En una nación de las dimensiones como la mexicana, los problemas suelen ser igualmente grandes. Prácticamente en cualquier rubro social que busquemos, seguro encontraremos severas carencias y grandes retos por afrontar.
Si bien en el rubro de la economía nacional hemos visto importantes avances, ello obedece a amargas y traumáticas experiencias que el país ha sufrido en el pasado. Hemos progresado de una economía dependiente del petróleo a una más diversificada que depende ya no solo de los residuos fósiles, sino de otras actividades que generan tantos ingresos como la extracción petrolera.
Sin embargo, aun estamos lejos de resolver nuestra realidad económica y de convertirnos en un país desarrollado, con ingresos dignos para el universo de la población.
Uno de las grandes incertidumbres que vive nuestro país en la actualidad está vinculada con la seguridad pública. Esto es en verdad un importante reto por afrontar y resolver. Es impostergable recuperar el espacio público y la paz en la vida cotidiana de las y los mexicanos.
La violencia azota al país y no parece haber una luz al final del túnel, por mucha Guardia Nacional que se anuncie y por más que el gobierno mexicano insista en delegar a la milicia el resguardo de la seguridad pública, sin duda, este es uno de los jinetes de nuestro apocalipsis nacional.
Estoy segura de que, si se logran abatir los índices de criminalidad, la realidad nacional podría transformarse y permitir el florecimiento social, político y económico de la nación.
Eso solo por citar un par de nuestros más sensibles flagelos; sin embargo, tan cierto como que el país está inmerso en semejantes coyunturas sociales, también México puede ofrecer una cara más amable y positiva.
Me refiero en este punto a la proactividad que aporta la sociedad civil, por más que esta sea vilipendiada desde el seno mismo del poder público nacional.
Frente a las graves carencias e imposibilidad del Estado por atenderlas, existen fuerzas que cotidianamente trabajan y se esfuerzan por paliar los desequilibrios a través del empleo de sus propios recursos y voluntad por ayudar a quienes no encuentran otra opción para salir adelante.
Estas organizaciones y personas se hacen cargo de contribuir a un México mejor y de impulsar la libertad, el estado de derecho y la igualdad de oportunidades. Existen muchas mexicanas y mexicanos entregados en estos compromisos, cuyo esfuerzo merece ser reconocido, pero me ocupo aquí de una organización en particular: Líderes Kybernus.
Esta organización se dedica a impulsar y reconocer causas socialmente valiosas en todas las regiones del territorio nacional, a través de la fuerza y el entusiasmo principalmente de la juventud.
Nacida en 2011, Kybernus realiza una importante tarea al promover el desarrollo de las causas sociales y liderazgos, mediante el establecimiento de redes de colaboración para dar a conocer y desarrollar causas socialmente valiosas.
El objetivo de Kybernus es identificar aquellas personas destacadas por impulsar, desde su propia iniciativa, acciones que contribuyan a modificar y mejorar el entorno. Se reconoce el talento individual y se facilita la colaboración de los liderazgos locales, a fin de mejorar el entorno de una determinada comunidad.
Las historias de éxito son muchas y variadas, van desde la tragedia convertida con una acción positiva para ayudar a otros, el fomento a una cultura de derechos humanos, el desarrollo empresarial, promoción del deporte, impulso a la cultura del estado de derecho y legalidad, atención a la violencia de género, impulso a la cultura, prevención del delito a temprana edad, prevención del suicidio, hasta concientizar a la sociedad sobre la importancia de preservar insectos y abejas para la polinización de plantas y cultivos.
Recientemente Kybernus Guanajuato me convocó a formar parte del jurado calificador de los proyectos calificados que se llevan a cabo en la entidad. Hubo un ganador porque tenía que haberlo, pero en realidad todos y cada uno de los esfuerzos calificados merecen el más amplio reconocimiento y nuestra admiración.
Integrar este panel calificador junto a destacados líderes guanajuatenses ha resultado una experiencia aleccionadora, estimulante y pedagógica. Ha sido una oportunidad para acercarnos a lo que bien podría definirse como la mejor faceta de la sociedad mexicana.
Hay allá afuera algo más que no vemos, pero que no por ello resulta insignificante. Existe todo un esfuerzo verdaderamente ciudadano dedicado a encontrar mejores condiciones de vida para la comunidad a la que pertenecen.
Se trata de un cúmulo de personas anónimas que se esfuerzan por proveer a los más necesitados desde lo elementos más indispensables para la vida, como el agua y un techo donde dormir, hasta el diseño y creación de soluciones médicas para mejorar las condiciones de quienes les aqueja alguna enfermedad.
Desde este espacio quiero agradecer a Kybernus haberme permitido formar parte de este jurado calificador, pues ha sido una indispensable ventana que nos permite apreciar el panorama más amable, solidario y aleccionador de México. Una inmejorable oportunidad para reconocer a quien verdaderamente merece ser reconocido.