El accidente ocurrió el lunes por la noche cuando tres helicópteros y un escuadrón de jets Mirage fueron movilizados para apoyar a militares que perseguían a yihadistas en la región de Liptako, cerca de las fronteras de Burkina Faso y Níger, indicó el martes el ministerio de Defensa francés.
Durante una maniobra, un helicóptero de ataque Tigre chocó contra un helicóptero de transporte Cougar y ambos aparatos se estrellaron a poca distancia el uno del otro. Los 13 soldados que iban a bordo murieron.
Se trata de una de las mayores pérdidas para las fuerzas militares francesas desde el ataque de 1983 contra el edificio Drakkar en Beirut, en el que murieron 58 paracaidistas franceses, y de la peor desde el inicio del despliegue de tropas francesas en el Sahel en 2013.
Lee más: Colisionan dos aviones Eurofighter del ejército alemán; muere un piloto
“Estos trece héroes tenían un único objetivo: protegernos”, reaccionó en Twitter el presidente francés, Emmanuel Macron, quien, en un comunicado, saludó “con el mayor respeto la memoria de los militares (…) caídos en operación y muertos por Francia en el duro combate contra el terrorismo en Sahel”.
Entre las víctimas figura el hijo del exministro y senador francés Jean-Marie Bockel, según confirmó este último a la AFP.
Las autoridades abrieron una investigación para esclarecer las circunstancias exactas de la tragedia.
‘Europa de luto’
El gobierno de Mali y el presidente de Burkina Faso, Roch Marc Christian Kaboré –cuyas tropas combates junto a las de Francia contra los yihadistas– expresaron a través de las redes sociales su solidaridad con Francia.
Entérate: Avión se estrella en un barrio de Congo y deja al menos 29 muertos
“Toda Europa está de luto, porque en Mali, como en otros lugares, es el ejército francés el que defiende el honor y la seguridad de Europa”, declaró Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
El accidente eleva a 41 el número de soldados franceses muertos en el Sahel desde que comenzó la operación francesa en 2013, con la operación Serval, según cifras de la AFP.
La operación francesa Barkhane, que sucedió a Serval en agosto de 2014, moviliza a 4.500 soldados franceses en la franja sahelo-sahariana, una zona del tamaño de Europa, para apoyar a los ejércitos nacionales que luchan contra los yihadistas del grupo Estado islámico (IE) o Al Qaida.
Pero seis años después del inicio de la intervención francesa, la violencia yihadista persiste en el norte de Mali y se ha extendido al centro del país, así como a los vecinos Burkina Faso y Níger. Desde 2012, las hostilidades, sumadas a la violencia entre comunidades, han causado la muerte de miles de personas y han desplazado a cientos de miles de civiles.
Te puede interesar: Cinco muertos en el aterrizaje de emergencia de un avión de carga en Ucrania
Y pese a los esfuerzos de formación de la Unión Europea, de la Misión de las Naciones Unidas en Mali (Minusma) y de Barkhane, los ejércitos nacionales de los países del Sahel, entre los más pobres del mundo, parecen incapaces de detener la propagación de los ataques.
Cuarenta y tres soldados malienses murieron a mediados de noviembre en un ataque en el este del país, cerca de la frontera con Nigeria, y otros 100 perecieron en dos ataques yihadistas en un mes en una zona fronteriza entre Mali, Níger y Burkina Faso.
Desde enero, más de 1.500 civiles han muerto en Mali y Burkina Faso, y más de un millón de personas han sido desplazadas internamente en Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger, señaló este mes la ONU.