La seguridad ciudadana es una problemática extremadamente amplia. Desde problemas de salud hasta prevenir la delincuencia, la tecnología puede ser una gran aliada de gobiernos y comunidades para impactar en su incidencia. En ese sentido, una de las cualidades más prometedoras es la inteligencia artificial.
De acuerdo con el profesor Wilmer Pereira, del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), quien es experto en inteligencia artificial, esta tecnología “es nuestro mejor intento para emular el comportamiento humano, no solo en los aspectos cognitivos, sino en los aspectos mecánicos. En esto último es donde hemos avanzado más, y el primero es el aspecto más complicado”.
Pereira recuerda que el comienzo del uso de la inteligencia artificial fue en el año 1953, y aún continúa en un estadio de juventud. Y más cuando se trata de seguridad.
“Conforme avanzamos, nos damos cuenta de que nos falta aún más por asentar y lograr en el proceso de que por medio de un computador se puedan emular las características de la condición humana”, reflexiona el catedrático.
La inteligencia artificial podría aplicarse a todas las problemáticas. Algunas de sus aplicaciones actuales tienen que ver con la seguridad, prácticamente en todo el mundo esta tecnología se ha aplicado para combatir toda clase de delitos.
RECONOCIMIENTO FACIAL Y OTRAS APLICACIONES
Por ejemplo, en 109 países de todo el mundo, incluido México, se utilizan técnicas de reconocimiento facial en tareas de vigilancia. De acuerdo con el informe “La inteligencia artificial al servicio del bien social en América Latina y El Caribe: panorámica regional e instantáneas de 12 países”, publicado en mayo del 2020 por el Banco Interamericano de Desarrollo, el sector empresarial es el mayor ámbito donde se utiliza inteligencia artificial.
Sin embargo, es de resaltarse que el sector salud es el segundo en donde más se aplica en América Latina, representando un 17 por ciento.
El profesor Wilmer Pereira explica cómo la inteligencia artificial puede ser utilizada, por ejemplo, para prevenir las olas de contagios por covid-19:
“Si se logra prever, bajo los datos históricos que se tienen, cuáles van a ser los picos de contagios, entonces se pueden tomar medidas que permitan vivir mejor esos momentos críticos”.
Otras aplicaciones de la inteligencia artificial se relacionan con la prevención y rastreo del delito, es decir, con la seguridad. Por ejemplo, con la gran masa de recolección de datos y su análisis se pueden cartografiar las zonas con mayor incidencia delictiva y cambiar las rutas de patrullaje.
PREDECIR Y EVITAR FUTURAS EVENTUALIDADES
A través de la inteligencia artificial, toda la información que se registra en llamadas de emergencia puede servir para predecir y tratar de evitar futuras eventualidades y brindar mejor seguridad.
Por ejemplo, si las alertas provienen de un mismo punto geográfico en reiteradas ocasiones, ese fenómeno ya representa un indicador de ciertos patrones de delitos. O al registrarse ciertas palabras en una llamada telefónica, como “arma”, se pueden prevenir posibles crímenes.
Una de las funcionalidades más amplias de la inteligencia artificial es la biometría. Con esta tecnología, a partir de la identificación de los ciudadanos puede asegurarse la identidad.
Sin embargo, el problema con esta recolección de datos es que deben ser eliminados en cuanto ya no son necesarios o por petición de los ciudadanos.
Sobre ello, Wilmer Pereira cuenta: “Aún no hay una legislación clara a nivel mundial sobre lo que debería de ser privado y lo que no. Por lo tanto, el uso de la inteligencia artificial puede ser muy útil, pero siempre está detrás el problema de lo que algunas personas consideran privado y otras no tanto”.
¿CÓMO FUNCIONA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL?
Según Pereira, es muy difícil un consenso real sobre qué significa que una máquina realmente tenga inteligencia artificial.
“La mayoría de la gente de esta área estamos de acuerdo en que, si una máquina logra hacerse pasar por una persona en un contexto en el que no muestre su cuerpo, se supone que se trata de una máquina inteligente”, específica el experto.
El análisis de datos es la columna vertebral de la aplicación de la inteligencia artificial actualmente. El profesor del ITAM explica: “Los datos que se usan para alimentar la herramienta son el aspecto más fundamental. Son la clave para que la herramienta pueda prever”.
Existen dos formas en que se procesan los datos. Uno es el análisis, que “se basa en el contexto histórico y trata de prevenir suponiendo que las tendencias continúan como se han visto en el pasado”. A este tipo de aprendizaje lo llama supervisado.
Mientras, los análisis que “se van alimentando y buscando tendencias”, explica Pereira, pueden entenderse como de aprendizaje no supervisado.
El futuro está en los datos. En su protección, obtención y formas de vincularlos para prevención de acciones, alerta el especialista. Y reconoce que aún no se satisface la demanda de este tipo de profesionales, pero observa con beneplácito que las universidades están construyendo programas de formación importantes. N