UN GRUPO de científicos internacionales se manifestó contra la aplicación de dosis de refuerzo de la vacuna contra el covid-19 antes de que sea absolutamente necesario, en parte debido a que las personas tienen reacciones adversas, y esto podría fomentar la resistencia a vacunarse.
Tras el esquema completo de vacunación anticovid, Estados Unidos y otros países han anunciado planes para aplicar dosis de refuerzo a las personas de alto riesgo, desoyendo los llamados de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dar prioridad a la vacunación en los países de menores ingresos por encima de estas dosis de refuerzo.
Las vacunas adicionales tienen como objetivo ayudar a extender la protección contra el covid-19, pero dos reguladores de vacunas de alto nivel de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) piensan que se podrían salvar más vidas si el suministro de vacunas se utiliza para inocular a las poblaciones que aún no han sido vacunadas.
“Aunque los beneficios de la vacunación primaria contra el covid-19 superan claramente los peligros, podrían producirse riesgos si las dosis de refuerzo se introducen demasiado pronto o con demasiada frecuencia”, escribió un grupo de 18 científicos en un artículo publicado este lunes en la revista científica The Lancet.
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Entre los riesgos relacionados con la introducción de dosis de refuerzo en este momento está la posibilidad de que el plan resulte contraproducente en la campaña de vacunación. Los autores señalaron que las vacunas adicionales “innecesarias” que provoquen “reacciones adversas importantes” podrían alimentar la resistencia a la vacunación que va más allá de inoculación simple contra el covid-19.
Los efectos secundarios más comunes de las vacunas contra el covid-19 son el dolor o la sensibilidad en el brazo en el que se recibió la inyección, así como escalofrío y fiebre. Para la mayoría de las personas, esos síntomas son de corta duración. Sin embargo, ha habido casos de personas que desarrollan coágulos y presentan reacciones alérgicas graves. También se ha informado de casos de adultos jóvenes y adolescentes que desarrollan trastornos cardiacos, como miocarditis y pericarditis.
El posible surgimiento de efectos secundarios es una de las razones que mencionan las personas para no vacunarse contra el covid-19, pues piensan que la vacuna implica un mayor riesgo para su salud que contraer el virus. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) señalan que los informes de reacciones adversas graves a la vacuna son infrecuentes y no superan los beneficios de la inoculación, pero en una encuesta realizada por la Fundación de la Familia Kaiser se encontró que las preocupaciones por los efectos secundarios siguen siendo la razón principal por la que las personas no se vacunan.
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Dado que la posibilidad de sufrir efectos secundarios tras recibir una dosis de refuerzo ha convencido aún más a las personas de no vacunarse, los autores del artículo publicado en The Lancet afirman que la aplicación generalizada de inoculaciones adicionales se debe llevar a cabo “únicamente si hay pruebas claras de que es adecuada”.
Entre los autores se encuentra Marion Gruber, directora de la oficina de vacunación de la FDA, así como su suplente, el Dr. Philip Krause. Ellos son dos de los principales reguladores de vacunas de la FDA y tienen planeado jubilarse este año, en parte debido al plan del gobierno de Biden de ofrecer vacunaciones adicionales, según The New York Times.
Tres funcionarios de la OMS, entre ellos el Dr. Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias, también firmaron como coautores del artículo. La OMS ha rechazado firmemente ofrecer dosis de refuerzo mientras las personas en situaciones de alto riesgo y los trabajadores de salud de primera línea de los países con menos ingresos no hayan recibido aún su dosis inicial.
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El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, señaló que los países no deben aplicar una estrategia local, sino global en los esfuerzos de vacunación. Señaló que, aunque los altos índices de vacunación pueden evitar que la población de un país sea hospitalizada y muera por covid-19, los bajos índices de vacunación en otras partes del mundo permiten que surjan otras variantes que podrían representar un riesgo incluso para las personas vacunadas.
Los autores del artículo de The Lancet reconocen la posibilidad de que surjan variantes, especialmente si los índices de vacunación a escala global permanecen bajos, y se manifestaron a favor de esperar la aplicación de dosis de refuerzo hasta que se realicen más estudios científicos sobre las variantes. Piensan que la efectividad de las dosis de refuerzo contra las variantes actuales y futuras podría ser mayor y tener una duración más larga si se centran en las variantes que circulan actualmente.
Aunque los autores señalaron que podrían requerirse dosis adicionales en el futuro para vacunar a la población general debido a la reducción paulatina de la inmunidad, reiteran que el hecho de enviar mensajes que señalan la necesidad de recibir dosis de refuerzo relativamente poco después de haber sido vacunados “podría afectar en forma adversa la confianza en las vacunas y perjudicar los mensajes sobre la utilidad de la primera vacunación”. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek