Científicos descifraron cómo una especie de aves de los desiertos del sur de África es capaz de transportar agua para sus polluelos, a largas distancias, acumulada en sus plumas del vientre.
Estas plumas absorben y retienen agua de manera tan eficiente que las aves macho de la ganga de Namaqua pueden volar más de 20 kilómetros desde un abrevadero distante de regreso al nido. Y con esta trayectoria aun así retener suficiente agua en sus plumas para que los polluelos puedan beber y sobrevivir en los abrasadores desiertos de Namibia, Botsuana y Sudáfrica.
¿Cómo funcionan esas plumas? Si bien los científicos infirieron una imagen aproximada, se necesitaron las últimas herramientas de microscopía. Asimismo, un trabajo paciente con una colección de plumas de ganga para desbloquear los detalles estructurales únicos que permiten que las plumas de las aves retengan agua.
Los hallazgos aparecen en el Journal of the Royal Society Interface. El artículo tiene como autores a Lorna Gibson, profesora de ciencia e ingeniería de materiales y de ingeniería mecánica en el MIT, y el profesor Jochen Mueller, de la Universidad Johns Hopkins.
Gibson y Mueller llevaron a cabo su estudio utilizando microscopía electrónica de barrido, microtomografía computarizada e imágenes de video. Tomaron prestadas las plumas del vientre de la ganga Namaqua del Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard. Este recinto tiene una colección de especímenes de alrededor del 80 por ciento de las aves del mundo, informa el MIT.
LAS “PÚAS” DE LAS AVES TRANSPORTADORAS DE AGUA
Las plumas de las aves en general tienen un eje central, desde el cual se extienden púas más pequeñas, y luego se extienden bárbulas más pequeñas. Sin embargo, las plumas de ganga tienen una estructura diferente. En la zona interna de la pluma, las bárbulas tienen una estructura enrollada helicoidalmente cerca de su base y luego una extensión recta.
En la zona exterior de la pluma, las bárbulas carecen de espiral helicoidal y son simplemente rectas. Ambas partes carecen de los surcos y ganchos que mantienen unida la veleta de las plumas de contorno en la mayoría de las otras aves.
Cuando se humedecen, las partes enrolladas de las bárbulas se desenrollan y giran para quedar perpendiculares a la veleta, produciendo un denso bosque de fibras que pueden retener agua a través de la acción capilar. Al mismo tiempo, las bárbulas de la zona exterior se enroscan hacia adentro, lo que ayuda a retener el agua.
UN HALLAZGO DE LA MICROSCOPÍA
Las técnicas de microscopía utilizadas en el nuevo estudio permitieron medir las dimensiones de las diferentes partes de la pluma. En la zona interior, los ejes de las púas son lo suficientemente grandes y rígidos para proporcionar una base rígida sobre la cual se deforman las otras partes de la pluma.
Asimismo, las bárbulas son lo suficientemente pequeñas y flexibles para que la tensión superficial sea suficiente para doblar las extensiones rectas en forma de lágrima, estructuras que retienen agua.
En la zona exterior, los ejes de las púas y las bárbulas son aún más pequeños, lo que les permite enrollarse alrededor de la zona interior, reteniendo aún más el agua.
Si bien el trabajo anterior había sugerido que la tensión superficial producía las características de retención de agua, “lo que hicimos fue tomar medidas de las dimensiones y hacer algunos cálculos para mostrar que eso es lo que realmente está sucediendo”, dice Gibson. El trabajo de su grupo demostró que las distintas rigideces de las diferentes partes de las plumas juegan un papel clave en su capacidad para retener agua. N
(Con información de Europa Press)