MUCHO ha avanzado el sistema financiero mexicano en cuanto a digitalización, diversificación de intermediarios financieros y productos de préstamo, ahorro o inversión. Hoy más personas tienen acceso a diversas alternativas para realizar una operación financiera de manera física o a través de algún dispositivo electrónico con acceso a internet. Este avance también es notorio en cuanto a opciones o canales de acceso a educación financiera, pues virtualmente todos estos intermediarios financieros tienen plataformas o cursos relacionados con estos temas.
Sin embargo, todavía percibo un rezago en asesoría personalizada o hecha a la medida para un importante segmento de la población que puede ahorrar, invertir o solicitar préstamos de montos cercanos a 10,000 pesos, y que hoy no encuentra soluciones financieras a sus necesidades.
A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, en México es muy habitual acudir a la banca para realizar cualquier trámite financiero, desde ahorro y préstamos personales, hasta créditos hipotecarios; algo que en 2020 empezó a cambiar con la gran captación que tuvieron (y mantienen) las casas de bolsa, las cuales apostaron por tecnología, o bien, como las fintech (servicios financieros basados en innovación tecnológica), que supieron transformarse en opciones atractivas para los más jóvenes al ofrecer un servicio distinto al de la mayoría de los bancos.
Los bancos que operan en México juegan un papel fundamental al atender, con altos estándares de seguridad o eficiencia, a la mayoría de la población y han avanzado mucho en digitalizar su oferta de productos; aunque es verdad que no les es rentable brindar asesoría financiera personalizada a cada uno de sus clientes. Así pues, muchas de estas personas que tienen la capacidad de ahorrar entre 2,000 y 10,000 pesos por mes, tradicionalmente lo hacen en pagarés o algún otro producto que realmente no está pensado para resolver sus necesidades financieras.
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Como decía, esto empezó a cambiar con la mayor oferta digital de casas de bolsa o fintech. Actualmente, son muchos los mexicanos que tienen acceso a mejores productos financieros que responden de mejor forma a su perfil de inversionista y objetivos o necesidades. Solo que esto no es igual para quienes no tienen acceso a la tecnología, personas que hoy siguen teniendo menos opciones y en quienes todas estas empresas deberán enfocar sus esfuerzos en el corto plazo.
Ahora, ¿qué pasa con aquellas personas que tienen una necesidad de financiamiento inmediato? Para un amplio porcentaje de la población, ir al banco o solicitar un préstamo en sus aplicaciones móviles suele resultar en un crédito a tasa fija que en minutos se usa para esa necesidad inmediata o para financiar un emprendimiento.
Al respecto, estos productos no resuelven las necesidades específicas de todas las personas y es ahí donde el préstamo prendario, plataformas de financiamiento colectivo o las fintech también estamos atendiendo de forma más personalizada, y con otras condiciones, las necesidades de financiamiento inmediato de muchos mexicanos para sus negocios, emprendimientos o situaciones inesperadas en el hogar.
La clave desde nuestra perspectiva es conocer estas necesidades y los perfiles de los clientes, así como contar con herramientas tecnológicas para acceder a más personas a distancia y ofrecerles alternativas más tipificadas, mayores plazos de pago, montos atractivos de préstamo y menores tasas de interés.
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En ambos casos, inversión o financiamiento, ya no se trata de tener los mejores productos o la mayor cobertura territorial, sino de dar soluciones simples a las variadas necesidades que los usuarios de servicios financieros tienen, y hacerlo de forma rápida y confiable. Esto con el firme compromiso de ayudarles cuando nos necesitan. Quienes lo sepamos hacer, siempre apoyados por datos y tecnología, tendremos mejores posibilidades de seguir siendo vigentes para nuestros clientes en los próximos meses y años.
Las necesidades de los mexicanos en materia financiera están cambiando, diversificándose y a veces también haciéndose más complejas. De igual forma, los intermediarios financieros debemos cambiar, diversificar y simplificar nuestra oferta de soluciones.
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Carlos Castillón es director de Relaciones Institucionales de Nacional Monte de Piedad. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.