EL AÑO 2020 significó un cambio radical en todas las economías del mundo destinado a una transfiguración total del plan que tenían hasta antes de la pandemia.
Muchas de las naciones, al realizar este cambio, han revelado su verdadera naturaleza y cultura, las cuales serán las bases para llegar a tener una estabilidad en cada una de las personas que habitan dentro de ella.
La gente no requiere salir de México, las divisas son flujos de efectivos diarios para el gasto de una familia, y estas no son inversiones de largo plazo que ayuden a tener infraestructura, tecnología y dejar de importar al producirlo dentro de nuestro país.
Las divisas solo sirven para continuar siendo serviles a los negocios, y solo nos convertimos en consumidores. Esto solo genera empleos, con un cierto nivel requerido, de mano de obra calificada; ello cuando el futuro es el desarrollo energético, manufacturero y infraestructura para dar un soporte a cada familia, al tener un poder adquisitivo mayor al que hoy pretendemos que podemos tener.
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Limitar los negocios, inversiones, relaciones comerciales, y el pensar que se puede ser autosuficiente sin tener la tecnología es sinónimo de que no se tendrá un crecimiento económico.
El dinero crea negocios, empresas, empleos, servicios y circulación de dinero en crecimiento; las leyes se organizan para facilitar todo lo anterior. Usarlas para el control limita una misión de largo plazo.
La inversión extranjera directa se ha contraído de 2018 a 2020 en un 43 por ciento en nuevas inversiones, y solo ha caído en forma general un 14 por ciento. La caída no fue más profunda en el total debido a que las empresas, para poder mantener los negocios, fueron apoyadas por sus matices e inversionistas, pero esta situación no podrá continuar sosteniéndose al no haber nuevos negocios, y esto complica el retener divisas para su inversión productiva dentro de México.
Requerimos hacer un plan de desarrollo económico con la inversión pública-privada, siendo la de mayor importancia la última, porque puede tener acceso a recursos financieros en forma rápida.
Con datos del INEGI del mes de enero, podemos encontrar que hay acumulados:
—2.9 millones de personas desocupadas.
—El sector terciario es el más afectado con 2.6 millones desocupadas.
—Un aumento en mas de 900,000 personas que ganan un salario mínimo.
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Algunas personas han conseguido empleo, pero ganando mucho menos, y esto es un indicativo de que el poder adquisitivo está disminuyendo. Recordemos que, en enero, la inflación en el país registró una variación mensual de 0.86 por ciento, y que fue impulsado mayoritariamente por el alza en los precios de los energéticos, los cuales aumentaron 5.23 por ciento en enero de 2021 respecto a diciembre de 2020.
Considerando los datos al cierre de 2020 del Inegi del PIB a valores constantes se observa una contracción de 2018 a 2020 del 7.64 por ciento. Esto ha traído como consecuencia que la balanza comercial indique que estamos importando una mayor cantidad de productos, servicios y materias primas al no tener México dentro de su producción.
En México el presupuesto por muchos años ha sido de índole social en su mayoría a un promedio del 65 por ciento, y la parte del desarrollo económico, no más del 28 por ciento. Esto indica que cada administración pasada, y actual, no cuenta con el suficiente recurso financiero para poder mover la carreta de la economía, por lo que requieren de la privada. ¿Sí o no?
Uno de los sectores fundamentales para el desarrollo económico a partir de 2021 será el energético, que en México representa 5.76 por ciento del promedio total del PIB (4.10 por ciento, hidrocarburos y 1.66 por ciento, eléctrico).
El que más aporta de los sectores en el PIB es el terciario, con un 64 por ciento en promedio. Esto indica que somos un país de servir a los negocios, y no de crearlos por medio de la actividad secundaria y aprovechando las energías primarias.
Un puchero con carne estará basado principalmente en tener un desarrollo económico y una población con una mejor salud. Para realizarlo deberá contarse con recursos financieros, tecnología e infraestructura, para poder llevar una vida digna en el planeta. Una de estas variables es mejorar la calidad del aire utilizando la tecnología y ayudando a poder mutar a los nuevos cambios que la naturaleza hoy día ha determinado. Un ejemplo de esto sería tener combustiones más completas dentro de las cámaras de combustión en los automóviles.
Todo lo anterior dependerá del cómo usemos la tecnología, y para qué la usamos. Pero todo este cambio requiere recursos para su transfiguración, y esto solo será aplicado por aquellas naciones que tiene una cultura de planeación del cómo y el cuánto.
En México la pandemia ha traído como consecuencia la confirmación del cómo hacemos las cosas dentro del crecimiento económico: planes sexenales, y esto dará lugar a que continuaremos dependiendo del mundo.
Continuar teniendo un puchero sin carne significa una reducción de nuevas inversiones extranjeras, y una falta de circulación de dinero adicional por medio de la creación de nuevos negocios; bajo un programa de desarrollo económico apoyado entre lo público-privado podremos caer en un crecimiento del país en una curva suave prolongada, y estaremos con una desventaja ante otros países con quien intercambiamos comercio, como nuestros vecinos que están dentro del T-MEC. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.