Ámsterdam: memoria de guerra y cantos de paz por Ucrania
Este es un retrato de una Europa atónita que vuelve a ver cómo en uno de sus países caen bombas del cielo mientras sus ciudadanos se albergan en estaciones de metro y sótanos.
Ámsterdam, Países Bajos.— En ciertos países de Europa, las esquinas todavía cuentan la historia de bombardeos y dos guerras mundiales vividas en el pasado siglo XX. Sin embargo, hace solo una semana estos enfrentamientos bélicos entre vecinos del continente que dejaron millones de muertos se conmemoraban y se recordaban con monumentos y memoriales. Pero eran algo irrepetible.
Era la mañana del 24 de febrero de 2022 cuando Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, ordenó a sus tropas invadir Ucrania. En pleno siglo XXI, y cuando han pasado tan solo 77 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y el nacimiento de las Naciones Unidas —promesa para mantener la paz y la seguridad internacional—, Europa miraba perpleja cómo el continente volvía a ser escenario de un conflicto bélico y de potencias enfrentadas al puro estilo de la guerra fría.
El sábado 26 de febrero, Víctor Lyashko, ministro de salud pública de Ucrania, declaró que ya había 352 civiles muertos, incluidos 14 niños, y más de 1,115 heridos. Además, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que hasta el 28 de febrero el conflicto había desplazado a más de 422,000 ucranianos a refugiarse en países vecinos.
El primer domingo desde que el conflicto empezó, los ciudadanos del mundo se convocaron para protestar contra la invasión rusa de Ucrania. En Ámsterdam, capital de los Países Bajos, un estimado de 15,000 personas se reunieron en la plaza Dam para mostrar solidad a Ucrania y condenar a Putin.
Ucranianos, rusos y todas las nacionalidades imaginables, que forman esta capital multicultural, cantaron paz. Este es un retrato de una Europa atónita que vuelve a ver cómo en uno de sus países caen bombas del cielo mientras sus ciudadanos se albergan en estaciones de metro y sótanos. N
Ciudadanos ucranianos sostienen su bandera frente al Monumento Nacional de la Plaza Dam. El monumento es un homenaje a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1940 los Países Bajos fueron invadidos por la Alemania nazi. (Foto: Belén Estrella Fiallo)
Niños en medio de la protesta, juegan o respiran ajenos a los eventos que marcarán su destino y las conversaciones desesperadas de los adultos. Este domingo, grandes y chicos llenaron la Plaza con carteles que clamaban paz o que condenaban a Putin, mientras discutían el rol de la comunidad internacional. Se podían oír los diferentes idiomas de las 200 nacionalidades que conviven en Ámsterdam. (Foto: Belén Estrella Fiallo)
La creatividad ciudadana se evidenció en los carteles que portaban los protestantes. Algunos incluso igualaban a Vladimir Putin con Adolfo Hitler, líder de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y figura clave para la perpetración del Holocausto. (Foto: Belén Estrella Fiallo)
Mariana es ucraniana, de la zona de Crimea, área ya anexionada por Rusia, de manera ilegal según Ucrania, en 2014. Mariana y su hija viven en los Países Bajos y estuvieron en la Plaza Dam para apoyar a su “valiente país”. Ella dice que “nadie sabe cuándo la invasión acabará y qué podrá hacer este hombre loco (Putin) con su país”. A su parecer, las potencias internacionales deben ayudar a Ucrania a proteger el espacio aéreo, pero tiene miedo de que envíen tropas a luchar, porque piensa que esto generará una guerra entre la Federación Rusia y Estados Unidos en suelo ucraniano. Dice que lo que hoy necesitan sus compatriotas es dinero, medicina, armas, pero no interferencia de otros países. (Foto: Belén Estrella Fiallo)Sofia Koba porta un cartel que dice: “Quiero llamar a mis padres para saber cómo están, no para saber si siguen con vida. Paren la guerra en Ucrania”. Ella monitorea los bombardeos desde Ámsterdam, ya que sus padres están Kiev, capital de Ucrania y ciudad actualmente bajo ataque ruso. Aunque la conexión al momento es defectuosa, ella los llama constantemente para saber si están en refugios o en sótanos y asegurarse de que siguen con vida. (Foto: Belén Estrella Fiallo)
Sasha nació en la Federación Rusa y se unió a la protesta para oponerse a la guerra. Dice que los ciudadanos rusos no necesariamente apoyan esta guerra contra Ucrania, ya que es un país fraterno. Ella piensa que la única forma de terminar la guerra es con una revolución por parte de los ciudadanos rusos para terminar con el mandato de Putin. Desde inicios de la invasión a Ucrania, en varias partes de la Federación Rusa se han reportado protestas que condenan el hecho y ya van más de 1,800 ciudadanos rusos detenidos. En Rusia, las convocatorias de participación y la participación directa en eventos deben estar autorizados y puede conllevar consecuencias jurídicas. (Foto: Belén Estrella Fiallo)
Mujer canta el himno ucraniano. Los ciudadanos de Ámsterdam, como los de Berlín, Madrid y Nueva York, hicieron minutos de silencio, cantaron el himno ucraniano y protestaron por el fin de la invasión que está cobrando la vida de familiares y amigos de muchos de los presentes. (Foto: Belén Estrella Fiallo)Mientras las fuerzas rusas están ya en las dos principales ciudades, Kiev y Járkiv, los líderes mundiales ven con recelo toda tentativa de diálogo por parte de Putin e imponen sanciones a la Federación Rusa. A la par, el enemigo común ha logrado acuerdos hace poco impensables en occidente y conjuntamente han enviado apoyo monetario y armamentístico a Ucrania. El fin del conflicto en Ucrania, hoy por hoy, es un acertijo de intereses geopolíticos y balance de poder que está costando vidas. (Foto: Belén Estrella Fiallo)