Una invasión de truchas en el Lago Yellowstone tuvo un impacto en las poblaciones de fauna de todo el ecosistema de ese parque nacional, descubrieron científicos.
La trucha de lago, descubierta por primera vez en Yellowstone en 1994, provocó cambios en las poblaciones de depredadores como el águila de cabeza blanca, el águila pescadora y el oso grizzly, los cuales fueron impactos inesperados nunca antes documentados por los científicos.
El Lago Yellowstone tiene una población nativa de trucha degollada que desempeña una función vital para las redes alimenticias más amplias del parque. Estos peces consumen zooplancton de las partes más profundas del lago, y a su vez, son consumidos por depredadores.
Sin embargo, la introducción no intencionada de trucha de lago perturbó este “prístino ecosistema”. En un estudio publicado en la revista Science Advances, un grupo de científicos describe la magnitud de esa perturbación.
Todd Koel, científico del Servicio de Parques Nacionales (NPS, por sus siglas en inglés) y autor principal del estudio, señaló que la trucha de lago fue introducida intencionadamente al Lago Lewis de Yellowstone en 1890 por la Comisión de Pesca de Estados Unidos.
No está claro cómo fue que esa especie llegó al Lago Yellowstone, pero se piensa que fue transportada ilegalmente por pescadores en las décadas de 1980 y 1990.
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“El impacto de la trucha de lago en los peces nativos de los lagos del oeste de Estados Unidos está bien documentado en sitios distintos a Yellowstone, por lo que, cuando fue descubierta en el Lago Yellowstone en 1994, se comprendió que el efecto en la trucha degollada nativa podía ser grave”, declaró a Newsweek.
“Sin embargo, el efecto que la trucha de lago tuvo en las redes alimenticias interconectadas de aves y animales terrestres no había sido documentado previamente. Se pensaba que los efectos de depredadores introducidos, como la trucha de lago, se debilitaban al cruzar los límites del ecosistema. En cambio, fuimos testigos de fuertes efectos en todo el límite acuático y terrestre debido a que los animales consumidores de trucha degollada, entre ellos, el águila de cabeza blanca, el águila pescadora, los osos grizzly, los osos negros y las nutrias de río, se perdieron, fueran desplazados y/u obligados a cambiar de presa en ausencia de la trucha degollada”.
El problema de la trucha de lago y su impacto en las poblaciones nativas es bien conocido, y actualmente se realizan esfuerzos para suprimir a esta especie.
En 2017, en un artículo publicado por el NPS se indica que la escala del problema sigue siendo enorme, y que la especie se ha propagado con éxito en distintas áreas: “El Lago Yellowstone constituye un hábitat casi perfecto para el desove y la crianza de la trucha de lago con pocos depredadores naturales… se ha pronosticado que la reducción de la población de truchas de lago hasta un nivel en el que tenga impactos menores en la población de trucha degollada se logrará al menos hasta 2025, siempre que mantengamos los altos niveles actuales de supresión”.
En el estudio más reciente, el equipo estudió datos de poblaciones de trucha de lago, trucha degollada y otras poblaciones nativas que abarcaban cuatro décadas, lo que reveló el cambio de patrones que surgió tras la invasión de la trucha de lago.
Los hallazgos mostraron que, además de tener un impacto negativo en la trucha degollada, la trucha de lago también produjo un marcado descenso en la población de águilas pescadoras: entre 1987 y 1991, había un promedio de 38 nidos, pero en el período entre 2013 y 2017, solo había tres. El número de nidos de águilas de cabeza blanca también se redujo, de 11 en el período de 2004 a 2008, a solo ocho entre 2013 y 2017.
Se descubrió que las nutrias del Lago Yellowstone comenzaron a buscar fuentes alternativas de alimentos, y actualmente, esa especie caza anfibios y matalotes.
Asimismo, su población parece haberse reducido: “se calculó que su número era de una nutria por cada 13.4 km de costa en 2008, que es uno de los más bajos de los que se informado en el caso de una población de nutrias de río”, escribió el equipo, pero señaló que “no existen cálculos de los periodos anteriores a la reducción de la población de trucha degollada”.
Los investigadores señalaron que las poblaciones de osos grizzly y negros tuvieron que buscar fuentes alternativas de alimentos como resultado de la disminución en el número de truchas degolladas. Esto parece haberlos llevado a cazar más crías de alce, que migran cada primavera al interior de Yellowstone.
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Las mayores preocupaciones provocadas por estos hallazgos son los amplios efectos negativos de la introducción de un solo pez depredador en ecosistemas que, por lo demás, son prístinos, ubicados en el panorama altamente protegido del Parque Nacional de Yellowstone”, señaló Koel.
“Si bien estamos logrando grandes avances para suprimir a la invasora trucha de lago y restaurar a la trucha degollada nativa, sigue existiendo una gran incertidumbre con respecto a nuestra capacidad de restaurar completamente estos ecosistemas acuáticos y terrestres a las condiciones que existían antes de la introducción de la trucha de lago”.
Las autoridades del Parque de Yellowstone tienen un programa para hacer frente a la trucha de lago, y el número de ejemplares de esta especie invasora va en descenso, afirmó Koel. “Actualmente, no existe ninguna tecnología que nos permita erradicar completamente a la trucha de lago del Lago Yellowstone, por lo que, en el futuro inmediato, será necesaria la supresión mediante redes de enmalle, u otras tecnologías que se desarrollen, para mantener a la trucha degollada nativa y el funcionamiento natural de estos ecosistemas”, dijo.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek