Estas sencillas alternativas te ayudarán a romper el círculo vicioso.
¿PADECES ANSIEDAD? Enhorabuena, eres una persona que existe. En estos días, sufrir ansiedad simplemente es parte de la experiencia humana: vivimos en un mundo lleno de estructuras de poder corruptas, violencia inenarrable, desastres naturales y diapositivas de PowerPoint sobre el porcentaje de estadísticas que toman en cuenta la proporción de decimales en el ámbito digital agrupado que acabas de presentar triunfalmente, solo para descubrir que tienes una semillita incrustada entre tus dos dientes frontales.
Ya sea que tu ansiedad sea tan intensa como para requerir asistencia profesional, en cuyo caso, te felicitamos por pedir ayuda, o tan ligera que sueles terminar tu día sin derrumbarte completamente, en cuyo caso, también te felicitamos, es importante que recuerdes que no estás solo. A todas las personas a las que conoces también les preocupa tener una semillita incrustada entre sus dientes frontales. Se llama psicología.
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Hablemos de las estrategias de afrontamiento.
- Respira. Pero no lo hagas porque alguien te lo dijo; nadie que le diga a otra persona “solo respira” debe recibir ningún tipo de refuerzo positivo. Hazlo porque es la manera científica de engañar a tu cuerpo para que piense que las cosas están muy bien, aun si estás siendo perseguido por un oso polar. ¿Por qué? Porque la respiración profunda aumenta el flujo de oxígeno en tu cerebro y estimula el sistema nervioso parasimpático. ¡Simple ciencia!
- Haz correr agua fría por tus muñecas. En distintos estudios se ha demostrado que el agua fría reduce las concentraciones de cortisol, libera endorfinas y disminuye el ritmo cardiaco, todo lo cual puede ayudar a detener un ataque de pánico. Por tus muñecas pasan importantes arterias, así que, al enfriarlas, también ayudas a enfriar el resto del cuerpo. En otras palabras, te volverás, literalmente, frío y calculador (perdón por el mal chiste).
- Usa algún aceite esencial. Los aceites esenciales son adorables, como un masaje para tus cavidades nasales. Simplemente coloca unas cuantas gotas de lavanda en tu difusor por la noche y espera a que ocurra la magia: tu mandíbula se destrabará, tu factura de internet y el extraño bulto en el cuerpo de tu perro serán borrados de tu mente, y experimentarás la etérea calma que sientes al correr por un campo de flores mientras el sol se eleva sobre el horizonte una mañana de primavera. Posdata: si esta técnica te funciona, por favor mándanos un correo electrónico con un encabezado que diga “Yo fui curado por los aromas”.
- Haz una pequeña buena obra por otra persona. Esto hace maravillas para ayudarte a detener el bucle que se repite una y otra vez en tu cabeza sobre lo terrible/aburrido/estúpido/lo que sea que eres, y te recuerda que el mundo es, en realidad, un lugar bastante adorable, lleno de personas bastante adorables. Estas son algunas ideas para tu próxima buena acción:
—Dile a un colega de la oficina que está haciendo un magnífico trabajo. Pero dilo en serio.
—Dale un elogio sincero a alguien que no conozcas.
—Saca la basura de tu vecino.
—Detén el elevador para permitir que suba otra persona, aún si se te hace tarde.
—Da una propina mayor a la que tienes que dar, si es que puedes hacerlo.
—Observa en su gafete el nombre del empleado de la tienda, y llámalo por su nombre.
—Enciende la radio y baila como loco en tu auto. Cuando alguien voltee a verte, sonríele y sigue bailando. Harás reír a esa persona, te lo juro.
- Come o bebe algo. El café y el chocolate disminuyen tus concentraciones de hormonas del estrés… ¡y además, te hacen beber una taza de café y comerte un chocolate! Es divertido. Masticar un alimento crujiente libera la tensión de tu mandíbula y te permite imaginar que estás triturando entre tus dientes los huesos de todos tus enemigos. Las zanahorias y las ramas de apio son ideales, desde luego, pero si el correo que debiste mandar a “Carlos, el del casi desafortunado encuentro de anoche inducido por el tequila” lo mandaste en realidad a “Carlos, el de contabilidad”, entonces ve por esas frituras.
- Ten pensamientos felices. Por ejemplo, ¿sabías que algunas partes de la capa de ozono se están reparando a sí mismas? ¿Y que estamos muy cerca de erradicar a la lombriz de Guinea? (Las lombrices de Guinea son parásitos de un metro de largo que parecen espaguetis y que brotan por la superficie de la piel a través de una ampolla extremadamente dolorosa, por lo que se trata de una muy buena noticia). ¿Y sabías que existe un canal completo de YouTube dedicado exclusivamente a Bob Ross? Todas estas son historias verdaderas. ¿Acaso no es grandioso!
- Revisa tu mandíbula. ¿Está trabada como si fueras un Rottweiler con una pierna de jamón entre los dientes? Deja de hacerlo.
- Intenta repetir mantras zen. Por ejemplo: “Yo soy quien decide estar estresado o no. El hecho de que siempre decida estar estresado significa que soy una persona congruente”. También puedes intentar la meditación: necesitarás un tapete para meditar tejido a mano, una lámpara de sal del Himalaya y una de esas aplicaciones de cinco dólares para teléfonos inteligentes. Comprométete a meditar diez minutos diarios. Hazlo religiosamente durante cuatro días y luego borra (¡pero no canceles!) la aplicación. Bien hecho.
- Recuerda que la ansiedad tiene una función biológica. Las personas ansiosas están mucho mejor preparadas, por ejemplo, para una invasión alienígena, una emboscada de pájaros, un tornado de nivel EF5 que las personas comunes. ¡Y si vives en algunos estados de Estados Unidos, tu diagnóstico incluso podría permitirte comprar marihuana medicinal! Qué suerte tienes.
Y si todo lo anterior falla, recuerda que siempre es una buena idea pedir ayuda. Y, además, la ansiedad no es algo de lo que te debas sentir avergonzado. ¡De hecho, deberías comprar un libro de actividades sobre la ansiedad! Y deberías hacer esas actividades en el metro, para que cualquier persona que lea por encima de tu hombro también se sienta mejor con respecto a su ansiedad.
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Reimpreso de The Big Activity Book for Anxious People (El gran libro de actividades para personas ansiosas) por un acuerdo con TarcherPerigee, una editorial de Penguin Publishing Group, división de Penguin Random House LLC. Copyright © 2019, Jordan Reid y Erin Williams.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek