El gobernador de Texas anunció este jueves una “pausa” en el desconfinamiento iniciado en este estado del sur de Estados Unidos debido “al reciente aumento de los casos de covid-19 y de las hospitalizaciones”.
“Esta pausa temporal ayudará a nuestro estado a contener la propagación (del coronavirus) hasta que podamos ingresar en la nueva fase de reactivación de los comercios”, dijo el gobernador Greg Abbot en un comunicado, en el que también pide a la población usar barbijo y respetar el distanciamiento físico.
Casi cuatro meses después de reportar su primera muerte por COVID-19, Estados Unidos se enfrenta a una profunda crisis sanitaria a medida que más jóvenes contraen el virus y los expertos advierten que la situación es crítica.
El inmunólogo en jefe de la Casa Blanca, Anthony Fauci, dijo que esta nueva oleada de casos era “preocupante” y que “las próximas dos semanas serán críticas”.
Texas, uno de los estados más agresivos en la reapertura a principios de junio, reportó el martes un récord de 5,489 nuevos casos diarios y Abbott dijo el miércoles que ante la “desenfrenada” propagación del virus, el lugar “más seguro” era quedarse casa, y que de ser necesario salir, se recomendaba el uso de la mascarilla.
“Si no somos capaces de frenar la propagación en las próximas semanas, tendremos que reevaluar el grado de apertura de los negocios”, dijo al canal local de NBC. “Si no se contiene… estará completamente fuera de control”.
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“Ahora está claro que Texas no es inmune a COVID-19”, añadió este responsable aliado del presidente Donald Trump, quien se ha felicitado por su parte por el “gran trabajo” hecho por su gobierno para contener el virus.
“Amnesia”
Texas atribuye el incremento al feriado por el día de los caídos, que llevó a miles de personas a playas y otros espacios públicos, así como a las celebraciones por las graduaciones escolares.
En California –que solo el martes registró 7,149 nuevos casos, un récord que empuja el total de positivos a 190,222 con 5,632 fallecimientos– el gobernador Gavin Newsom dijo que un incremento era “esperable” también por las masivas protestas por la muerte del afroestadounidense George Floyd.
“No podemos seguir haciendo lo que hemos hecho en las últimas semanas”, dijo el miércoles en una rueda de prensa virtual. “Muchos desarrollamos un poco de fiebre del encierro. Algunos desarrollaron un poco de amnesia. Otros, francamente bajaron la guardia”.
En la turística Florida, que el 10 de junio reabrió las playas, se registró un récord de nuevos infectados (5,508) y el lunes superó la barrera de los 100,000 casos positivos.
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El gobernador, Ron DeSantis, lamentó la “verdadera explosión de nuevos casos entre la juventud” –la edad promedio es de 33 años– y advirtió que los bares y restaurantes que no siguen las reglas de distanciamiento social corren el riesgo de perder sus licencias de venta de alcohol.
Pero se negó a imponer una orden obligando el uso de mascarillas, como en otros estados.
Los trabajadores de Disney World en ese estado, el parque de atracciones más visitado del mundo, pidieron atrasar su reapertura prevista para mediados de julio, según CNN.
Disney informó este miércoles que la fecha que tenía prevista para abrir Disneyland en California –que aún requería autorización de las autoridades– sería atrasada.
Otros estados del sur como Arizona, las Carolinas, Oklahoma y Arkansas también están registrando aumentos en sus nuevos contagiados.
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Con información de AFP