Freya, una joven morsa hembra, es la sensación del verano en Noruega, donde juguetea en el fiordo de Oslo y, también, daña algunos barcos con sus cerca de 600 kilos.
Freya, ya observada en el Reino Unido, los Países Bajos, Dinamarca y Suecia, decidió pasar parte del verano en Noruega. En este país primero adquirió notoriedad al subirse a embarcaciones de paseo en Kragerø, idílica aldea costera del sur, antes de hacer lo mismo en las aguas de la capital desde el 17 de julio.
La presencia de mamíferos que viven normalmente en latitudes más septentrionales del Ártico ha despertado la curiosidad de la población local. Además, ha suscitado la atención de la prensa.
El periódico Verdens Gang decidió incluso transmitir en directo, en su sitio internet, algunos momentos de la vida de Freya.
Entre dos grandes siestas, una morsa puede dormir hasta 20 horas al día. Freya fue filmada cazando un pato, y también se percibió su ataque a un cisne. En la mayoría de los casos, igualmente se le vio dormitar en embarcaciones que se hunden bajo su peso.
TRASLADAR A LA MORSA ‘FREYA’ O SACRIFICARLA
“Los daños materiales son una lástima, pero es lo que ocurre con la presencia de animales salvajes”, explicó un responsable de la dirección de Pesca, Rolf Harald Jensen, al canal TV2. Al mismo tiempo, mostró una desafortunada embarcación neumática víctima del peso del animal.
Después de haber considerado la posibilidad de trasladar a Freya o incluso de sacrificarla si representaba un peligro para la población, las autoridades noruegas decidieron dejar que la naturaleza siguiera su curso.
“Ella está bien, se alimenta, descansa y parece estar en buen estado”, explicó la dirección de Pesca en un comunicado el lunes.
Sin embargo, las autoridades insisten en la necesidad de mantener la distancia y desaconsejan enérgicamente ir a nadar o hacer kayak cerca de Freya. Ella “no es necesariamente es tan pacífica como se puede creer cuando descansa“.
“Una morsa normalmente no representa un peligro para los seres humanos, siempre y cuando nos mantengamos a una distancia segura. Pero si es perturbada por los humanos y no puede descansar lo suficiente, puede sentirse amenazada y atacar”, señalan.
Especie protegida, la morsa se alimenta principalmente de invertebrados como moluscos, camarones, cangrejos y peces pequeños.
Su peso promedio en la edad adulta es de alrededor de una tonelada para un macho y de 700 kilos para una hembra. N
Con información de AFP