EL TEMOR por el futuro de Afganistán tras la vuelta al poder de los talibanes ha hecho que muchos afganos intenten desesperadamente abandonar el país.
El grupo militarista, que gobernó Afganistán a finales de la década de 1990 siguiendo una estricta interpretación de la ley islámica conocida como Sharia, retomó el control del país dos semanas antes de la fecha en que Estados Unidos retiraría a todas sus tropas, que habían permanecido en ese país desde 2001.
En una conferencia de prensa realizada el 17 de agosto, Zabihullah Mujahid, vocero del Talibán desde hace mucho tiempo, juró que el país perdonaría a aquellos que habían combatido contra ellos y respetaría los derechos de las mujeres en la nueva era del gobierno talibán.
En una declaración publicada el 15 de agosto en el sitio web oficial del Emirato Islámico de Afganistán (EIA) se lee: “El Emirato Islámico asegura de nueva cuenta a sus ciudadanos que protegerá, como siempre, sus vidas, su propiedad y su honor y creará un entorno pacífico y seguro para su amada nación. A este respecto, nadie debe temer por su vida”.
A continuación analizaremos con detalle la historia del Talibán y sus más recientes acontecimientos.
¿QUIÉNES SON LOS TALIBANES?
En lengua pastún, que es el idioma nacional de Afganistán, la palabra “talibán” significa “estudiantes”.
El grupo militarista se formó con guerrilleros islámicos conocidos como muyahidín, quienes se opusieron a la ocupación soviética entre 1979 y 1989. Fundado en 1994 por el mulá Mohammad Omar, un imán de Kandahar, el grupo tenía el apoyo encubierto de la CIA y de su equivalente pakistaní, la Agencia Interservicios de Inteligencia (AII).
A los muyahidines afganos se unieron jóvenes miembros de las tribus pastún que estudiaban en madrassas (o seminarios) paquistaníes. Los pastunes son el grupo étnico predominante en gran parte del sur y el oriente de Afganistán. También son un importante grupo étnico en el norte y el occidente de Pakistán.
El Talibán encontró un punto de apoyo en el sur de Afganistán y consolidó su poder en la región.
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El Consejo de Relaciones Exteriores explica que el grupo obtuvo apoyo al inicio de la era postsoviética con la promesa de lograr la estabilidad tras los años de conflicto de 1992 a 1996 entre grupos muyahidín rivales.
El Talibán proporcionó un refugio seguro para Al-Qaeda en los años previos a los ataques contra Estados Unidos, ocurridos el 11 de septiembre de 2001. El grupo proporcionó una base en la que Al-Qaeda “podía reclutar, entrenar y desplegar libremente a terroristas en otros países”, explica el Centro Nacional de Contraterrorismo (NCTC, por sus siglas en inglés).
Los talibanes mantuvieron el control de Afganistán hasta octubre de 2001, cuando una campaña encabezada por Estados Unidos contra Al-Qaeda logró derrocarlos.
¿CUÁL ES EL OBJETIVO DE LOS TALIBANES?
En entrevista con Newsweek, el Dr. Thomas Barfield, autor del libro Afghanistan: A Cultural and Political History(Afganistán: historia cultural y política), señala: “Ellos [los talibanes] quieren encabezar un Estado Islámico en Afganistán mediante reglas conservadoras; no creo que tengan un objetivo definitivo más allá de eso”.
El autor, que también es catedrático de antropología y director del Instituto para el Estudio de las Sociedades y Civilizaciones Musulmanas de la Universidad de Boston, dijo a Newsweek que “todo el mundo espera ver” si las promesas del nuevo régimen resultan ser verdaderas, pero “ellos son diferentes y están asumiendo posturas públicas muy distintas a las de la década de 1990.
“En términos prácticos, no pueden gobernar sin la cooperación de los empleados gubernamentales y de los grupos que proporcionan servicios (médicos, de carácter humanitario, etcétera). El Kabul que gobernaron en la década de 1990 era una ciudad en ruinas que carecía de un gobierno funcional y de infraestructura, y que tenía apenas unos cuantos cientos de miles de habitantes.
