La sintomatología causada por el coronavirus SARS-CoV-2 varía constantemente de persona a persona y provoca desde infecciones asintomáticas hasta neumonías muy graves, o incluso la muerte.
La revista Science publicó un estudio internacional que demuestra cómo el 10.2 por ciento de las personas que pasa por una infección grave tiene anticuerpos que bloquean una molécula propia del sistema inmunitario: el interferón tipo 1 (IFN).
De acuerdo con los resultados, estos autoanticuerpos serían capaces de boicotear la funcionalidad del sistema inmunitario en estos pacientes.
El hallazgo, liderado por el INSERM y la Universidad de Rockefeller, surgió tras el estudio de 987 muestras de sangre, todas de personas que han sido ingresadas por neumonías graves causadas por el nuevo coronavirus en hospitales de todo el mundo.
El equipo de investigadores comparó los resultados de este estudio con los datos de 663 personas asintomáticas, ninguna de las cuales presentaba estos autoanticuerpos, y de 1,127 individuos sanos, de los cuales solo cuatro sí los presentaron.
Con estos resultados se podrá identificar qué personas con infección por SARS-CoV-2 es más probable que desarrollen síntomas graves. También facilitará la adaptación de los tratamientos destinados a estas personas con autoinmunidad.
CAUSA, NO CONSECUENCIA
“Estos anticuerpos son previos a la infección, es decir, las personas ya eran portadoras y, a consecuencia de esta disfunción inmunológica, presentarán unas manifestaciones del COVID-19 más severas y potencialmente mortales. En otras palabras, esta alteración es la causa y no la consecuencia de la gravedad de la infección por SARS-CoV-2”, explicó David Dalmau, del Hospital Universitario MútuaTerrassa a la agencia Sinc.
Del 10.2 por ciento encontrado, la mayoría de casos descritos son hombres. “Esta tendencia podría relacionar la producción de los autoanticuerpos contra el IFN, previa a la infección, con el sexo”, comentó al mismo medio Carlos Rodríguez-Gallego, del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín.
Las implicaciones clínicas de los resultados de este estudio serán directas. “En primer lugar, detectar estos anticuerpos permitirá prever algunos de los pacientes que acabarán desarrollando sintomatología grave. Por ello, y siempre que estos hagan una donación de sangre, habrá que comprobar si hay presencia de estos autoanticuerpos”.
Los interferones, señala Sinc, se encuentran en la primera línea de defensa del cuerpo a la hora de combatir la infección por SARS-CoV-2. En algunos casos, incluso se pueden administrar como tratamiento del COVID-19.
No obstante, en el caso de los pacientes con autoanticuerpos, el tratamiento con interferón no es efectivo, “ya que estos anticuerpos bloquean, precisamente, el interferón. Estos pacientes, sin embargo, podrán recibir tratamientos más personalizados, con el objetivo de eliminar los autoanticuerpos”, se explicó.