La zona de exclusión de Chernóbil se ha convertido en un refugio para una rara especie de águilas en peligro de extinción. Un estudio publicado en la revista Restoration Ecology encontró que, aunque el águila moteada estaba completamente extinta en Europa del Este antes del desastre nuclear de 1986, ahora ha colonizado la zona de exclusión.
Según esta investigación, el número de ejemplares de águila moteada ha aumentado. Después del desastre en Chernóbil, Ucrania, un área de aproximadamente 1,609 kilómetros cuadrados fue acordonada por las autoridades. Durante 35 años, se ha prohibido el acceso del público a esta zona de exclusión. A pesar de la radiación, distintas especies de animales raros y en peligro de extinción han prosperado en la zona de exclusión de Chernóbil. Ello debido a que no hay perturbaciones provocadas por los seres humanos.
En el más reciente estudio, los investigadores exploraron el regreso de aves a la zona. Asimismo, monitorearon la “repoblación” del área durante un periodo de 22 años que comenzó 12 años después del desastre.
Los científicos encontraron que, debido a la repoblación del área, ahora existen hábitats más húmedos en la zona, lo que permite que las águilas crezcan en número. Entre 1999 y 2017 encontraron que las áreas de humedales y pantanos habían “crecido sustancialmente” en 680 por ciento, lo que significó el surgimiento de mejores hábitats para las aves de presa. Los bosques también crecieron 14 por ciento.
ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
En 2019 había cuatro parejas reproductoras de águilas moteadas en el área de estudio, y al menos 13 parejas en la zona de exclusión. Actualmente, esta especie está en peligro de extinción en Europa, donde hay menos de 4,500 parejas reproductoras en todo el continente. A escala global, está mencionada como una especie vulnerable a la extinción.
El autor del estudio, Adham Ashton-Butt, del Fondo Británico para la Ornitología, declaró a Newsweek que esta especie de águila en particular es rara y que su número disminuye en todo el mundo. “Debido a que los humedales han sido drenados en toda Europa para dedicarlos a la agricultura, esta especie se ha perdido”, dijo.
Y añadió: “Caza a muchas especies que han declinado mucho en toda Europa, como las ratas de agua y las aves zancudas. Aún existe un reducto relativo en los humedales de Bielorrusia, la región más intacta de Europa para esta especie, pero sigue declinando debido a los crecientes efectos del drenaje histórico, las perturbaciones provocadas por nuevos caminos, las actividades forestales y el cultivo de bayas”.
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Además del aumento en el número de ejemplares de águila moteada, el equipo también ha encontrado que las águilas de cola blanca, extintas localmente antes del desastre, han establecido una presencia en la zona.
“La colonización del águila moteada y su continuo crecimiento es uno de los hallazgos más notables de nuestro estudio”, escribió el equipo.
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“Esta tendencia es opuesta a lo que ocurre cuando se degrada un hábitat, y muestra la recuperación natural el ecosistema tras un uso humano intensivo antes del accidente”, declaró Ashton-Butt.
“Este cambio en el hábitat y en las especies ocurrió con muy poca influencia humana y muestra que, al reducir la presión humana, la naturaleza puede recuperarse con poca o ninguna intervención por parte de la gente”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)