Las fuerzas armadas de Rusia dispararon bombas de racimo contra al menos tres zonas residenciales de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, el 28 de febrero de 2022, denunció este viernes Human Rights Watch (HRW). Estos ataques mataron al menos a tres civiles.
Las entrevistas con dos testigos y un análisis de 40 vídeos y fotografías revelan el uso de submuniciones. Estas fueron soltadas por cohetes de bombas de racimo 9M55K Smerch de fabricación rusa. Las Naciones Unidas informaron de nueve muertos y 37 heridos civiles en ataques en toda la ciudad ese día.
“Kharkiv está bajo un ataque implacable de las fuerzas rusas y los civiles se esconden en sótanos para evadir explosiones y escombros”, dijo Steve Goose, director de armas de Human Rights Watch. “El uso de municiones en racimo en zonas pobladas muestra un desprecio descarado e insensible por la vida de las personas”.
Las bombas de racimo se abren en el aire y dispersan docenas, o incluso cientos, de pequeñas submuniciones en una gran área.
Todas las personas que se encuentren en el radio de acción de esos artefactos explosivos corren el riesgo de resultar heridas o ser asesinadas.
Además, uno de los principales problemas es que a menudo no detonan inmediatamente por lo que pueden llegar a causar fallecimientos y mutilación de personas al azar, incluso una vez finalizado un conflicto.
Por su parte, los supervivientes se enfrentan a menudo a sufrir discapacidades permanentes, encontrar grandes dificultades para ganarse la vida, y al estigma o la discriminación en sus comunidades.
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Las bombas de racimo que no estallaron durante su lanzamiento pueden permanecen ocultas tras los conflictos. Lo anterior puede dificultar hasta niveles extremos el cultivo de las tierras e impedir el desarrollo económico y social de las comunidades.
El uso de armas inherentemente indiscriminadas en zonas pobladas está prohibido por el derecho internacional humanitario, las leyes que rigen la conducción de la guerra.
“Un tratado internacional prohíbe las bombas en racimo debido a su efecto indiscriminado generalizado y al peligro duradero para los civiles. Rusia y Ucrania no son Estados partes en este tratado”, aclaró HRW.
Dada la naturaleza inherentemente indiscriminada de las bombas en racimo y sus efectos previsibles en los civiles, “su uso documentado en Járkov podría constituir un crimen de guerra”.
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El 2 de marzo, un grupo de países miembros de la CPI remitió la situación en Ucrania al fiscal del tribunal para que lo investigara. Posteriormente, el fiscal declaró que su oficina procedería inmediatamente a una investigación sobre Ucrania.
HRW verificó y analizó 25 vídeos y fotografías publicados en las redes sociales que muestran los tres ataques o sus secuelas inmediatas en las zonas norte, noreste y sureste de la ciudad. Analizó también otras 15 imágenes tomadas por dos testigos después de uno de los ataques en el distrito de Shevchenkivskyi.
Los dos testigos, entrevistados por separado, dijeron que no tenían conocimiento de ninguna actividad militar ucraniana en la zona antes del ataque.
Un mapa en línea de código abierto muestra un área etiquetada como perteneciente al ejército a unos 400 metros de donde cayó la sección de carga de uno de los cohetes.
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Las imágenes de satélite del 20 de febrero muestran un pequeño complejo en ese lugar con unos 20 vehículos militares, informó HRW. Incluso si el sitio cumplía una función militar, el uso de bombas en racimo en una zona residencial con civiles viola la prohibición de ataques indiscriminados.
“Uno de los vídeos analizados, publicado en Telegram a las 11:29 a.m. hora local del 28 de febrero, muestra múltiples explosiones consistentes con el uso de bombas en racimo en el noreste del distrito de Moskovskyi. Dos vídeos más, uno publicado en Telegram a las 12:55 p.m. de ese día y otro publicado en Twitter a las 2:23 p.m., grabado desde el centro de la ciudad hacia el distrito de Shevchenkivskyi, muestran explosiones similares”.
“Estamos viendo cada vez más pruebas de ataques indiscriminados contra Kharkiv y el precio que los civiles están pagando por estas graves violaciones“, dijo Goose. “Si estos actos mortales se llevaran a cabo intencionalmente o imprudentemente, serían crímenes de guerra”. N