EL IMPUESTO Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), a partir de la reforma energética, permitió tener ingresos de alrededor de 300,000 millones de pesos. La pregunta aquí a plantear es: este impuesto, al no ser deducible por el consumidor, ¿es utilizado para mejorar las carreteras, infraestructura o el medioambiente? Es tiempo de que este monto sea etiquetado en 2022 para programas que reactiven la actividad secundaria de la economía.
México tiene una alta demanda de combustibles, y a razón de la reforma de 2014 se ha beneficiado la administración de la nación por más ingresos provenientes del IEPS. Los impuestos por cada litro han aumentado de un 18 a 42 por ciento en promedio del costo al consumidor. ¿En qué son usados estos?
El mundo inventó la tecnología, y esta requiere de materias primas, componentes y usuarios para cerrar el ciclo de la evolución del ser humano en el planeta. Pero todo esto significa que es acotada a un valor tangible que a cada parte del proceso incluye un monto de inversión y, por ende, tenga un costo al final de la cadena en donde cada individuo hace transacciones para poder tenerlo.
Eso ha derivado en que ciertos productos o servicios crean mercados que originan grandes volúmenes de consumo a diario y originan un flujo de efectivo diario circulando, y el más común y redituable hasta el momento es el combustible. Ante esta camaleónica economía de la actualidad, los gobiernos han dado la facultad y facilidad a cada administración, que tiene un espacio en el tiempo de cada nación, para cobrar impuestos por cada litro o galón, que es despachado en las estaciones de servicio y que son parte del valor final del producto.
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Pero la pregunta ahí está, todos estos impuestos cobrados en los combustibles en qué son usados en cada país. En general, a nivel mundial, son inyectados para financiar proyectos de infraestructura, carreteras, puentes y sistemas de transporte público. En algunos países los utilizan para mejorar la calidad del aire y el medioambiente.
La actualidad virtual que tenemos en este momento es transitar a energía limpias, y solo se está hablando del cómo generar la electricidad y tratando de dejar a un lado lo que hoy realmente estamos usando para mover el transporte. Esto fue confirmado por Toyota: “Es demasiado pronto para concentrarse en una opción”, dijo el director Shigeki Terashi, refiriéndose a los carros eléctricos. Esta empresa en 2020 alcanzó un 10.5 por ciento del mercado global y vendió 7.86 millones de unidades, siendo el líder de las marcas más vendidas. En México hay hoy día alrededor de 1,480 carros eléctricos y 90,000 del tipo híbrido, con un total de más de 35 millones de automóviles de pasajeros circulando.
Estados Unidos ha incrementado la utilización de combustibles renovables desde el siglo pasado como una forma de que la industria petrolera cumpla de manera confiable con el Estándar de Combustibles Renovables. Estos son reconocidos por medio de Números de Identificación Renovables (Renewable Identification Numbers – RIN), los cuales obligan a cada refinería a mezclar una cierta cantidad de galones según el porcentaje de la capacidad total de la refinería, y cuyo objetivo es que los consumidores sientan en última instancia los beneficios medioambientales y precios bajos al realizar mezclas económicas comparada con un producto puro fósil. Por ello se ha emitido la propuesta de Ley de integridad estándar de combustibles renovables de 2021 para cumplir con el RIN.
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¿México qué tiene que ver con todo esto? El Instituto Mexicano del Petróleo ha realizado reformulaciones nuevas y mejoras a las gasolinas a partir de procesos de transformación de biomasa, es decir, incluir combustibles renovables que ayuden a mejorar la calidad. Y alineado a lo que la India realizará al incorporar un mayor porcentaje de combustible de este tipo en los motores, dando a lugar al crecimiento de la parte agrícola.
En el mundo hay una separación real a mediano plazo. La primera es el cambio del con qué generar la electricidad, donde se incluyan las energías limpias, pero sin olvidar el hidrocarburo gaseoso y el gas natural (el cual continuará su uso por más de cinco décadas). Y la segunda en continuar usando los combustibles fósiles bajo el concepto de mejorarlos para obtener un mejor rendimiento por cada kilómetro recorrido con un menor volumen y alcanzar una combustión completa. En resumen:
• El mercado de combustibles confirmado, controlado a base de estímulos otorgados por la SHCP en forma semanal, con el objetivo de mantener la inflación controlada.
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• En 2021 esto no ha funcionado al tener una inflación arriba del objetivo del Banco de México del 3 por ciento.
• La economía no crece, y un indicador es la contracción de la demanda de combustibles de abril a mayo. Esto indica un tercer semestre complicado, en el caso de que varios estados regresen a semáforo rojo y no se permita la movilidad. Esto traerá como consecuencia incertidumbre para la IED.
Propuesta: el IEPS etiquetarlo para el sector secundario y permitir hacer mezclas de combustibles renovables para estar alineado con nuestros socios en el T-MEC. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.