo. Ya ni se puede ver el techo”, dice Dmitri Melnikov, de 46 años, que fue evacuado junto a sus cinco hijos. “Toda la zona está ahora bajo el agua”, añade. Policías, socorristas y militares evacúan a los habitantes, entre los cuales hay muchos ancianos, y a animales de compañía. Algunos no esperaron y evacuaron a nado o en colchones inflables.
EL AGUA NO SE RETIRA
Algunos de los evacuados, aliviados de estar en un lugar seguro, sonríen al llegar, otros lloran y tiemblan. Casi no reaccionan cuando comienza a sonar una sirena antiaérea. Jersón es regularmente blanco de bombardeos de las tropas rusas.
Voluntarios llevan a las familias a la estación de autobuses, donde algunos toman un autobús gratuito que los llevará a la cercana ciudad de Mikolaiv. También hay un tren para evacuarlos. Pero muchos prefieren quedarse en Jersón o en las ciudades cercanas, mientras esperan que el agua se retire. N
(Con información de AFP)