Expertos y líderes globales se reunieron el año pasado para realizar el simulacro de un brote mortífero de viruela símica, zoonosis mejor conocida como viruela del mono.
Y ahora sucede que los resultados de aquel ejercicio empiezan a llamar la atención, pues la enfermedad —que rara vez se manifiesta fuera del territorio africano— está ocupando los titulares de todo el mundo con casos registrados en varios países, incluidos el Reino Unido y Australia.
El 1 de marzo de 2021, la Iniciativa de Amenazas Nucleares (NTI) y la Conferencia de Seguridad de Múnich llevaron a cabo un ejercicio anual (esa vez, mediante una sesión virtual a causa de la pandemia de covid-19) cuyos resultados, publicados en noviembre del mismo año, detallaron tanto el escenario como los hallazgos clave y las recomendaciones prácticas derivadas del simulacro.
Según dicho informe, el escenario teórico de la NTI propuso “una pandemia global mortífera debido a una rara cepa del virus de la viruela del mono, surgida en la nación ficticia de Brina y diseminada a todo el mundo durante un periodo de 18 meses”.
Con base en ese escenario, el brote inicial del simulacro habría de iniciar tras un ataque terrorista perpetrado en mayo de 2022 y “utilizando un patógeno desarrollado en un laboratorio, sin medidas de bioseguridad ni bioprotección, y con escasa supervisión”.
Bajo las condiciones propuestas para el ejercicio, el informe final precisó que los casos comenzaron a emerger a principios de junio de 2022. Y que, al final del ejercicio, el virus dejó un saldo de 3,000 millones de casos de viruela símica y 270 millones de defunciones.
¿QUÉ SUCEDE HOY?
Hoy vemos que, entre el 13 y el 22 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió notificación de 92 casos de viruela del mono confirmados en laboratorio y otros 28 casos sospechosos (hasta el momento, no se han registrado defunciones).
A decir de la OMS, dichos casos fueron identificados “sobre todo” entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros varones, “aunque no exclusivamente”.
Pese a la aclaración, un importante asesor de la agencia internacional sugirió que el patógeno pudo haber ingresado en la población mediante la vía sexual.
A la luz de ese comentario, las autoridades de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y numerosos expertos se apresuraron a enfatizar que cualquier persona es susceptible de contagio si ha tenido contacto estrecho con un enfermo.
La decisión de la NTI de utilizar la viruela del mono como escenario ficticio, así como el cronograma que detalla en el informe, han llevado a muchos a la conclusión de que la organización no lucrativa “predijo” los brotes actuales.
En una declaración al respecto, la Dra. Jaime Yassif —vicepresidenta de Políticas y Programas Biológicos Globales de la NTI, y autora principal del informe— precisó que la elección de la viruela símica como escenario del simulacro fue mera casualidad.
SIMPLE COINCIDENCIA
“Nuestra intención era utilizar un patógeno que encajara en nuestro escenario ficticio, así que elegimos la viruela del mono de entre una amplia gama de opciones que presentaron nuestros asesores expertos”, dijo Yassif en entrevista con Newsweek.
“El hecho de que varios países estén registrando brotes de viruela símica no es más que simple coincidencia”, añadió.
La biofísica agregó que, tras el impacto del covid-19, la NTI sugirió dicho escenario “para que los participantes tuvieran la oportunidad de proponer mejoras urgentes a la capacidad global de respuesta y prevención de pandemias”.
El simulacro fue copresidido por el Dr. Ernest J. Moniz, CEO de la NTI y exsecretario de Energía de Estados Unidos; así como por Wolfgang Ischinger, exembajador de Alemania ante Estados Unidos y —hasta principios de este año— director de la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Entre quienes participaron en el ejercicio se contaron Sam Nunn, exsenador estadounidense (demócrata por Georgia) y fundador de la NTI; la Dra. Beth Cameron, exdirectora sénior para biodefensa y seguridad sanitaria mundial en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos; el Dr. George Gao, director general del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de China; y Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS.
“Aun cuando el covid-19 ha tenido un impacto devastador en términos de pérdida de vidas y trastornos económicos, el mundo sigue siendo vulnerable a incidentes biológicos que podrían tener consecuencias tanto o más graves que la pandemia actual”, prosiguió la autora principal del informe.
SIN PREPARACIÓN PARA FUTURAS PANDEMIAS
En cuanto a su documento, Yassif señaló que la conclusión clave “no es el patógeno elegido para nuestro escenario ficticio. Más bien, el hecho de que, por desgracia, no estamos preparados para hacer frente a futuras pandemias. Por ello debemos adoptar medidas urgentes que respondan a esa vulnerabilidad”.
Y respecto de los hallazgos clave del ejercicio de 2021, la funcionaria de la NIT resaltó los siguientes: limitada capacidad para detectar, evaluar y emitir alarmas de riesgo pandémico; sistemas de preparación nacional inadecuados; y financiamiento insuficiente para los sistemas de preparación internacionales.
“La comunidad global requiere de un sistema de detección, evaluación y alerta temprana más robusto y transparente. Y que también agilice la comunicación de información práctica sobre los riesgos de una pandemia”, aseguró Yassif.
Los gobiernos de todo el mundo “deben mejorar su preparación. Y también desarrollar esquemas de respuesta nacionales basados en un sistema de ‘disparadores’ que desencadenen acciones anticipadas, no obstante la incertidumbre y los costos a corto plazo. Es decir, un sistema de ‘cero arrepentimiento’”.
Al final el informe recomienda que los líderes nacionales, los bancos de desarrollo, los donantes filantrópicos y el sector privado reúnan y destinen recursos para “un mecanismo de financiación novedoso que refuerce la seguridad sanitaria mundial, así como el aprestamiento para la eventualidad de una pandemia”, añadió la funcionaria.
“El diseño y la operación de los recursos debe ser catalítica. En otras palabras, debe incentivar a los gobiernos nacionales para que inviertan en sus esquemas de preparación a largo plazo”, concluyó Yassif. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)