A partir de este viernes 30 de abril entró en vigor el embargo al camarón mexicano por parte del gobierno de Estados Unidos que retiró la certificación por el uso inadecuado de los Dispositivos Excluidores de Tortugas Marinas(DETs), que no es comparable al estadounidense.
Para la flota camaronera mexicana se contempla una pérdida de 257 millones de dólares, para pescadores de Campeche, Mazatlán, Puerto Chiapas, Puerto Juárez, Puerto Peñasco, Salina Cruz, San Blas y Tampico.
Otro embargo a las pesquerías marítimas impuesto por Estados Unidos, es el del Alto Golfo de California, que afecta a Baja California, Sonora y Sinaloa, por no proteger a la vaquita marina.
En 2010 también ocurrió un nuevo veto a la exportación de camarón mexicano por la misma causa, no proteger a las tortugas a la hora de pescar.
Hace 12 años, las pérdidas se consideraron de 90 millones de dólares, porque al igual que hoy, el principal cliente es el mercado estadounidense.
Los barcos camaroneros deben tener mecanismos que permitan el escape de las tortugas cuando quedan atrapadas en las redes, al arrastrar a los camarones y a juicio de las autoridades de Estados Unidos no los tienen, o no son equiparables a sus barcos.
Algunos países que si pueden exportar el crustáceo porque protegen a las tortugas marinas, son Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Surinam, Gabón, Nigeria, entre otros.
Los camarones cultivados en granjas, si pueden seguir exportándose, aunque no tienen la misma demanda que el silvestre, porque el sabor demerita en el gusto de la gente.
Pese a que México no es el mayor pescador del crustáceo, si es el que tiene mejores ventas, porque el sabor mexicano no tiene comparación con el asiático. Las granjas acuícolas también han crecido y cuando menos se “siembra y cosecha” camarón en 14 estados.