Los científicos dicen que han desentrañado el misterio del fenómeno inusual del “agua urticante” que desde hace mucho han reportado los nadadores y buceadores con snorkel que se han acercado demasiado a las medusas invertidas: la criatura lanza una mucosidad tóxica llena de “granadas” diminutas de células urticantes.
Los individuos que han experimentado el agua urticante dicen que se siente como haber sido picado por una medusa, a pesar de no haber tenido contacto con los animales. Se han propuesto varias hipótesis para explicar el fenómeno —incluidos tentáculos de medusa cortados, piojos de mar, anémonas u otros animales marinos urticantes—, sin embargo, la causa exacta seguía sin saberse.
Pero ahora un estudio publicado en la revista Communications Biology revela lo que podría ser el verdadero culpable.
“[Este estudio] comenzó cuando yo y otros biólogos marinos nos interesamos por la fuente del ‘agua urticante’: una sensación irritante que ocurría mientras estudiábamos las medusas invertidas en las aguas de los manglares, y trabajando en conjunto con acuaristas de importantes acuarios públicos”, dijo a Newsweek Cheryl Ames, una autora del estudio de la Universidad de Tohoku, Japón, y el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian.
“Había varias teorías compartidas por colegas biólogos marinos, y comentarios publicados en línea de gente que experimentó el agua urticante al bucear con snorkel o nadar en esas áreas. Queríamos hallar la explicación científica detrás del antiguo misterio del agua urticante”, comentó ella.
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Ames y sus colegas investigaron una medusa del género, o grupo de especies, Cassiopea, a las que se les conoce comúnmente como “medusas invertidas”. Estos animales se encuentran en aguas costeras cálidas, como manglares, bahías y lagunas, en Australia, Bermuda, Fiji, los cayos de Florida, las islas caribeñas, las islas hawaianas, Indonesia, Palau, Panamá, Papúa, Nueva Guinea y el mar Rojo, así como invasivamente en el mar Mediterráneo cerca de Turquía.
“Las cassiopea, como lo sugiere su nombre común de medusas invertidas, se encuentran bocarriba en el fondo de aguas costeras poco profundas en bahías, manglares y lagunas, pulsando rítmicamente en grupos de cientos o miles de individuos”, dijo Ames.
“Como todas las medusas, las cassiopea son carnívoras, pero a diferencia de muchas medusas, también tiene algas unicelulares viviendo en sus células. Esta relación simbiótica les permite a las cassiopea obtener nutrientes a través de la actividad fotosintética de las algas, más o menos como una planta hace su propio alimento”, explicó ella.
Cuando estas medusas se alimentan, liberan nubes de mucosidad que usan para atrapar presas como una red. Luego chupan la mucosidad lena de presas —como camarones y otro plancton— usando sus estructuras alimentarias como holanes para consumir la comida.
Los investigadores decidieron analizar esta mucosidad en el laboratorio, sospechando que podría ser la responsable de la sensación del agua urticante. Usando técnicas avanzadas de microscopio, fueron capaces de identificar masas diminutas de células urticantes llamadas “cassiosomas”, las cuales usa la medusa casi como “granadas móviles” para atrapar y matar su presa. Estas estructuras son capaces de moverse independientemente gracias a diminutos filamentos parecidos a pelos y conocidos como cilios.
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“El agua urticante es provocada por gente que entra en contacto con la mucosidad de la medusa invertida, sin tocar en realidad a la medusa”, explicó Ames. “Hallamos que la mucosidad contiene diminutos grupos móviles de células, que son enviados remotamente desde la medusa hacia la mucosidad, y que a su vez pican a las presas.
“Llamamos a estas masas de células autopropulsadas como cassiosomas. Usando métodos de microscopía de alta tecnología, nuestro equipo descubrió que la capa exterior del cassiosoma está cubierta con miles de cápsulas urticantes de medusa llamadas nematocistos. Los nematocistos son cápsulas llenas de toxina que normalmente se encuentran en los tentáculos. El centro está lleno de gelatina, y también contiene algas unicelulares simbióticas que empatan con el tipo hallado viviendo en la medusa”, continuó ella.
Los científicos dicen que esta estrategia urticante no se había identificado antes. No obstante, el equipo también halló cassiosomas en muchas otras especies relacionadas de medusas que provocan síntomas como los del agua urticante.
Según los científicos, la mayoría de los nutrientes de la medusa provienen de las algas simbióticas que viven dentro de ella. Sin embargo, la mucosidad tóxica repleta de cassiosomas podría ayudar al animal a adquirir alimento adicional de sus presas cuando lo necesite.
“Los venenos en las medusas son poco entendidos en general, y esta investigación lleva nuestro conocimiento un paso más cerca de explorar cómo las medusas usan su veneno de maneras interesantes y novedosas”, dijo en una declaración Anna Klompen, otra autora del estudio.
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Aun cuando el veneno de las medusas invertidas no es especialmente poderoso, hay impactos potenciales a la salud humana.
“No se sabe que la picadura sea realmente peligrosa. No se han reportado muertes o lesiones graves por contacto directo con la medusa”, comentó Ames. “Sin embargo, cuando los científicos estudiaron el veneno puro, extraído de las cápsulas urticantes —nematocistos—, hallaron que las toxinas pueden destruir células.
“Adicionalmente, las cassiopea generaron agua urticante, la cual ahora sabemos que es provocada por los cassiosomas en la mucosidad de las medusas, provoca una sensación que va desde la picazón hasta la quemazón y —dependiendo de la persona— puede provocar la suficiente incomodidad para hacer que quiera salir del agua”.