El huracán Laura subió este miércoles a la categoría 4 de una escala de 5 y se convirtió en “extremadamente peligroso”, indicó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
Con vientos de hasta 220 km/h, Laura amenaza ahora las costas estadounidenses del golfo de México con una crecida de las aguas potencialmente “catastrófica”.
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Más de 100 plataformas petroleras en el Golfo de México fueron evacuadas como medida de precaución.
Pocas horas
“Solo tienen unas horas para prepararse y evacuar”, advirtió en Twitter John Bel Edwards, el gobernador de Luisiana, estado aún traumatizado por la devastación causada en 2005 por Katrina, un huracán de categoría 5, la máxima, que inundó el 80% de Nueva Orleans, dejando 1,000 muertos y enormes daños.
“Dondequiera que estés al mediodía, ahí es donde deberás capear el temporal”, agregó.
En tanto, el gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que Laura podría alcanzar vientos de hasta 255 km/h, por lo que “necesitamos estar preparados”.
Y agregó que en relación con Harvey, el huracán de categoría 3 que en 2017 causó inundaciones catastróficas y mató a 68 personas, “esto será más un evento de viento”.
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Laura se encontraba 450 km al sur-sureste de Lake Charles y a similar distancia de Galveston, Texas, y se desplazaba a 24 km/h, de acuerdo con el boletín del NHC de las 12:00 GMT.
Según el pronóstico, Laura tocará las costas de Texas y Luisiana en la noche y “se adentrará en el continente esta misma noche o el jueves por la mañana”.
No obstante, se espera un “rápido debilitamiento una vez que Laura toque tierra”, indicó.
Pero las marejadas ciclónicas y los fuertes vientos “llegarán dentro del área de advertencia mucho antes del centro de Laura más tarde hoy” por lo que “todos los preparativos para proteger la vida y la propiedad deben apresurarse y terminarse en las próximas horas”, indicó el NHC.
También advirtió de precipitaciones hasta el viernes de entre 130 y 250 milímetros, con algunos picos de casi 400 mm en el oeste de Luisiana y el este de Texas.
Evitar contagios
Ante la amenaza, las zonas de mayor riesgo estaban siendo evacuadas y se abrieron varios refugios, con precauciones sanitarias para evitar contagios de covid-19, por lo que el gobernador Abbott -cuyo estado sufre una importante ola de contagios- instó a aquellos que pudieran pagarlo a refugiarse en hoteles y moteles “para aislarse”.
En Nueva Orleans, la alcaldesa LaToya Cantrell ya había instado el martes: “No olviden la covid-19 con los efectos del huracán”.
Ya el martes, el Barrio Francés, el centro histórico, se vació de turistas en tanto se apilaron sacos de arena frente a puertas y ventanas, y se protegieron los edificios de arquitectura colonial con chapas de madera.
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“No me preocupa que el agua entre con la tormenta, me preocupa la lluvia y que las bombas no funcionen, y eso es lo que causarán las inundaciones”, dijo a la AFP Robert Dunalp, propietario de un comercio, con el vívido recuerdo de Katrina.
Sonya Mcculler, que vivió aquel devastador ciclón hace 15 años, dice esperar cualquier cosa, porque “en un momento puedes pensar que no va a suceder y al minuto siguiente estás tratando de prepararte para asegurarte de no quedarte atrapado. Es una locura”.
Laura pasó el lunes como tormenta tropical por Cuba, donde dejó intensas lluvias, fuertes marejadas y algunos daños, tras pasar sobre la isla La Española, que comparten Haití y República Dominicana, dejando una estela de 25 muertos.
Se prevé que esta temporada de tormentas del Atlántico, que se extiende hasta noviembre, sea una de las más duras. El NHC pronostica hasta 25 temporales y Laura es la duodécima hasta ahora, mientras que Marco, que llegó a tener fuerza de huracán, se disipó el martes frente a la costa de Luisiana antes de tocar tierra.