Haití se mantiene paralizado por una semana de protestas contra el presidente Jovenel Moïse, acusado de fraude electoral y corrupción, que han causado la muerte de al menos 7 personas.
Estos son los puntos clave:
Conflicto electoral
La ira popular en Haití tiene como principal blanco al presidente Jovenel Moïse, quien llegó al poder en 2017 con la promesa de combatir la pobreza y en medio de acusaciones de fraude.
Pese a los señalamientos, Moïse obtuvo el 56 % de los votos en la segunda vuelta de las elecciones y posteriormente, un tribunal electoral realizó un proceso de verificación y que confirmó su victoria. Prestó juramento el 7 de febrero de 2017.
Moïse prometió en campaña “comida en cada plato y dinero en cada bolsillo”. Sin embargo, muchos de haitianos todavía lucha por sobrevivir y enfrentar la inflación, de 15% desde la elección.
Acusaciones de corrupción
A las quejas contra el presidente se suma un escándalo centrado en el fondo Petrocaribe, bajo el cual Venezuela suministró petróleo a Haití y otros países caribeños y de Centroamérica a precios reducidos y en condiciones crediticias favorables durante años.
Sin embargo, investigaciones han revelado que al menos 2,000 millones de dólares del programa fueron malversados.
Además, un informe divulgado en enero incluyó a una compañía que fue liderada por Moise como una de las beneficiarias de fondos para el proyecto de construcción de una carretera, para el que nunca se firmó contrato.
Una semana de protestas
El 7 de febrero estallaron las protestas en la capital de Haití, Puerto Príncipe, y en las principales ciudades del país en contra de la inflación y del presidente Moïse, que derivaron en enfrentamientos violentos.
Mientras los opositores han utilizado piedras contra las autoridades y han incendiado vehículos, oficiales de policía usaron gases lacrimógenos y dispararon repetidamente municiones al aire para dispersar a la multitud.
Al 13 de febrero, al menos 7 personas han muerto y la mayoría de las actividades del país como educación y transporte se encuentran suspendidas desde que iniciaron las manifestaciones, de acuerdo con la AFP.
La agencia EFE reportó que muchas embajadas, entre ellas la de España y México, mantienen suspendido el servicio consular, mientras que la de Canadá y la República Dominicana están cerradas.
“Es una insurrección popular: los haitianos ocupan las calles y está claro que Jovenel (Moise, el presidente de la república, NDLR) no tiene más opción que renunciar”, declaró Prophète Hilaire, uno de los manifestantes.
El martes, los 78 detenidos en una prisión de una pequeña ciudad del sur del país se fugaron en momentos en que tenía lugar una manifestación antigubernamental frente a la comisaría contigua a la cárcel, según testigos.
¿Una salida para la crisis?
El primer ministro de Haití, Jean Henry Céant, convocó a un consejo de ministros, mientras que se informó que el canciller Edmond Bocchit está en Washington para discutir la situación con el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, reportó EFE.
Un grupo de mediación compuesto por un alto funcionario de la ONU, los embajadores de Francia, Alemania, Brasil, Canadá y Estados Unidos, y representantes de España, la Unión Europea y la OEA, hicieron un llamado a los políticos haitianos para iniciar un diálogo y lamentaron la pérdida de vidas y los daños causados por las protestas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos manifestó a su vez preocupación por su personal diplomático. “La seguridad y protección de nuestro personal y sus familias es nuestra principal prioridad. Estamos monitoreando la situación en tiempo real, las 24 horas del día, los siete días de la semana”, señaló un portavoz de la diplomacia estadounidense según la AFP.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó “su profunda preocupación por la situación de violencia que se vive en Haití” y urgió al gobierno a iniciar un diálogo para buscar una solución ante la crisis.
“La CIDH insta a las autoridades a buscar una resolución a la crisis a través de un proceso de diálogo pacífico e inclusivo, y en estricto respeto de los derechos humanos”, dijo a través de un comunicado.
Los temas pendientes
A la crisis política de Haití se suman una serie de problemas que aquejan al país desde años atrás. Más de 175,000 personas permanecieron desplazadas después del huracán Matthew de octubre de 2016, según Human Rights Watch.
A partir de septiembre de 2017, las autoridades no habían ayudado a muchas de las casi 38,000 personas que aún viven en campamentos de desplazados desde el terremoto de 2010 a reasentarse o regresar a sus lugares de origen, dice el reporte.
También, desde el 2010, 9,500 han muerto a causa del cólera y más 800,000 personas se han enfermado.
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Con información de AFP y EFE