El área deforestada en el Cerrado, la sabana de Brasil, se incrementó un 25 por ciento entre agosto de 2021 y julio de este año, con de 10,689 kilómetros cuadrados ( km²) destruidos, la mayor marca en los últimos siete años, de acuerdo con datos oficiales difundidos este miércoles 14 de diciembre.
La superficie perdida se acerca a la destruida en la Amazonía en igual periodo, de 11,568 kilómetros, según los datos del sistema de vigilancia de deforestación PRODES, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil.
En la Amazonía la deforestación cayó 11 por ciento en 12 meses, aunque se mantiene en un alto nivel. El año anterior, la deforestación en el bioma del Cerrado, una de las sabanas tropicales con mayor biodiversidad del mundo y hogar de alrededor de un centenar de pueblos indígenas, había alcanzado 8,531.44 kilómetros cuadrados.
“Este es el tercer año consecutivo de aumento en la destrucción del Cerrado, una situación nunca vista en la serie histórica” del INPE, con registros anuales desde 2000-2001, destacó un informe de la organización ambientalista WWF Brasil, basado en los datos gubernamentales.
Es el mayor registro de deforestación anual en el Cerrado desde el periodo de agosto de 2014 a julio de 2015 (11,100 kilómetros cuadrados). Con casi dos millones de km² —el tamaño de México—, ocupa cerca de una cuarta parte del vasto territorio brasileño. Durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, iniciado en 2019, la pérdida de vegetación nativa en el bioma acumuló un total de 33,444 km2, equivalente a “más de seis veces el área de Brasilia”, indica la ONG.
“DEBEMOS CAMBIAR LA TRAYECTORIA DE LA DEFORESTACIÓN EN BRASIL”
En tanto, en la Amazonía la deforestación anual promedio bajo la administración del ultraderechista aumentó 59.5 por ciento respecto a los cuatro años anteriores, según cifras del INPE.
Bolsonaro, que acabará su mandato a finales de este año tras perder la reelección en las elecciones de octubre frente al expresidente (2003-2010) izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, ha sido acusado por ambientalistas de haber debilitado los programas de protección y de promover la destrucción con su defensa de la minería y de la explotación económica de áreas protegidas. Lula prometió trabajar para eliminar la deforestación en 2030, una vez que asuma el poder el 1° de enero.
“Debemos cambiar urgentemente la trayectoria de la deforestación en el Cerrado (…) Menos Cerrado significa alimentos y energía eléctrica más caros”, dado que alimenta de agua a represas clave en la generación”, advirtió Edegar de Oliveira Rosa, director de Conservación y Restauración de WWF Brasil, citado en el comunicado. N