Un estímulo complementario tiene alrededor de 24 semanas aplicándose en México por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Antes, recordar que la demanda de combustibles como gasolina y diésel ha regresado a los valores prepandémicos que tenía el mercado.
La pregunta que surge: ¿es correcta la estrategia? La respuesta: se indica que sí, desde el punto de vista de forma directa al consumidor, pero no para controlar la inflación en lo general (julio, 8.15) y a la no subyacente (julio, 9.15), las cuales muestran una tendencia ascendente continua para el resto de 2022.
Los combustibles representan un gran peso en la variante de la inflación. Recordemos que México importa más del 60 por ciento de los combustibles (64 por ciento gasolinas, y 60 por ciento, diésel), y actualmente las refinerías tienen una tendencia de utilización no mayor del 51 por ciento. La refinería Olmeca no cubrirá la totalidad de la demanda si continúa esta propensión.
Ante esto, en el mercado mexicano ocurrió un descubrimiento estadístico financiero, donde el Servicio de Administración Tributaria (SAT) pudo identificar algunas variables que determinaron algunos modos del cómo eran importados la gasolina y el diésel hasta antes del incremento del precio del barril a los valores observados en las semanas recientes a partir de marzo.
El origen del descubrimiento: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al observar el incremento del precio del barril y los precios de los combustibles en el mercado de Estados Unidos, aplica una variante para el cálculo del precio a los consumidores. Ello origina el llamado “estímulo complementario”.
ENAJENACIÓN DE COMBUSTIBLES
El estímulo fue aplicado a la enajenación de los combustibles en forma directa a los importadores o comercializadores de estos. Significa que, si tú compras combustibles en México o fuera de este (importas), no pagarías el IEPS. Y adicionalmente te reconocerían un monto en pesos por cada litro, lo cual ayudaría a recobrar el sobrecosto de la compra.
Es decir, si tú compraste la gasolina regular en una refinería o centro de almacenamiento, pagaste 28 pesos y el gobierno en la semana determinó, por medio de la SHCP, que habría un estímulo complementario de 7 pesos para poder mantener la gasolina en el mercado a no más de 21 pesos.
Los que enajenaron este producto podrían solicitar vía devolución ante el SAT dicho monto por litro. Pero la condicionante a la empresa que solicita dicho trámite debería mostrar la trazabilidad del combustible, así como estar al día en sus impuestos declarados.
Lo observado en el SAT: existe una importación inadecuada de combustibles en México, y un mercado no declarado en gravámenes no registrados en función de la demanda observada.
Para llegar a esto, el SAT descubrió que hay una demanda real estimada acumulada de enero a junio de 240.9 millones de barriles (1.338 millones de barriles diarios) de gasolina y diésel en el mercado mexicano. De los cuales, solo se realizó gravamen de estos combustibles por 214.5 millones de barriles (1.192 MBD). La diferencia entre la calculada y gravada es de 20.6 millones de barriles (147,000 barriles diarios), considerada esta divergencia en un mercado de venta ilícito.
DEVOLUCIÓN DEL ESTÍMULO COMPLEMENTARIO
Las importaciones no están pagando IEPS, sino que se está realizando la devolución del estímulo complementario correspondiente por litro vendido directamente por el importador. Ello elimina los incentivos para la actividad de contrabando, al no poder declarar una trazabilidad y procedencia, limitando el solicitar la devolución de cada litro enajenado.
Por último, la importación de lubricantes se incrementó 79 por ciento en 2021 sobre la demanda legítima del mercado, sin que exista algún sustento en la actividad económica de alza. En 2022, disminuyó el volumen de importación de esto, dejando en claro al SAT que son usados como medio de evasión para importar diésel y gasolina debido a que la demanda de lubricantes corresponde al mes de junio en forma acorde a lo esperado.
Estos indicadores dejaron en claro que existe una alteración en el mercado y que en forma accidental fueron descubiertos. Así se implementó el estímulo complementario, dando herramientas matemáticas, financieras y estadísticas de la distorsión del cómo era cubierta la demanda en el mercado mexicano.
El estímulo complementario ha servido para calibrar el mercado en forma accidental, pero no ha ayudado a contener la inflación. Según datos del SAT, el gobierno ha destinado 161,445 millones de pesos para controlar la inflación. De estos, 117,398 millones corresponde a no cobrar el IEPS, y 44,047 millones, al estímulo complementario decretado a partir del 4 de marzo.
¿Y LA CALIDAD DEL COMBUSTIBLE?
El control de la calidad del combustible no está en las estaciones de servicio debido a que dependen del comercializador o distribuidor para su trazabilidad. Se ha observado que Pemex ha incrementado en volumen de importaciones comparados con los privados, y este deriva del descubrimiento estadístico del SAT observado.
Aquí solo queda indicar si es necesario tener una mejor calidad de combustibles al tener mejores aditivos como oxigenantes (MTBE y Etanol) incluidos en las mezclas para que ayuden a tener una combustión completa, y aumenten los kilómetros recorridos por cada litro una vez que hay claridad de la procedencia de los combustibles.
Hoy en México el precio de los combustibles al consumidor es más caro comparado con el mercado de Estados Unidos, alrededor de 1.20 a 1.30 pesos por litro en el promedio de la media nacional respecto a la gasolina regular. Pero en el diésel, en el mercado de nuestro vecino está por arriba de los 2.65 a 2.70 pesos por litro en promedio más alto. N
—∞—
Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Es autor del canal Energía sin política. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.