Rodeado por un mar color turquesa y la arena blanca que distingue a la isla de Cozumel, en la Península de Yucatán, se ubica uno de los rellenos sanitarios más importantes, en la carretera Costera Oriental del kilómetro 42. En la entrada apenas se alcanzan a distinguir algunos residuos entre la tierra, como bolsas plásticas, y en el cielo, la fauna nociva del lugar.
Con vista al mar, desde uno de los puntos más altos en la Isla de Cozumel, se encuentra un montículo elevado formado por residuos y tierra que han sido compactados y rociados con el líquido lixiviante que proviene de la laguna de almacenamiento.
De acuerdo con Israel Edson Bonilla Tejada, gerente del Relleno Sanitario de Cozumel de la Promotora Ambiental PASA Operaciones S. A. de C. V., ese montículo de tierra podría considerarse el punto más alto en la isla al tener una elevación de 18 metros de altura. Es el resultado del tirado de residuos de las unidades recolectoras que dan cobertura diaria.
En el Relleno Sanitario de Cozumel, al cual Newsweek en Español tuvo acceso, no se permite la entrada a pepenadores como parte de la operatividad de esta empresa. Eso ha logrado evitar conflictos por la gestión y recuperación de residuos.
VIGILAR LAS CELDAS
El Ayuntamiento de Cozumel tiene un solo relleno que cumple con la NOM-83-SEMARNAT-2003 y con la clasificación Tipo A. Con 12 años de operatividad en este sitio de disposición final, Edson Bonilla, ingeniero civil por la Universidad Autónoma Benemérita de Puebla, explica la importancia de cada punto controlado para el manejo de los residuos, desde la báscula donde las góndolas o camiones recolectores registran la cantidad de residuos que han recuperado y el punto de tiro de las celdas, hasta la recepción de los líquidos lixiviados en la laguna de almacenamiento que evita que se filtren por el suelo de piedra caliza característico de la isla.
Las celdas son lugares que se proyectan para tener un espacio de disposición, de ahí que cada una tiene un espacio útil para ser utilizado y llenarse de residuos. En función de la cantidad de residuos que se registran en una base de datos por día, mes y año se logra saber la vida útil que tendrá el sitio.
“Si no tuviéramos el control de saber cuánto va a durar una celda, no sabríamos cómo operarla ni el tiempo de espera para tener lista la siguiente celda. Porque la basura no espera, la basura se genera todos los días”, explica Bonilla.
En México, hasta febrero de 2014, el Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Delegacionales 2011 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) contabilizó 1,881 sitios de disposición final para los residuos.
EL RETO DE GESTIONAR RESIDUOS
De ese total, 238 son rellenos sanitarios y 1,643, tiraderos a cielo abierto. Ante esto, gestionar los residuos en el país continúa siendo un reto, ya que se debe cumplir con una serie de acciones orientadas a la separación de los residuos para su valorización, reducción del volumen y la modificación física o química de las propiedades de los materiales.
Lo anterior, con la finalidad de facilitar su disposición final y reducción del impacto en la salud humana y los ecosistemas, acorde con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos.
“La basura es completamente inestable, se está degradando, se está descomponiendo, y los asentamientos que presentan [estos sitios] pueden ser muy variados. De ahí la necesidad de emplear distintos tipos de materiales”, señala Bonilla.
En 2010, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) reconoció la calidad ambiental del servicio de recolección de basura y el relleno sanitario de Cozumel al señalar que “hay un buen manejo de los residuos sólidos en esa isla”.
Este medio consultó a la Semarnat cuántos rellenos sanitarios cumplen con la NORM-083-SEMARNAT-2003, pero no hubo respuesta al cierre de este reportaje.
En la península de La Paz, Baja California Sur, se encuentra un relleno sanitario controlado. En su construcción le hace falta cumplir con las disposiciones que plantea la NOM-083-SEMARNAT-2003, las cuales garantizan la salud de los habitantes y los ecosistemas que le rodean.
Hasta ahora solo es un sitio controlado de disposición final de los residuos y cumple con algunas de las especificaciones de un relleno sanitario. Sin embargo, autoridades indicaron a este medio que ya se encuentran trabajando para obtener dicha certificación.
EL TRABAJO DE REGENERACIÓN
Daniel Cabral Ramírez, director de saneamiento en la Dirección de Servicios Públicos Municipales de La Paz, Baja California Sur, explica que al sitio controlado de disposición final ingresan diariamente 400 toneladas de residuos.
Un reporte hecho por el Observatorio Ciudadano Como Vamos La Paz, A. C. con apoyo de la United States Agency International Development (USAID, por sus siglas en inglés), señala que en la ciudad se generan hasta 140,244 kilos diarios de residuos domésticos.
De esas cifras, el estudio La Paz en números 2021 muestra que 51,259 kilos diarios corresponden a comida; 30,952 kilos son de jardinería, y 12,243 kilos generados son de pañales y toallas sanitarias.
