RECORDEMOS que, cuando un país recurre a la importación, es debido a que no tiene o no produce el producto dentro de su mercado. Eso era bueno hasta antes de la pandemia, pero eso cambió y ahora cada país está preguntando qué tanto dinero está saliendo en función de la balanza comercial, y si el país al que estoy importando es recíproco conmigo y deja invertir a mis empresas, y si el acuerdo/tratado es respetado y no modificado por medio de la actualización de leyes, normas o regulaciones para el momento pensante de una administración en turno y no con base en el futuro de una nación.
Un ejemplo para nosotros es el reciente reporte emitido por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el cual se basa en diferentes monitoreos que han realizado varias dependencias de este país respecto a naciones donde realizan intercambios comerciales. Entre estas está México, por lo que debemos considerar los siguientes comentarios:
• “Estados Unidos tiene una desventaja de balanza comercial con México en 2020”.
• “México depende más de su demanda externa, y no de la interna, ya que la política fiscal austera continúa pesando sobre la actividad interna”. No tenemos un mercado en crecimiento, solo existe una economía circular estacionaria.
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• “La demanda externa fuerte de Estados Unidos amortiguó las exportaciones, mientras que la austeridad fiscal en México dejó la economía más expuesta a los efectos de la pandemia, lo que provocó un colapso de la demanda interna que tuvo como resultado una compresión de las importaciones”. Apostamos al crecimiento económico mediante la exportación y no protegimos el mercado interno, a sabiendas de que el mundo dejó de moverse, y aprovechamos nuestra cercanía con nuestro socio comercial, y ellos se han dado cuenta de eso.
• “Una entrada récord de remesas en 2020, que aumentó un 11 por ciento, hasta superar los 40,000 millones de dólares, y contribuyó con el 3.7 por ciento del PIB al superávit de la cuenta corriente”. Esto lo analizarán en Estados Unidos como algo a disminuir en los próximos meses. ¿México debe considerar esto? Nosotros lo asumimos como un logro económico, cuando indica una fuga de capitales de Estados Unidos, y que debería ser gastado por ciudadanos de ese país. Esto fortalece a la moneda mexicana al tener divisas diarias.
• El peso no es débil, por lo tanto, puede entrar en el juego de los grandes. “México ha intervenido en mercados cambiarios mínimamente desde 2017, y sus incursiones durante la última década ha sido de ventas de divisas que han apoyado (fortalecido) la moneda mexicana”. Ante esto debe haber ciertos cambios de nuestro socio en el cómo y para qué salen las divisas hacia nuestro país.
• “Existe una política monetaria prudente, y con metas de inflación del país y el régimen de tipo de cambio flexible. Siguen siendo pilares cruciales del marco macroeconómico para la resistencia de México a los shocks o crisis”. Estados Unidos confirma que México no tiene qué intercambiar en una balanza comercial para el futuro debido a que depende de quien quiera invertir para manufacturar una tecnología creada fuera de este, y para usar dentro su mercado.
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• “La austeridad fiscal continúa, y el deterioro del clima de inversión interna probablemente también afectará la demanda interna y limitará el reequilibrio externo”. No existe un plan de desarrollo económico, solo está basado en el crecimiento por intercambios comerciales con otros países, pero esto tendrá un límite al ver que no se importa y solo se quiere exportar.
• “La ausencia de una respuesta contracíclica a la pandemia posiblemente no compensó un fuerte aumento de la pobreza, y las autoridades estimaron preliminarmente un aumento de 7-8 por ciento (9-10 millones de personas), con una consecuente disminución en consumo que puede resultar duradero”. El poder adquisitivo disminuyó, y esto al tener una inflación por arriba de lo estimado ha incrementado la canasta básica, ligado a una contracción de personas empleadas durante el 2020, con lo que se genera una recontratación con salarios mas bajos comparados con los de antes de la pandemia. No hay circulación del dinero, y la economía hoy día depende del presupuesto de la nación.
• “El FMI advirtió que el ingreso per cápita se mantendrá por debajo de los niveles prepandémicos hasta la segunda mitad de la década, y estima que el paquete de apoyo fiscal de México ascendió a menos del 1 por ciento del PIB, la cantidad más baja de apoyo entre el G20 y sus pares regionales”. El poder adquisitivo de cada mexicano estará contraído, esto traerá como consecuencia un posible estancamiento individual de cada persona al no poder tener acceso a créditos, mejor calidad de vida, y una disminución de oportunidades al depender de que el presupuesto de la nación sea bien empleado en educación, salud y reforzamiento de la cadena productiva en los mercados internos.
• “La inversión insuficiente del sector privado amenaza con obstaculizar la recuperación y reducir el potencial de crecimiento a largo plazo. El costoso apoyo de México al aumentar el dominio del mercado de las empresas estatales deficitarias tiene como consecuencia directa el agotar los recursos públicos para gastos esenciales, y margina la inversión en energía. Permitir una mayor inversión privada pudiera liberar espacio fiscal para inversiones más productivas, y una mejor protección social”. Requerimos tener un balance entre la inversión privada y pública, que lo que una no pueda realizar la otra lo realice, siempre y cuando en el mercado exista un crecimiento. Pero al no haber un fortalecimiento de este solo dejará oportunidad al público, limitando el crecimiento del país, al depender solo del dinero recaudado, pero sin empresas, asalariados y falta de negocios. ¿Cómo lo haremos?
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• “En la medida en que las exportaciones netas de energía de Estados Unidos a México puedan disminuir, y como resultado del objetivo de política de México de una mayor independencia de los combustibles fósiles, el superávit comercial de México con Estados Unidos puede aumentar”. Nuestro socio comercial ha dado cuenta de que no llegaremos a este objetivo si continuamos con todo lo anterior, y esto indica que ante los cambios estructurales comerciales que vienen pudiera cambiar la balanza a positiva de Estados Unidos respecto a México. Ellos crearán un nuevo modelo de negocios basado en el cambio climático, emisión cero de carbón, y esto lo realizarán siendo autosuficientes tecnológicamente con su propia manufactura, cubriendo su demanda interna para posteriormente exportar.
Adivinen quiénes seremos los mayores compradores. México debe considerar estas observaciones y corregir el rumbo. Nuestro socio comercial está observando, y tiene algunos cambios para disminuir el déficit en el balance de intercambios comerciales y de divisas. ¿Qué vamos a hacer entonces? N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.