El expresidente de Zimbabue Robert Mugabe, héroe de la independencia que dirigió con mano de hierro el país africano entre 1980 y 2017 y hundió su economía, falleció a los 95 años.
Uno de los últimos “padres de la independencia” en África, que presentaba un frágil estado de salud, murió el viernes en Singapur, donde era tratado con regularidad, precisó el viernes un diplomático zimbabuense.
El sucesor de Mugabe, Emmerson Mnangagwa, partió en dirección a Harare desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica, donde participaba en el Foro Económico Mundial África, según la misma fuente.
“Con una profunda tristeza, anuncio la muerte del padre fundador de Zimbabue y expresidente, el comandante Robert Mugabe”, había declarado más temprano Mnangagwa, que le sucedió en 2017 tras un golpe de Estado del ejército.
It is with the utmost sadness that I announce the passing on of Zimbabwe's founding father and former President, Cde Robert Mugabe (1/2)
— President of Zimbabwe (@edmnangagwa) September 6, 2019
“El comandante Mugabe era un ícono de la liberación, un panafricano que dedicó su vida a la emancipación […] de su pueblo. Su contribución a la historia de nuestra nación y de nuestro continente no se olvidará jamás. Que su alma descanse en paz”, añadió el mandatario en Twitter.
Su muerte suscitó numerosas reacciones unánimes en África y en China.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, cuyo país mantiene estrechas relaciones con Zimbabue, alabó a un “combatiente de la liberación y defensor de la causa de África contra el colonialismo”.
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Robert Mugabe tiene su “lugar […] en los anales de la historia africana” por “su combate por la liberación de África y por su defensa valiente del continente”, estimó el presidente de Zambia Edgar Lungu.
China, por su parte, destacó a un dirigente “excepcional” que “defendió firmemente la soberanía de su país” y “se opuso a las injerencias extranjeras”.
Mugabe tomó las riendas de la antigua Rodesia, tras su independencia, en 1980. Durante su mandato de 37 años al frente de Zimbabue, uno de los más largos del continente africano, pasó de ser héroe de la independencia y amigo de Occidente a tirano que provocó el hundimiento económico de su país.
During his 37 years in power, he presided over the brutal repression of political opponents & established a culture of impunity for himself & his cronies, while his government implemented a series of policies that have had disastrous consequences. https://t.co/1h2FlHkLVR
— Amnesty International (@amnesty) September 6, 2019
Con menos elogios, Reino Unido reaccionó recordando que los zimbabuenses “sufrieron demasiado tiempo bajo su reinado autocrático”, y espera que ahora el país pueda “seguir un camino más democrático y próspero”.
En Zimbabue, la población continuaba el viernes sus actividades como si nada. “Como líder lo único que hizo mal fue permanecer mucho tiempo en el poder”, estimó Joshua Tsenzete, habitante de Harare.
“Nos liberó de los colonos y nos dio tierras”, elogió otro residente, Goerge Bindu.
Ascenso y declive
Recibido como libertador en 1980, su política de reconciliación en nombre de la unidad del país le valió elogios generales, especialmente en las capitales extranjeras.
Pero rápidamente, el héroe mostró mano dura con sus opositores. Sus abusos contra la oposición, fraudes electorales y sobre todo su violenta reforma agraria lanzada en 2000, que precipitó al país a una terrible crisis económica y financiera que persiste, recibieron las condenas de Occidente.
El “camarada Bob”, como era llamado, fue considerado durante mucho tiempo como insumergible y abandonado progresivamente por los fieles a su régimen.
A finales de 2017, tras un golpe de Estado del ejército apoyado por su partido (Zanu-PF), el entonces jefe de Estado más longevo del planeta se vio obligado a dimitir.
Fue reemplazado al frente del país por su ex vicepresidente, Emmerson Mnangagwa, al que había destituido poco tiempo antes.
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Soberano provocador, acostumbrado a métodos impactantes, Robert Mugabe provocó a menudo tanto la indignación de sus detractores como los aplausos de sus partidarios.
Desde su dimisión, el anciano con una salud frágil hizo escasas apariciones públicas. En los últimos años, sufrió más de un tropezón y algunas caídas en público.
Según la prensa local, efectuó numerosas estancias médicas en Singapur, adónde viajaba habitualmente desde hacía varios años.