Los delfines de la Amazonia están contaminados por mercurio, posible consecuencia del uso de este metal en actividades de minería en la región, reveló este miércoles un informe realizado por varias organizaciones, entre ellas el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Para el estudio, los investigadores recolectaron muestras de 46 delfines de río entre 2017 y 2019. “Es una buena muestra, todos presentaron algún nivel de contaminación por mercurio y al menos la mitad de ellos un nivel alto de contaminación por mercercurio”, dijo a la AFP el especialista en conservación de la WWF-Brasil, Marcelo Oliveira.
“La minería ilegal y el mercurio amenazan la vida en la Amazonía y en la Orinoquía. 100% de los delfines de río marcados estaban contaminados con mercurio, especialmente en la cuenca del Orinoco donde existe un gran arco de mineración ilegal” cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela, precisó el informe.
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El mercurio es un metal utilizado en la minería para separar el oro de otros elementos y es altamente contaminante.
Sin embargo, Oliveira aclaró que su uso en la minería no es el único problema. “El mercurio existe de forma natural en la Amazonía, pero sale de su forma natural por incendios, deforestación y agradación de los ríos. Así es llevado al agua y entra en la cadena a través de los peces, consumidos por los delfines y las personas. La contaminación se da por el consumo de los peces”, explica.
La alta presencia de mercurio obtenidas en las muestras de los delfines también representa una “amenaza” para la salud y formas de subsistencia de los habitantes de la región amazónica, calculados en unos 20 millones.
“El mercurio se mantiene hasta por 100 años en la cadena, ese es un gran problema”, dice Oliveira.
Monitoreo satelital
El estudio, realizado en seis cuencas de Brasil, Bolivia, Colombia y Perú, también monitorizó satelitalmente a 29 de estos delfines de río pertenecientes a dos especies. Los animales fueron marcados con transmisores de 145 gramos de peso en sus aletas.
Esos aparatos tienen una vida útil de entre 5 y 8 meses, tras lo cual se desprenden solos.
El delfín rosado, una de las dos especies estudiadas, está clasificada “en peligro” en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. “Es el segundo nivel de amenaza más grave para un animal e indica que la especie puede ser extinta en un futuro próximo”, explicó WWF-Brasil.
El estudio se enmarca en la Iniciativa Delfines de América del Sur, formada por las organizaciones Faunagua, Fundación Omacha, Instituto Mamirauá, Prodelphinus y WWF.
La observación de los delfines mostró que estos animales requieren varios tipos de ambientes acuáticos y sus áreas de vida superan en extensión a las de otros mamíferos terrestres, por lo que la construcción de represas en la región amazónica amenaza su ciclo de vida porque quiebra la conexión de los ríos y aisla a las poblaciones.
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Los investigadores también concluyeron que los movimientos de los delfines no distinguen fronteras internacionales, haciendo necesarios acuerdos entre países para garantizar la protección de las especies.
En este sentido, las instituciones participantes buscan que los resultados sirvan para impulsar esfuerzos coordinados entre gobiernos.
En próximas fases, el estudio se enfocará en determinar áreas más sensibles en las cuales no deberían ser construidos proyectos de infraestructura en aras de salvaguardar a estas especies, así como monitorizar el impacto de la caza de delfines.