Pensar en negocios sin duda es algo que está plenamente relacionado con el capitalismo. En definitiva, la concepción que tenemos (negocios) ha ido tomando forma a la par que este modelo (capitalismo) ha venido evolucionando y consolidándose en la mayoría de las democracias occidentales.
Pensar en ciertos principios básicos es natural: minimizar costos, maximizar utilidades.
Esto que acabo de mencionar es el paradigma dominante y ha marcado el diseño de la mayoría de los modelos y herramientas de negocio, de las estrategias corporativas y, por supuesto de elementos centrales como la competencia, la diferenciación y el mercado.
Como resultado hemos obtenido innovación en todos los ámbitos. Pero también ciertas implicaciones ambientales y sociales que, aunque ya las habíamos visto desde hace décadas, hoy día están tomando una mayor relevancia y conciencia en las diversas comunidades.
Efectos tales como el desequilibro económico que abona a las desigualdades, la propagación de estilos de vida anclados al consumismo, la degradación ambiental en aras de maximizar las producciones, la proliferación de “guetos” laborales y condiciones altamente diferenciadas entre quienes toman decisiones y quienes laboran en las organizaciones son cada día son más palpables. Y forman ya parte de las conversaciones en diversos ámbitos: empresariales, académicos, políticos.
NUEVA FUERZA LABORAL
Estamos también ante una creciente fuerza laboral joven. Personas que han crecido con valores distintos: inmediatez, conexión de pares, sentido crítico, democratización de la información, sentido de comunidad, enfoque a la sustentabilidad.
Están determinando ciertas condiciones que bien podrían ser un parteaguas para abonar a la evolución tanto del capitalismo como modelo o filosofía, así como también sobre la conceptualización de los negocios en sí.
Desde la fortuna que tengo de ser académico, y habiendo escuchado una intervención de Raj Sisodia con estudiantes, mencionaba conceptos, ideas y propuestas sobre la temática conocida como negocios conscientes, temática que él lidera a nivel mundial y mencionaba una frase que retumbó en mi mente: “Negocios para sanar”.
Hablaba de la importancia de usar los negocios para el bien y la transformación de la sociedad, como una especie de instrumento capaz de aprovechar todo lo avanzado en modelos, herramientas y paradigmas, para así abonar a una transformación profunda que permita realmente trabajar para solucionar los grandes problemas que como humanidad enfrentamos.
Sin duda es una propuesta que estoy seguro empezará a tener un eco profundo y que nos llevará por un camino diferente. Un camino reconciliador y necesario para los tiempos que corren… los negocios para sanar. N
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Jorge Ordóñez es director de División de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.