“Ahora es una ciudad de 5 millones de personas que espera un gobierno que no solo proporcione seguridad, sino que también suministre servicios. El Talibán no tiene ninguna forma de hacerlo sin la ayuda de sus antiguos enemigos”, explicó Barfield.
EL RÉGIMEN TALIBÁN A FINALES DE LA DÉCADA DE 1990
Para 1994, los talibanes se habían trasladado al sur y habían capturado varias provincias tras la caída del gobierno afgano respaldado por la Unión Soviética en 1992. En septiembre de 1996 el grupo se apoderó de la capital afgana de Kabul, mató al presidente del país y estableció el Emirato Islámico de Afganistán.
La primera acción del Talibán tras asumir el control a finales de la década de 1990 fue implementar “una estricta interpretación de la instrucción y la jurisprudencia del Corán”, que en la práctica implicaba “políticas frecuentemente despiadadas en relación con el trato hacia las mujeres, a los opositores políticos de cualquier tipo y a las minorías religiosas”, indicó el NCTC.
De acuerdo con un informe publicado en noviembre de 2001 por la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado de Estados Unidos, el país, que se encontraba bajo el estricto gobierno talibán a finales de la década de 1990, tenía “uno de los peores registros de derechos humanos del mundo”.
En aquel momento, el régimen “reprimía sistemáticamente a todos los sectores de la población y negaba hasta los derechos individuales más básicos”, y su “guerra contra las mujeres era particularmente despiadada”, se indica en el informe.
En otro informe elaborado por Human Rights Watch (HRW) en junio de 2020 se indica que, en ese momento, la opresión incluía “crueles castigos corporales, e incluso ejecuciones, así como la supresión extrema de la libertad de culto, de expresión y de educación”.
Se impusieron severas restricciones al acceso al trabajo, a la educación y a la atención a la salud por parte de las mujeres afganas, así como a sus movimientos físicos y su código de vestimenta, que les exigía cubrirse con una burka, una prenda que cubre todo el cuerpo, incluido el rostro.
A las mujeres solo se les permitía salir en público si iban acompañadas por un familiar de sexo masculino, o corrían el riesgo de ser golpeadas por los talibanes.
“Las mujeres fueron despojados de su dignidad bajo el régimen talibán. Se les impidió apoyar a sus familias. A las niñas se les privó de la atención sanitaria básica y de cualquier cosa que se pareciera a la educación escolar. Incluso se les despojó de su infancia en un régimen que les arrebató sus canciones, sus muñecas y sus juguetes de peluche, todos ellos prohibidos por el Talibán.
“Los talibanes perpetraron atroces actos de violencia contra las mujeres, incluida la violación, el secuestro y el matrimonio forzado. Algunas familias tuvieron que enviar a sus hijas a Pakistán o a Irán para protegerlas”, se indica en el informe de 2001.
PROMESAS DE PAZ Y PROTECCIÓN BAJO EL NUEVO RÉGIMEN TALIBÁN
En la declaración publicada el 15 de agosto en el sitio web del EIA se afirma: “A todos aquellos que trabajaron y ayudaron anteriormente a los invasores, o que ahora ocupan cargos en la corrupta administración de Kabul, el Emirato Islámico les abre las puertas y ha anunciado una amnistía para ellos. Nuevamente los invitamos a servir a la nación y al país.
“En las áreas que se encuentran bajo el control del Emirato Islámico, las personas pueden llevar una vida normal, especialmente en el ámbito oficial, ya sea educativo, sanitario, social o cultural”, se lee en la declaración.
El EIA declaró el 15 de agosto: “Nadie debe salir de su área ni del país. Deben vivir una vida normal; nuestra nación y nuestro país necesitan servicios, y Afganistán es nuestro hogar colectivo que construimos y al que servimos juntos”.
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La agencia Associated Press informó que, bajo el nuevo régimen talibán, se ha alentado a las mujeres a que vuelvan al trabajo. El 16 de agosto, una presentadora de noticias entrevistó a un funcionario talibán en un estudio de televisión. En otras partes se permitió que las niñas volvieran a la escuela, y en la entrada se les entregaron pañuelos para cubrirse la cabeza según la ley islámica.
