El descubrimiento de vida en Marte haría que todos nos emocionáramos. Pero los científicos que la buscan probablemente estarán contentos sin importar cuál sea el resultado de su búsqueda, ya se que la vida allí esté extinta, latente o existente. Incluso considerarían el no hallar alguna evidencia de vida como un descubrimiento importante. Pero como dice el dicho, la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia, y se requerirá de muchas décadas de exploración minuciosa en Marte para estar razonablemente seguros de que la vida siempre ha estado ausente allí.
No ha habido observaciones directas de organismos vivos o fósiles en Marte hasta ahora. Pero hay otros tipos de evidencia. Uno de los citados más a menudo es la detección controvertida de metano en la atmósfera del planeta, primero en 2004 y luego en 2014. Este pudo haberse producido por algún tipo de forma de vida microbiana pasada o presente. Sin embargo, la abundancia es tan baja que la información sigue siendo incierta. Y en 2018, el equipo detrás del Orbitador para Rastros de Gases de la Agencia Espacial Europea dijo que no había podido descubrir algo de metano.
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Ahora, un artículo nuevo, publicado en Nature Geoscience, reporta una detección reciente de metano en la atmósfera del planeta, junto con una teoría de dónde provino. Pero dado cuán difícil es hacer mediciones confiables de este gas, ¿qué tanto podemos confiar en los resultados?
Detección doble
La nueva investigación usó información archivada, adquirida entre 2012 y 2014 por el Espectrómetro Planetario Fourier a bordo del Mars Express, el cual estudia la composición de la atmósfera del planeta mediante la radiación infrarroja que es reflejada y emitida por el planeta. Este es el mismo instrumento que detectó por primera vez niveles bajos de metano en la atmósfera de Marte en 2004.
La diferencia entre los dos juegos de observaciones proviene del modo en que operó el espectrómetro. En 2004, la información se adquirió cuando el instrumento miraba a través de la atmósfera a la superficie mientras el Mars Express orbitaba el planeta. En el estudio nuevo, el instrumento fue apuntado a una sola característica de la superficie, y rastreó la característica mientras la nave espacial orbitaba.
La importancia de la información surge de la característica que el equipo seleccionó para el rastreo: el cráter Gale. Por supuesto, este es el sitio donde el rover Curiosity está operando, y donde el Espectrómetro Láser Ajustable a bordo del Curiosity detectó niveles elevados de metano en 2014.
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El espectrómetro en el Mars Express rastreaba el cráter Gale desde antes, durante y después de la detección del Curiosity. De manera emocionante, también detectó niveles elevados de metano en la región, la primera vez que ha ocurrido una detección simultánea de metano en la superficie y en la superficie. Tal vez, esto hace a la nueva medición más confiable que las detecciones previas.
Los investigadores también trataron de precisar la fuente del metano usando una técnica de mapeo en cuadrícula. Crearon modelos en computadora de escenarios de emisión en cada cuadrícula y también miraron las características geológicas en cada lugar para ver si había fuentes potenciales de metano. Dedujeron que el metano era liberado en una región al este del cráter Gale y que el origen más posible del gas era una filtración a lo largo de las fallas en el hielo bajo la superficie.
Hallar de dónde provino el metano es solo una fase para determinar cómo se formó. De forma importante, hay muchos mecanismos aparte de los organismos vivos que lo pudieron producir; por ejemplo, procesos geológicos. Por ejemplo, un evento geológico pudo haber fracturado el hielo que contenía burbujas de metano y liberarlo en la atmósfera.
Pero el estudio nuevo no trata de sacar alguna conclusión sobre el origen del metano. Sin embargo, los autores sí comentaron que sus hallazgos, en especial al corroborar la información del Curiosity, sugieren que la liberación de metano posiblemente se deba a eventos pequeños y breves, en vez de largas exhalaciones episódicas. De hecho, podría especularse que los eventos pequeños son más posibles que los grandes si resulta que Marte experimenta los “martemotos” (similares a un terremoto) que la misión Insight está programada para detectar.
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Entonces, sea cual sea la fuente, sí parece que podría haber metano en Marte después de todo. No obstante, necesitamos más confirmación para estar del todo seguros. Afortunadamente, posiblemente tengamos hallazgos nuevos pronto. El equipo que no pudo descubrir metano con el Orbitador para Rastros de Gases ha estado analizando información nueva por varios meses.
Ya que tiene un detector de metano en extremo sensible a bordo, se anticipa que la recopilación continua de información en los próximos años dará una mejor imagen de si hay una variación estacional o episódica en el metano atmosférico. O podría revelar que es solo una quimera.
Monica Grady es profesora de ciencias planetarias y espaciales en La Universidad Abierta, Reino Unido.
Este artículo se publicó primero en The Conversation y se presenta aquí bajo una licencia de Creative Commons. Lee aquí el artículo original.
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