La bandera de Estados Unidos fue retirada de Chengdu, y la de China ya no está en Houston. El constante enfrentamiento entre el gobierno de Donald Trump y Pekín llevó este el mes pasado al cierre de dos consulados, cuyas labores empezaron hace más de tres décadas.
Estados Unidos dio el primer paso en este nuevo episodio cuando ordenó el cierre del consulado chino en Houston, argumentando que se trataba de “un centro para el espionaje y el robo de propiedad intelectual”.
Como represalia, el país asiático “tomó posesión” del recinto diplomático estadounidense en Chengdu y acusó que algunos de sus funcionarios “han realizado actividades que van más allá de sus funciones, se han inmiscuido en los asuntos internos de China y han puesto en peligro la seguridad y los intereses chinos”.
Si bien los señalamientos entre ambas potencias surgieron desde que el presidente Donald Trump llegó a la presidencia, el enfrentamiento entre ambas potencias es cada vez mayor y, en medio de la pandemia por coronavirus, preocupa que surjan cada vez más aristas.
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Para el investigador Alejandro Chanona Bruguete, estas tensiones diplomáticas podrían continuar en los próximos días, pues se percibe que los países “están luchando en el orden económico liberal y capitalista”, aunque no prevé una ruptura de relaciones ni ataques entre ambos países.
En entrevista con Newsweek en Español, el internacionalista recordó que esta confrontación debe entenderse en el marco de una crisis por la pandemia, la lucha por mercados comerciales y tecnológicos, y la influencia de política al interior de los países, como la próxima elección presidencial en la que Trump busca un segundo periodo.
“Coyunturalmente a quien le beneficia buscar un enemigo externo puede ser al propio Trump, tanto lo del T-MEC, el tema del muro fronterizo y el conflicto con China generan distractores hacia un presidente que en los últimos meses ha ido perdiendo terreno según las últimas encuestas”, dijo Chanona.
La disputa orquestada por Donald Trump
Desde que inició su campaña presidencial en 2015, Trump ha atacado al gigante asiático, al que dijo que designaría como un ”manipulador de divisas” para obligarlo a negociar y abrir la puerta “a una relación comercial justa, y mucho mejor”.
Trump inició formalmente la guerra comercial al ordenar aranceles de 50,000 millones de dólares a los productos chinos, acción a la que llamó una “respuesta a las prácticas comerciales desleales de China a lo largo de los años”.
Pekín respondió con una política similar, pero en 2019 reportó que su crecimiento económico fue de 6.1%, la tasa más baja en casi 30 años.
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El descontento de Trump, explicó Chanona, se debe a que China logró penetrar durante mucho la economía de Estados Unidos, mientras desarrollaba armamento.
La guerra comercial alcanzó una tregua en enero de este año, con un frágil acuerdo en el que China se comprometió a comprar 200,000 millones de dólares adicionales en productos estadounidenses durante dos años.
Sin embargo, Washington parece no estar del todo conforme con el acuerdo, y los señalamientos hacia Pekín no se han reducido.
Huawei, Hong Kong y el “China Virus”
Uno de los frentes que causa más inconformidad de Estados Unidos hacia China es el que corresponde al desarrollo tecnológico y la empresa Huawei es el principal blanco de los ataques estadounidenses.
Huawei, la empresa líder en la telefonía celular y la red 5G, está acusada en Washington de colaborar con el ejército chino, robar secretos comerciales y apoyar las labores de espionaje.
Estados Unidos incluso presionó a sus aliados en el mundo para que eviten sus equipos, algo que China califica como una excusa para “eliminar” a esta empresa con presencia en todo el mundo.
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Al respecto del coronavirus, Trump acusa a Pekín de intentar esconder su origen desde que fue reportado en Wuhan y de ser responsable de la pandemia, que suma más de 668,000 muertos en todo el mundo.
Washington sugiere que el virus escapar de un laboratorio en Wuhan, mientras que el mandatario se refiere ocasionalmente al SARS-CoV-2 de formas xenófobas como “China Virus” o “Kung Flu”.
A estas disputas se suma el descontento de Estados Unidos y el fin del trato económico hacia Hong Kong por la aprobación de China de una ley de seguridad nacional en este territorio semiautónomo que amenaza con afectar las libertades de sus ciudadanos.
Trump 2020 y las repercusiones
De acuerdo con Alejandro Chanona, si se considera que Trump puede aprovechar la rivalidad con China para su campaña rumbo a un segundo mandato, las tensiones diplomáticas pueden escalar.
“El gobierno de Trump va a seguir con las amenazas y sanciones que supuestamente ya habían sido subsanadas en enero de este año. Creo que va a seguir el tema de las acusaciones sobre el espionaje”, explicó.
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Consideró que se trata de “la construcción de un nuevo balance de poder en el mundo, que se escribe en el marco de la confrontación entre Estados Unidos y China, y siempre van a buscar negociar”.
El especialista dijo que no se prevé la ruptura de relaciones diplomáticas, ni que China tenga un proyecto militar, pero que la preocupación está en las confrontaciones focalizadas y los grupos que quedan entre ambas naciones.