De acuerdo con AP, en la conferencia de prensa del 17 de agosto, el vocero talibán Mujahid prometió que el régimen respetaría los derechos de las mujeres dentro de las normas de la ley islámica, aunque no descartó la amputación de manos y pies como castigo, que era el método que se utilizaba durante el primer gobierno del grupo.
Mujahid indicó el 17 de agosto que el régimen talibán otorgaría la amnistía a los antiguos soldados, así como a contratistas y traductores que trabajaron con las fuerzas internacionales. Dijo que los talibanes no buscarán venganza contra los antiguos soldados y funcionarios gubernamentales, informó Reuters.
“Nadie tocará su puerta para preguntarles por qué ayudaron”, dijo Mujahid en el comunicado de prensa del 17 de agosto.
De acuerdo con Reuters, también afirmó ese día que “nadie les hará daño, nadie tocará su puerta”, e indicó que hay “una gran diferencia” entre el Talibán de hoy en día y el que gobernó hace 20 años.
AP informó que el vocero del Talibán también dijo en el comunicado que los medios de comunicación privados deberán “seguir siendo independientes”, pero que los periodistas “no deberán trabajar en contra de los valores nacionales”.
El canal NDTV de India informó que Mujahid dijo en la conferencia de prensa del 17 de agosto: “Tenemos tres sugerencias: ninguna transmisión debe contradecir los valores islámicos, todas deben ser imparciales, nadie debe transmitir nada que vaya en contra de nuestros intereses nacionales”.
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A pesar de las afirmaciones de Mujahid, en Kabul aún existe temor debido a que las prisiones y los arsenales fueron vaciados durante el despliegue de los insurgentes por todo el país.
AP informó el 18 de agosto que los residentes de la capital dijeron que hombres armados han ido de puerta en puerta a buscar a quienes trabajaron con el gobierno derrocado y las fuerzas de seguridad, pero no se sabe si se trataba realmente de talibanes o de criminales que se hacían pasar por militantes.
Mujahid afirmó que el Talibán solo entró en la capital para restaurar la ley y el orden cuando se redujo la presencia policiaca, y culpó al gobierno anterior de las fallas en la seguridad.
Un funcionario talibán no identificado declaró a Reuters que los líderes del grupo también se mostrarán en público en lugar de vivir en secreto, como lo habían hecho anteriormente.
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El funcionario dijo: “En forma lenta y gradual, el mundo verá a todos nuestros líderes, no habrá ninguna sombra de secretismo”.
Tras el más reciente avance de los talibanes, uno de los líderes y cofundadores del grupo, el mulá Abdul Ghani Baradar, regresó al país tras permanecer 20 años en el exilio.
Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, dijo que no se espera que ese país, así como otras naciones, confíen en el Talibán en relación con su promesa de respetar los derechos de las mujeres.
Sullivan explicó en una sesión informativa realizada en la Casa Blanca: “Como lo he venido diciendo todo el tiempo, no se trata de confiar. Se trata de verificar. Y veremos lo que los talibanes acaban haciendo en los días y semanas que vienen, y me refiero a toda la comunidad internacional”.
¿EL TALIBÁN INVADIRÁ OTROS PAÍSES?
El 15 de agosto, el EIA declaró: “De nueva cuenta, garantizamos a todos nuestros vecinos que no generaremos ningún problema para ellos, por lo que deben tener confianza”.
Esto fue reiterado por Mujahid, el vocero del Talibán, quien dijo a la prensa: “No queremos tener ningún enemigo interno o externo”.
La televisora de India NDTV informó que Mujahid dijo: “El Emirato Islámico jura a todas las naciones del mundo que Afganistán no constituirá una amenaza para ningún país”.
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“Deseamos establecer un gobierno que incluya a todas las partes”, dijo el vocero del Talibán el 17 de agosto, y añadió que desean poner fin a la guerra.
Barfield, el catedrático de la Universidad de Boston, no cree que el Talibán invada otros países. El académico declaró a Newsweek: “Ya desde la década de 1990, el Talibán se enfocaba únicamente en Afganistán. Sin embargo, algunos de sus aliados extranjeros, como Al-Qaeda o el Movimiento Islámico de Uzbekistán, que es el Talibán paquistaní, buscan ir más allá de Afganistán”. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek