Este domingo, en los suburbios de la capital ucraniana, Kiev, las autoridades locales reportaron que tropas rusas habían ejecutado a decenas de ciudadanos en las calles. De acuerdo con el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, se trata de una “masacre deliberada”, ya que “los rusos quieren eliminar a tantos ucranianos como puedan”.
Siguiendo el informe del gobierno de Ucrania, las víctimas fueron encontradas con las manos atadas y heridas de bala. Poco después del acontecimiento, António Guterres, secretario de la ONU, concretó que se encuentra “profundamente impactado por las imágenes de los civiles asesinados y demandó una investigación que “lleve a una rendición de cuentas efectiva”.
Por su parte, Rusia negó su participación en la masacre de Bucha y rechazó cualquier acusación sobre haber cometido crímenes de guerra. El ministro de defensa, Serguéi Shoigú, argumentó que las imágenes de la ciudad, compartidas por varios medios de todo el mundo, son parte de un “montaje”.
También, el gobierno dirigido por Vladimir Putin pidió una reunión el próximo lunes con el Consejo de Seguridad de la ONU, buscando discutir lo que ellos consideran como “provocación de los radicales ucranianos” en Bucha. Rusia mantiene su discurso sobre “desnazificar” a los ucranianos.
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El mismo día, la segunda ciudad más grande del país europeo, Járkiv, fue atizada con un bombardeo ruso que cobró la vida de siete personas y dejó un saldo de 34 heridos, entre los cuales hay tres niños. El gobernador de la región señaló que “por la noche, los ocupantes bombardearon el distrito de Slobinsky de Járkiv. […] Por desgracia, hay muertos y heridos entre la población civil”.
Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, acusó a sus vecinos ocupantes sobre estar cometiendo un “genocidio” en contra de su país, indicando que la guerra iniciada por los rusos tiene como objetivo la “eliminación de una nación entera y su gente”.
Como respuesta, el Ministerio de Defensa de Rusia concretó que “todas las fotos y videos publicados por el régimen de Kiev, que supuestamente dan testimonio de crímenes del personal militar, son otra provocación.”
Iryna Venediktova, fiscal general de Ucrania, publicó por medio de Facebook que “410 cuerpos de civiles asesinados han sido sacados hasta ahora del territorio de Kiev”. Venediktova agregó que “la gente está asustada, cansada y atormentada”, puesto que “han experimentado el horror”. Como conclusión, mencionó que “los fiscales y otros especialistas” están revisando cadáveres y buscando testigos, víctimas y pruebas gráficas.
Líderes mundiales han mostrado su disgusto por las acciones en Bucha. El presidente francés, Emmanuel Macrón, reprobó los hechos y catalogó de “inaguantables” las fotos y videos que muestran a decenas de víctimas inocentes en el suburbio ucraniano. “Las autoridades rusas deberán responder por esos crímenes”, compartió a través de su cuenta de Twitter.
Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, afirmó que la Unión Europea se encuentra recopilando pruebas sobre las “atrocidades” que sucedieron a manos de los fuerzas militares rusas. El mandatario dijo que está “consternado por las inquietantes imágenes de las atrocidades cometidas por el Ejército ruso en la región liberada de Kiev”.
La ONU indagó sobre el descubrimiento de las fosas comunes en Bucha, pidiendo que se preservarán todas las pruebas posibles. “Todavía no estamos en condiciones de comentar directamente sobre las causas y circunstancias de las muertes de civiles en Bucha, pero lo que se sabe plantea preguntas serias e inquietantes sobre posibles crímenes de guerra”, agregaron.
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La organización internacional también mencionó que no pueden “descartar que entre los aproximadamente 300 cuerpos que las autoridades de la ciudad recogieron en las calles y enterraron en los últimos días, haya cuerpos de soldados ucranianos o rusos que murieron durante las hostilidades”.
La ministra de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, comentó que “a medida que las tropas rusas se ven obligadas a retirarse, vemos cada vez más pruebas de actos atroces por parte de las fuerzas invasoras en ciudades como Bucha”.
Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, declaró que “los despreciables ataques de Rusia contra civiles inocentes en Irpin y Bucha son una prueba más de que Putin y su ejército está cometiendo crímenes de guerra en Ucrania”.
“Ninguna negación o desinformación del Kremlin puede ocultar lo que todos sabemos que es verdad: Putin está desesperado, su invasión está fracasando y la determinación de Ucrania nunca ha sido más fuerte”, añadió y aseguró que hará todo lo que esté en su poder “para acabar con la maquinaria bélica de Putin”.
Roberta Metsola, la jefa del Parlamento Europeo, tras una visita a Kiev el viernes pasado, opinó que las acciones en Bucha son evidencia sobre la “fría realidad de los crímenes de guerra de Putin”. La jefa concretó que se siente “horrorizada por las atrocidades del ejército ruso en Bucha y otras áreas liberadas”.
Olaf Scholz, canciller de Alemania, dijo que “debemos investigar sin descanso estos crímenes cometidos por los milites rusos. Exijo que organizaciones internaciones como el Comité Internacional de la Cruz Roja tengan acceso a estas zonas para documentar de forma independiente las atrocidades. Los autores y los que las encargaron deben rendir cuentas de manera consecuente”.
Mario Draghi, primer ministrio de la nación italiana, también demostró su disgusto. “Las imágenes de los crímenes cometidos en Bucha y en las demás zonas liberadas por el ejercito ucraniano nos dejan atónitos”, expreso en un comunicado de prensa.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, argumentó que “las sanciones (impuestas a Rusia por parte de Estados Unidos) son cada vez más considerables. Estamos asegurando que cada día sean más estrictas”. Añadió que “los rusos necesitan rendir cuentas” por los crímenes de guerra cometidos.