Tan solo 41,077 kilos diarios corresponden a residuos domésticos recuperables como cartón, latas, papel, plástico, envases PET, vidrio y aluminio.
A pesar de la cobertura diaria que se da a los rellenos sanitarios, cuando se llega el momento de clausurar uno que recibió un manejo adecuado de los residuos es posible regenerarlo y reconvertirlo en espacio verde.
Explica Daniel Cabral que los rellenos sanitarios, como el de La Paz, se pueden regenerar. Una vez que se ha rellenado todo, se deja una capa de tierra de 30 a 50 centímetros, aproximadamente. Esta es la etapa final para después hacer diferentes plataformas, tapar con concreto o edificar.
“El terreno donde estamos ya tiene la suficiente compactación. La idea que tiene ahorita la presidencia [municipal] es, justamente, reforestar en estos espacios. La tarea que tenemos ahorita es cubrir, cubrir y cubrir. En un futuro, sí queremos por lo menos mantener un espacio verde dentro de lo que es el tiradero de basura”, adelanta.
REFORESTAR EL RELLENO
Hasta ahora, en el relleno sanitario de esta ciudad se han presentado cinco incendios en lo que va de 2022, según cifras proporcionadas a este medio por la Dirección General de Servicios Públicos Municipales.
“Apenas acabamos de limpiarlo, prácticamente. A mediano plazo ya podemos empezar a reforestar en esos espacios que tienen la compactación de la capa de tierra y que ya está lo suficientemente buena para realizar la reforestación”, señala Cabral.
Las autoridades de este municipio tienen entre sus planes comenzar a reforestar en uno o dos años. Sin embargo, esto dependerá del tratamiento que den al relleno sanitario.
“Ya en algunas partes hemos sembrado un arbolito o instalado cierta infraestructura. Por ejemplo, en una parte donde había basura ya tenemos alumbrado. Ahorita tenemos algunas plantas sembradas y yo creo que, en corto plazo, podemos empezar hacer algo diferente, aquí en el relleno.
“Se tienen que plantar especies endémicas, o sea, de aquí mismo, nativas. No podemos tener plantas que ocupen mucha agua, sino las mismas que son de aquí de la región”, añade Cabral.
Edson Bonilla, del relleno sanitario de Cozumel, Quintana Roo, señala que estos sitios pueden tener un segundo objetivo de vida, siempre y cuando se cumpla con un manejo adecuado de los residuos que se ingresan. Específicamente, enfocado en el manejo de los líquidos lixiviados y de gases.
“Hablamos de partes donde puedan ir las familias si son sitios que estén muy bien controlados en cuanto al manejo de los subproductos, porque todavía generan gases y todavía generan líquidos”.
UN SITIO COMPLETAMENTE ENVERDECIDO
“Por ende —describe Bonilla—, toda la infraestructura que tiene que ver con manejar estos productos tiene que seguir operando de forma correcta. Se trata de que puedas ir un día de campo y no percibas que fue un tiradero o un vertedero; sino que ahora es un sitio completamente enverdecido”.
Un problema importante que atender en la protección de los ecosistemas marinos es la reducción de plásticos de baja densidad como las bolsas. En La Paz a diario se generan hasta 8,414 kilos diarios de este material que terminan en el mar y que tiene una vida útil de 15 minutos y 150 años en los ecosistemas.
El peligro de este material para la fauna marina como las tortugas es que estas llegan a confundir las bolsas plásticas con medusas y, al ingerirlas, les producen la muerte. Datos de la campaña #Desplastifícate señalan que una bolsa plástica permanece en el mar 150 años. #Desplastifícate es una alianza conformada por más de 35 organizaciones civiles, entidades gubernamentales y comercios comprometidos con el medioambiente en Baja California Sur.
En una reunión durante el mes de abril, representantes de Ponguinguiola, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Mar Libre, el Observatorio Ciudadano Cómo Vamos La Paz, Amigos por la Conservación de Cabo Pulmo, Ecorrrevolución y Alianza Cero Basura Todos Santos y El Pescadero expusieron las principales acciones que han desarrollado en conjunto por una península libre de plásticos.
PLÁSTICOS DE UN SOLO USO
Mario Sánchez, director regional noroeste del CEMDA, señala que entre los aciertos que han logrado con la alianza #Desplastifícate destaca el haber documentado el problema del uso de plásticos de un solo uso en Baja California Sur, lograr una reforma a la legislación en materia ambiental en el estado y una norma técnica en materia de plástico de un solo uso.
A casi cuatro años de concretarse esta alianza, el trabajo de las 35 organizaciones logró posicionar el problema de los plásticos de un solo uso en la agenda pública. Incluso, en la sociedad lograron crear conciencia entre ciudadanos, empresas y negocios.
“Hoy, en Baja California Sur, ya está en la conciencia popular que la bolsa de plástico, los uniceles y popotes están prohibidos. Y grandes cadenas locales, nacionales y de tiendas ya lo tienen implementado en su haber. Son algunos de los logros de la Alianza”, explica.
