Finlandia confirmó este domingo su candidatura a la OTAN, un anuncio que supone un reordenamiento de poderes en Europa a casi tres meses de la invasión rusa de Ucrania, a la que la Alianza prometió un apoyo militar “el tiempo que sea necesario”.
El anuncio “histórico” de Finlandia de solicitar una adhesión a la Alianza Atlántica (OTAN) aún tiene que ser ratificado en el Parlamento, pero provocó la ira de Rusia, que amenaza con represalias.
Tras el giro de Finlandia, se espera que Suecia siga el mismo camino de adherirse a la OTAN. El gobernante Partido Socialdemócrata sueco aprobó este domingo la candidatura a la Alianza militar liderada por Estados Unidos.
Una solicitud conjunta con Finlandia es lo “mejor para Suecia”, aseguró la primera ministra Magdalena Andersson.
El Kremlin insiste en que las naciones nórdicas no tienen nada que temer y no deben adherirse a la OTAN, pero dejó de suministrar electricidad a Finlandia, con la que comparte una frontera de 1,300 kilómetros.
La mayoría de los integrantes de la OTAN respaldan la entrada de Finlandia y Suecia, aunque Turquía les acusa de dar cobijo a extremistas kurdos.
Mientras se tramiten las solicitudes, que pueden tardar meses, la alianza ofrecerá a ambos países garantías provisionales de seguridad.
CONSECUENCIA DIRECTA DE LA INVASIÓN
La decisión de Helsinki y Estocolmo es una consecuencia directa de la invasión rusa contra Ucrania, donde las tropas de Moscú han sufrido grandes pérdidas militares, según los servicios de inteligencia occidentales.
“Ucrania puede ganar” la guerra contra Rusia, aseguró el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en una reunión informal de los ministros de Exteriores del grupo en Berlín.
La jefe de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock, dijo que los miembros de la OTAN estaban dispuestos a ofrecer ayuda militar a Ucrania “el tiempo que sea necesario” para que pueda asegurar “la autodefensa de su país”.
En el terreno, cuatro misiles dañaron infraestructuras militares en Leópolis, cerca de la frontera con Polonia, según el gobernador regional, Maksym Kozytsky.
Las autoridades no reportaron víctimas y, según las fuerzas armadas ucranianas, dos misiles de crucero fueron destruidos. Leópolis había sido golpeada por última vez el 3 de mayo.
Pero Rusia, que lanzó la invasión contra Ucrania el 24 de febrero, concentró en las últimas semanas su ofensiva en el este, tras replegarse de la zona de Kiev y del norte.
El ministro de Defensa ruso asegura haber llevado a cabo ataques con misiles de “alta precisión” contra cuatro depósitos de munición en Donetsk, en el este.
EL AVANCE RUSO PIERDE FUERZA
Los ataques aéreos también destruyeron dos sistemas de lanzamiento de misiles y un radar, mientras que 15 drones ucranianos fueron eliminados en los alrededores de Donetsk y Lugansk, añadió.
No obstante, según los occidentales, el avance ruso pierde fuerza. Los jefes de Defensa del Reino Unido aseguran que la ofensiva de Rusia en la región del Dombás “perdió impulso”.
Las desmoralizadas tropas rusas no han logrado avances sustanciales. Y el plan de batalla de Moscú está “significativamente atrasado”, manifestó el servicio de inteligencia de Defensa del Reino Unido.
“En las condiciones actuales es poco probable que Rusia acelere drásticamente su ritmo de avance en los próximos 30 días”, precisó el servicio de inteligencia. Y aseguró que Moscú “probablemente” sufrió pérdidas de un tercio de sus tropas.
Tanto Ucrania como Rusia publican regularmente el número de muertes en el bando enemigo, pero se desconoce el número real de víctimas.
Kiev asegura que sus tropas han matado a casi 20,000 militares rusos. Moscú, en cambio, afirmó el 25 de marzo que sus fuerzas habían matado al menos a 14,000 militares ucranianos.
Sin embargo, se sospecha que ambas cifras están infladas y no han podido ser verificadas por AFP o por observadores independientes. N