Más de 50 personas fueron atendidas por lesiones después de que una multitudinaria manifestación sacudiera nuevamente a Hong Kong desde este lunes y hasta la madrugada del martes, en la que un grupo de jóvenes manifestantes irrumpieron y causaron daños en el Consejo Legislativo.

La naturaleza violenta de las más recientes protestas contra una controvertida propuesta de ley de extradición pudieron haber resultado más perjudiciales que beneficiosas, declaró un experto ha Newsweek.

La Autoridad Hospitalaria de Hong Kong informó que había tratado a al menos 50 cuatro personas con lesiones como resultado de las protestas, entre ellas, tres que aún se encontraban graves, de acuerdo con el diario South China Morning Post, con sede en Hong Kong. Al menos 13 oficiales de policía también resultaron heridos cuando los manifestantes presuntamente arrojaron un líquido desconocido contra los agentes de la ley.

Los manifestantes a favor de la democracia han protestado durante varias semanas contra una controvertida ley que permitiría que el gobierno local extraditar a presuntos criminales hacia China continental. Aunque el gobierno de la jefa del Ejecutivo Carrie Lam ha afirmado que la legislación simplemente pretende permitir que Hong Kong extradite a un presunto asesino a Taiwán para que enfrente a la justicia, los manifestantes han mostrado un férreo escepticismo. Taiwán también ha dicho que no buscará la extradición de esa persona de acuerdo con el proyecto de ley cuya aprobación ha intentado Lam.

Aunque Lam suspendió el mes pasado el controvertido proyecto de ley, no llegó a ceder a las exigencias de los manifestantes de eliminarlo completamente. En la situación actual, el gobierno podría someter nuevamente a votación dicha legislación en una fecha futura.

“No sé si esto vaya a funcionar, pero ¿qué otros canales existen para hacer que Carrie Lam nos escuche?”, declaró a The Guardian un manifestante en las afueras del Consejo Legislativo. “Solíamos protestar pacíficamente, pero no funcionó, y ahora debemos salir de este marco y decirles que estamos dispuestos a intentar lo que sea hasta que nos den una respuesta”.

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Imágenes de vidrios rotos y grafiti de los manifestantes fueron compartidas en redes sociales cuando un grupo entró y ocupó el edificio de gobierno. Más tarde, la policía se reunió en el edificio y desalojó a los manifestantes, mientras las protestas continuaban afuera y en toda la ciudad.

Mientras que el gobierno de Lam y la policía criticaron duramente a los manifestantes que recurrieron a la violencia, legisladores de oposición y los líderes de las manifestaciones contraatacaron. Acusaron al gobierno de Lam de empujar “a los jóvenes a la desesperación”.

“Estamos sumamente molestos por su rechazo de la solicitud, lo que demuestra que su ‘disposición a escuchar’ es la peor mentira política”, dijeron, de acuerdo con SCMP. “La arrogancia de Lam, revelada por sus respuestas públicas desde el 9 de junio, no han hecho más que avivar las llamas y conducir a la crisis actual. Lam es la culpable”.

Sin embargo, Jacob Shapiro, director de análisis de Geopolitical Futures, declaró a Newsweek que los manifestantes tendrán mayores dificultades para avanzar, debido a que la controvertida ley de extradición ha sido suspendida. “Ese fue un grupo mucho más pequeño, aunque estuvo compuesto por miles de personas, con puntos de vista más radicales y dispuestos a participar en cierto grado de violencia para imponer su punto de vista”, señaló Shapiro. “Pienso que encontrarán que los residentes de Hong Kong serán menos receptivos, pero esto aún está por verse”.

También afirmó que los manifestantes que recurrieron al vandalismo “deslegitimizaron su propia causa”. Afirmó que lo hicieron “al cometer actos violentos y expresar su preferencia por un antiguo cacique colonialista [el Reino Unido], responsable de un gran número de infracciones contra la soberanía china durante la Guerra del Opio en el siglo XIX”.

El Reino Unido dio fin a su control sobre Hong Kong en 1997, entregando el gobierno a China bajo el principio de “un país, dos sistemas”. 

Los manifestantes también pidieron la renuncia de Lam, o al menos la eliminación de la controvertida ley. Sin embargo, en afirmaciones hechas durante una conferencia de prensa en las primeras horas del martes en Hong Kong, la líder no dio ninguna indicación de que planeara retroceder aún más. Criticó fuertemente a los manifestantes que habían cometido actos vandálicos en el Edificio del Consejo Legislativo, pero prometió escuchar a todas las partes.

“Carrie Lam siempre puede dejar el cargo”, señaló Shapiro. “Pero pienso que, para el gobierno de Hong Kong y para China, sería un precedente que no quieren establecer. China también podría dar la cara y decir públicamente que el proyecto de ley de extradición no solo se ha retirado indefinidamente, sino de manera permanente, y ver si esto obtiene apoyo”, sugirió. “En este caso, el objetivo para el gobierno de Hong Kong debe ser el de mantener el control de la situación, al tiempo que no reacciona excesivamente a las perturbaciones en una forma que enardezca aún más a los manifestantes”.

Shapiro también señaló que no piensa que China continental apoye un ataque brutal contra los manifestantes. “Si los atacan con demasiada fuerza, obtendrán una respuesta visceral más allá de unos cuantos cientos de jóvenes furiosos”, dijo. 

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