Ruth Ramírez, de la dirección operativa en el Observatorio Ciudadano Cómo Vamos La Paz, explica en números que durante los carnavales que se han llevado a cabo en el malecón en años anteriores se han recabado hasta 40 toneladas de residuos.
Otras organizaciones contabilizaron la cantidad de popotes que se generaban en un solo día en el área de La Paz. Entre popotes, bolsas plásticas y contenedores de unicel registraron cifras por encima de los 2,000 kilos tan solo en el malecón.
“Un millón de popotes hace la diferencia. Una de las claves es el cambio de hábitos de consumo y desde la sociedad civil, el poder ejercer la gobernanza, tanto gobierno, sociedad civil y academia”.
LA IMPORTANCIA DE LA INFORMACIÓN
“Este es un tema de economía circular —continúa Ramírez—. Recordemos que el primer paso para la participación ciudadana es la información. Entonces, si damos esa información voltean a ver la problemática”, añade.
Uno de los actores sociales clave en La Paz, Baja California Sur, que trabaja con los principios de economía circular para una ciudad sostenible es Ponguinguiola, organización civil fundada por Mónica Robinson Bours Muñoz cuando uno de sus tres hijos presentó una lesión cerebral. Eso la llevó a capacitarse en programas educativos que permitieron a su hijo, hoy, ser un joven con altas capacidades intelectuales y físicas.
Ponguinguiola tiene 18 años de experiencia en el trabajo con programas educativos y el emprendimiento de acciones ambientalmente responsables que detonan la participación de los ciudadanos, como sucedió en 2005 con la campaña ¡Qué Papelazo! por la separación de residuos reciclables en las escuelas.
Más de una década después, la organización civil comenzó la planeación de la campaña #Desplastifícate en La Paz con la reestructuración de sus programas, donde el reciclaje ya no es la única solución e identificaron que el cambio también comienza modificando los hábitos de consumo en la comunidad.
Así es como nace la idea de repensar en el tratamiento y la gestión de los residuos sólidos. Identificaron un importante consumo comunitario de tres plásticos de un solo uso que, por sus dimensiones, son enemigos de los ecosistemas marinos: popotes, bolsas plásticas y unicel.
En 2018, Ponguinguiola unificó a 35 organizaciones de la sociedad civil de Baja California Sur para crear la Alianza #Desplastifícate con la que motivan a la población a modificar sus hábitos de consumo para reducir y eliminar los plásticos de un solo uso. Esta es una propuesta para acabar con la economía lineal.
BENEFICIO ECONÓMICO Y AMBIENTAL
“Que las personas vean el beneficio y que ya no sea solo el ‘voy a sacar la basura afuera de mi casa’, sino ‘voy a separar mis residuos para tener un beneficio’. Ellos lo van a ver primero como un beneficio económico, pero, indirectamente, es ambiental”, señala en entrevista Mayra Gutiérrez directora general de Ponguinguiola.
El 18 de junio de ese año el Congreso aprobó por unanimidad un decreto a la Ley del Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente en el Estado de Baja California que establece la eliminación del uso de bolsas plásticas, contenedores de unicel y popotes de plástico.
Hoy Ponguinguiola colabora con la Dirección de Ecología del Ayuntamiento de La Paz. El fin es facilitar estrategias y propuestas destinadas a dar solución a la gestión de residuos en el municipio.
Danae Kerr Fenton Bringas, jefa del Departamento de Transferencia de la Dirección de Saneamiento Ambiental de Servicios Públicos Municipales en La Paz, explica en entrevista que esta colaboración busca que las personas aprendan a separar sus residuos y, así, evitar que lleguen al relleno sanitario.
“Apenas estamos en este reconocimiento y mapeo muy general de nuestros residuos. Esto trae esperanza de que se esté fomentando esta conciencia del ecosistema, del ambiente, de dónde estamos y qué producimos. Porque obviamente vamos a tener un impacto en el ambiente”, añade.
“En el Pacífico ya no queremos generar eso [plásticos]. Entonces es atacar varias cosas. Indirectamente es a las personas que, cuando vayan a la playa, no van a dejar sus residuos, que es la forma más cercana de contamina el mar”, concluye Mayra Gutiérrez.
LEGISLACIONES REGULAN LOS RESIDUOS SÓLIDOS EN MÉXICO
El Banco Mundial señala que el adecuado manejo de un relleno sanitario impulsa la salud y genera un impacto positivo en el ambiente. Los residuos se cubren con una capa de suelo. Eso resulta en la menor proliferación de olores y desarrollo de fauna nociva que podrían impactar directamente en la salud de la población.
En México, la legislación relacionada con el manejo de los residuos sólidos se encuentra en leyes federales y normas mexicanas:
- Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
- Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente
- Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos
- NOM-083-SEMARNAT-2003
Legislaciones estatales:
- Ley Estatal de Prevención y Gestión Integral de Residuos
- Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente
- Reglamento de la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente
Legislaciones municipales:
- Bando Municipal
- Reglamento del Servicio de Limpia Municipal
- Ordenamientos municipales. N