Un grupo de activistas del grupo Animal Rising robó tres corderos de la finca de Sandringham, propiedad del rey Carlos III, en el noreste de Inglaterra, para protestar contra la cría de animales para la alimentación.
Las imágenes publicadas este jueves 25 de mayo en Twitter por el grupo animalista muestran a tres mujeres robando tres corderos de un campo para darles “una vida en libertad”, según afirma una de ellas. Este miércoles, alrededor de las 20:00, tres mujeres entraron en los terrenos de Appleton Farm y rescataron a tres corderos. “Se esperaba que en breve estos corderos fueran enviados a sacrificar”, explican las activistas en la pagina de la organización.
TRAS EL ROBO DE CORDEROS DEL REY CARLOS III, LAS ACTIVISTAS SE ENTREGARON
La policía local confirmó que las tres mujeres acudieron “voluntariamente” a una comisaría y fueron detenidas “bajo sospecha de robo”. Esta acción marca el inicio de una serie de operaciones de “rescate” de animales que Animal Rising pretende llevar a cabo durante el verano para concienciar a los británicos de la necesidad de cambiar su forma de alimentarse, afirmó el grupo.
“Los corderos, llamados Sammy, Sunny y Sooty han sido llevados a un lugar seguro, lejos de los daños de la cría de animales”, indicó en el comunicado la organización. “Nuestras acciones han salvado a una familia de ovejas del sacrificio. También han hecho una pregunta más amplia sobre nuestra rota relación con los animales y la naturaleza.
“Hemos rescatado ovejas de Sandringham porque la Familia Real, más que cualquier otra, tiene la responsabilidad de predicar con el ejemplo y mostrar el camino para hacer frente a las crisis del clima y la naturaleza. Las ovejas aquí son seres vivos, dignos de libertad como cualquiera de nosotros”, dijo Rosa Sharkey, una de las jóvenes activistas.
LAS PROTESTAS AUMENTAN
Añadió: “El rey Carlos es un autoproclamado ambientalista y amante de la naturaleza, depende de él corregirlo. Él y su familia son los representantes globales de una nación conocida por ser amantes de los animales, deberían demostrarlo”.
La finca de Sandringham, que abarca varios miles de hectáreas de bosques, cultivos y jardines, ha pertenecido a la familia real británica durante cinco generaciones. Carlos III la heredó a la muerte de su madre, la reina Isabel II, en septiembre. Este jueves, otros tres activistas del grupo ecologista Just Stop Oil fueron detenidos en Londres tras arrojar pintura naranja sobre una pieza en la exposición floral de Chelsea, informó ese grupo, que lucha por que cese la explotación de hidrocarburos. N