ANTE la justicia británica que examina la demanda de extradición de Julian Assange, Estados Unidos puso en entredicho el riesgo de suicidio y dio garantías sobre el tratamiento que recibirá el fundador de WikiLeaks si se le entrega.
Reclamado por una filtración masiva de documentos clasificados, el australiano de 50 años enfrenta una pena de 175 años de prisión en Estados Unidos, en un caso calificado de “ataque contra la libertad de prensa” por sus seguidores.
En esta audiencia, Estados Unidos espera convencer al Alto Tribunal de Londres de anular la decisión de enero de la jueza Vanessa Baraitser. La magistrada rechazó la demanda de extradición basándose en el riesgo de que Assange se suicidara si es encarcelado en un centro estadounidense.
Por su parte, el abogado Edward Fitzgerald aseguró que la jueza Baraitser decidió correctamente cuando citó el riesgo de suicidio como argumento para rechazar la solicitud de la fiscalía estadounidense. Es por ello que en el segundo de los dos días de audiencia de apelación ante el Alto Tribunal de Londres, el equipo legal de Assange reiteró la petición a la corte de que se mantenga la decisión.
En tanto, Julian Assange se negó a comparecer este jueves, después de participar en parte de los debates por videoconferencia desde la Prisión de Alta Seguridad de Belmarsh, donde ha estado detenido durante dos años y medio.
El fundador de WikiLeaks fue arrestado por la policía británica en abril de 2019 después de pasar siete años en la Embajada ecuatoriana en Londres, donde se había refugiado mientras estaba bajo fianza. Assange teme la extradición a los Estados Unidos donde está siendo procesado por difundir, a partir de 2010, más de 700,000 documentos clasificados sobre actividades militares y diplomáticas estadounidenses, particularmente en Irak y Afganistán.
A su vez, Julian Assange también teme ser extraditado a Suecia donde ha sido procesado por violación. Durante la actual audiencia el abogado que representaba al gobierno de los Estados Unidos, James Lewis, es firme al asegurar que Assange “no tenía antecedentes de enfermedades mentales graves y duraderas”, y argumenta que, incluso, los expertos encargados de su defensa lo encontraron solo “moderadamente deprimido”. N