Con esta pandemia, en México hemos vuelto a estar en el mismo ciclo de la economía mexicana de tener visiones sexenales a un límite de corto tiempo y sin tener una misión de largo plazo.
Existe un documento denominado “Memorándum de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, a servidores públicos e integrantes de los órganos reguladores del sector energético”. Dicho documento señala la nueva visión de la administración y da lugar a una readecuación en el plan de desarrollo nacional. Este cambio se debe principalmente ante la falta de recursos de la inversión pública y ante la incertidumbre económica actual que en México está aconteciendo.
El documento tiene varios puntos que llaman la atención y que debemos considerar para cualquier negocio energético en México.
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∞ Confirma que no hay dinero para Pemex-CFE ni para cubrir toda la demanda en crecimiento, en la parte energética que necesita el país, por parte de la inversión pública.
∞ No llegará a 1.2 millones de barriles el envío a las seis refinerías en diciembre del 2020 como se ha comentado, sino que será hasta 2022.
∞ La máxima producción nacional esperada entre Pemex y privados sería de 2.2 millones de barriles en 2022.
La tabla siguiente sería la nueva visión con base en la realidad actual:
∞ Deberá incrementar la producción de crudo ligero de un 32 a 40 por ciento del total producido. Dependerá de los recursos disponibles de Pemex y privados.
∞ Para 2021, con un tipo de cambio de 22 pesos, el mercado de hidrocarburos requerirá una inversión de unos 574,000 millones de pesos, y en 2024, de 665,000 millones de pesos. Pemex deberá tener un presupuesto entre los 480,000 millones y 550,000 millones de pesos para poder cumplir con la nueva visión. Y hay que recordar que Pemex y la CFE entregan en pesos, y ahora hay que dar más presupuesto ante la depreciación del peso ante el dólar en 2020.
∞ Dejaríamos de exportar, y la pregunta es si la SHCP tendrá alguna estrategia para compensar las divisas en dólares que pudieran dejar de entrar en el país con base en el tipo de cambio que podría estar entre los 22 a 23 dólares. Con información de Clipper Data, México exporta a Estados Unidos, de acuerdo con el cierre de 2019 y con proyección de las ocho empresas que tienen un contacto directo en la compra de crudo, vemos una relación comercial de largo plazo con la empresa Valero, que importa un promedio de entre 120,000 y 130,000 barriles por día durante 2019, lo que ayuda a que el país tenga divisas. Ante esta situación, al reducirse la disponibilidad de crudo de exportación en 2022, Pemex y la nación deberán seleccionar dónde y a quién vender en los futuros contratos, pero las empresas de Estados Unidos serán la prioridad ante la reducción de costos de logística comparado con Europa o Lejano Oriente.
∞ CFE pretende realizar inversiones en nuevas plantas, pero dependerá de la cantidad de dinero disponible de la inversión pública y deberá considerar la capacidad en MW de cada una en lo que pretende construir. Los planes se han realizado con un tipo de cambio de 19.90 pesos y han sido modificados por el tipo de cambio actual al deber tener una mayor cantidad de pesos para pagar en dólares en cada contrato que resulte.
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∞ Las hidroeléctricas deberán primero hacer un diagnóstico con base en la revisión de cada una y sobre cuánto es la vida útil adicional que tendrán; el objetivo será determinar el monto de la inversión requerida para maximizar dichas plantas. Todo alineado al promedio de captación de agua por lo menos de los últimos años para poder incrementar la generación con base en el volumen de desfogue para producir electricidad en un mayor tiempo durante cada día del año.
∞ El texto contrapone los acuerdos firmados y consensuados dentro del T-MEC en el capítulo 28 de buenas prácticas de reguladores, en donde debería fomentar enfoques regulatorios compatibles entre las partes y reducir o eliminar requisitos regulatorios onerosos, duplicativos o divergentes, lo que beneficia al comercio y la inversión, dotando de certeza, entre otras cosas, al ambiente de negocios.
Regresar a la contratación solo por medio de las empresas productivas del Estado no sería lo idóneo debido a que volveríamos a realizar contratos que no generarían un crecimiento energético y solo estaría limitado a una política pública de una visión sexenal que fuerzan a Pemex-CFE a cumplir, eliminando la misión de la nación y reduciendo proyectos de inversión privada que puedan asumir los riesgos financieros, construcción y operativos.
México no regresaría a empresas monopólicas del Estado, crearía un mercado cerrado discriminatorio y no alineado a un intercambio regional que tendremos los próximos cuatro años ante la contracción de la globalización.
Sin dinero no hay misión de nación. La visión no genera certidumbre en mercados en crecimiento.
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.