Una mujer de 30 años motiva a la gente a vacunarse contra el covid-19 para que no tengan que enfrentar la decisión que ella encaró: perder sus miembros o morir.
Aun cuando sucede rara vez, el covid-19 puede provocar la pérdida de miembros porque puede afectar el flujo sanguíneo a brazos y piernas, provocando que el tejido muera.
Esto ha hecho que algunos pacientes, como Candice Davis, tengan que adaptarse a una nueva forma de vida después de recuperarse del covid-19 porque debieron tomar la decisión difícil de perder algunos o todos sus miembros.
Davis, quien no estaba vacunada cuando contrajo el covid-19, en agosto pasado, estuvo en un ventilador a los pocos días y despertó tres semanas después para que su madre le dijera que debía tomar una decisión, según The Philadelphia Inquirer.
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Dado que había desarrollado problemas circulatorios en brazos y piernas, los médicos le dijeron que debían amputarle los brazos si quería sobrevivir.
“Yo dije: si mis brazos se tienen que ir, se van”, le comentó al Inquirer. “Es mi vida”.
Davis, quien vive en el sur de Filadelfia, Estados Unidos, no tenía ninguna enfermedad preexistente, como diabetes, que la hubiera hecho más susceptible a perder sus miembros.
Aun cuando la decisión de amputar sus brazos para salvar su vida fue “triste”, según expresó, perder sus piernas fue más emocional porque le dificultaría más el ser independiente.
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Se sabe que las vacunas ayudan a reducir el riesgo de que una persona contraiga el covid-19, y quienes dan positivo al coronavirus tienen menos posibilidades de enfermar de gravedad si están vacunados. Ali, hermano de Davis, contrajo el covid-19 más o menos por la misma fecha que ella, pero el suyo fue un caso leve y se recuperó por su cuenta.
“Por ello es que la gente necesita vacunarse: mi hermano perdió el gusto y el olfato por un tiempo. Yo perdí mis miembros”, dijo Candice Davis al Inquirer.
Davis no es la única persona que ha usado su experiencia con el covid-19 para tratar de evitar que otros sufran lo que ella padeció.
Justin Moon, exjugador de futbol americano de la Universidad de Alabama, tenía 36 años cuando contrajo el covid-19. Por lo demás una persona sana, Moon consideró el vacunarse, pero tenía dudas a causa de la desinformación descontrolada.
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Conforme los casos empezaron a aumentar en el verano, él y su esposa decidieron vacunarse, pero contrajeron el covid-19 antes de su cita.
Moon pasó 39 días en un ventilador y tuvo que volver a aprender a caminar y usar su brazo derecho.
“Mi situación no tenía por qué ser así. Si yo no hubiera estado inseguro de la vacuna y me hubiera vacunado, la mía probablemente habría sido como muchas otras historias”, dijo Justin en una entrevista para el sitio web de la Universidad de Alabama en Birmingham. “Habría tenido un dolor de cabeza, falta de aire, y solo me acostaría en el sofá por unos cuantos días”.
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Justin y su esposa calculan que contar su historia ha ayudado a convencer a más de 200 personas a vacunarse.
Como Moon, Davis dudó en vacunarse contra el covid-19 y le comentó al Inquirer que sabe que “da miedo” porque “yo también tenía miedo”. Sin embargo, ahora insta a la gente a vacunarse porque “no quieres perder tus miembros” y, lo más importante, “no quieres perder tu vida”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)