La secuencia que a continuación les presento tiene el objetivo de mostrar cómo actúan en nuestro organismo las harinas y azúcares refinados, conforme pasan los años, aunque se ingieran de forma “moderada”.
1. El consumo de harinas y azúcares refinadas aumenta las resistencias hormonales.
2. También existe un aumento de inflamación crónica.
3. Aumenta la resistencia a la insulina y a la leptina (hormona que controla el hambre), pues provocan que no funcionen de la manera correcta.
4. No regulas el azúcar en sangre de la manera correcta y no te sientes saciado al comer (la leptina no funciona correctamente).
5. Empiezas a comer más, ya que no te sientes saciado.
6. Nuestro hígado produce más colesterol y triglicéridos.
7. Aparece más grasa oxidada en la sangre, dislipidemias, y empiezan a aparecer ateromas.
8. Aquí es cuando te diagnostican problemas de presión, colesterol alto, etcétera. Y en vez de tratar de fondo la enfermedad buscan curarla con una medicina de por vida.
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EL ENVEJECIMIENTO Y LA ALIMENTACIÓN
¡Un motivo más para que dejes de consumir azúcares y harinas refinadas! ¿Quién quiere envejecer antes de tiempo?
El exceso de azúcares acorta los telómeros, que son los que protegen nuestro material genético en el ADN.
Estos telómeros se van acortando conforme va pasando el tiempo, pero la mala alimentación puede acelerar el paso.