Después de que un grupo de soldados rusos acribillaran a su familia, una niña de 13 años fingió estar muerta para no correr la misma suerte. En una declaración emitida el 3 de junio, autoridades de la policía de la región de Kiev anunciaron: “Dasha, de 13 años, fingió estar muerta para que unos soldados de la Federación Rusa no la ejecutaran.
“Una columna de militares rusos ingresó en Katyuzhanka a fines de febrero. Mientras la niña y su familia intentaban regresar a casa, los invasores abrieron fuego contra el auto en que viajaban”, prosiguió la declaración.
“Los padres perecieron de inmediato y, entonces, el vehículo comenzó a arder. Dasha trató de escapar. Sin embargo, los rusos siguieron disparando y la hirieron de gravedad”, precisaron las autoridades policiacas.
“Malherida, la niña se arrastró por el suelo para esquivar las balas, y sobrevivió de milagro”, concluyó el comunicado.
El general Andriy Nebitov, jefe de la policía para la región de Kiev, precisó que Dasha, sus padres y su abuelo estaban de regreso a casa en un Hyundai Sonata cuando sufrieron el ataque del convoy militar ruso.
El padre y la madrastra murieron dentro del vehículo. En tanto, Dasha saltó del auto y corrió a protegerse detrás de un camión mientras los soldados rusos seguían disparándole.
Una vez que los militares se aproximaron a la niña, tiraron de su pierna, la dieron por muerta y abandonaron el lugar.
“ME QUEDÉ TENDIDA EN EL SUELO”
La niña estaba cubierta de sangre, pues había recibido dos impactos de bala: uno en un brazo y otro en un muslo. En sus propias palabras, la menor relató: “No sentí dolor cuando me hirieron las balas. Estaba como paralizada.
“Me quedé tendida en el suelo, debajo de unos tablones. Y al darme cuenta de que nadie se acercaba para ayudarme, me arrastré bajo una cerca”, explicó la niña.
“Enterraron a papá junto con Inna en el cementerio del lugar”, concluyó Dasha. El destino de su abuelo aún es incierto.
Los tablones que menciona la víctima eran unos pedazos de madera desechados cerca de la cerca bajo la cual intentó ocultarse. Zenger News contactó con funcionarios rusos y ucranianos para pedir comentarios, pero no recibió respuesta alguna al momento de la publicación de esta información.
La invasión rusa de Ucrania se inició el pasado 24 de febrero, en lo que el presidente Vladimir Putin describió como un “operativo militar especial” para “desmilitarizar y desnazificar” el país.
Si bien las autoridades rusas siguen aferradas al término “operativo militar especial”, el Kremlin enfatiza que ahora la misión es “proteger el Dombás”.
CRÍMENES DE GUERRA
Las Fuerzas Armadas de Rusia están acusadas de perpetrar crímenes de guerra a lo largo de una invasión que se ha prolongado más de 100 días. Las trasgresiones cometidas incluyen: ataques deliberados contra objetivos civiles, así como ataques indiscriminados en áreas de gran densidad poblacional.
A partir del 1 de abril, después de que las fuerzas rusas se retiraran del norte de la ciudad capital de Kiev, comenzaron a surgir acusaciones y evidencias de violaciones, torturas y ejecuciones sumarias de civiles ucranianos.
El pasado 2 de marzo, la fiscalía de la Corte Penal Internacional abrió una investigación exhaustiva en torno de las denuncias de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio recibidas desde el 21 de noviembre de 2013.
Por su parte, la Fiscalía General de Ucrania ha documentado más de 14,000 crímenes de guerra e identificado a más de 600 agresores. Por ello inició procedimientos judiciales contra más de 80 de ellos. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).