La tecnología forma parte de nuestra vida, pero ¿estamos preparados para que un robot, que puede trabajar días sin cansarse nos reemplace en ciertas actividades?
Según el estudio Hacia una Estrategia de IA en México: Aprovechando la Revolución de la IA, de los empleos en riesgo de automatización en el país, 1.6 millones serán completamente reemplazados, 3.2 millones se transformarán por la automatización y 4.9 están en posición de ser mejorados.
El informe elaborado por Oxford Insights y C Minds, dice que el 19% de todos los empleos en México –9.77 millones– serán influenciados por la automatización. De ellos, 1.5 serán afectados en los próximos años y 7.1 entre los próximos 5 y 15 años. Los impactos se verán en la manufactura, la construcción, el comercio mayorista y minorista, la agricultura, los servicios de alojamiento y de alimentos.
“Los mayores impactos de la automatización en la economía mexicana probablemente provengan de la automatización en la manufactura y la construcción. Estos son los dos sectores más grandes en términos de empleos expuestos a la automatización”, puntualizan los investigadores.
En el mismo sentido se encuentra el informe Inteligencia artificial y crecimiento económico. Oportunidades y desafíos para México, elaborado por CIPPEC a petición de Microsoft, las diez ocupaciones más susceptibles a ser automatizadas en México emplean cerca de 1.3 millones de puestos, lo que representa casi el 2.5 % del mercado de trabajo.
Los investigadores que trabajaron en él señalan, a modo de ejemplo, que de los 8.8 millones de plazas de trabajo en la industria manufacturera, 6 millones se encuentran en la zona de probabilidad alta de automatización.
Según su estimación, los trabajadores mexicanos con cuyas ocupaciones se adaptan a las nuevas tecnologías representan apenas el 14% del todos los empleos en México –7.6 millones de personas sobre un total de 53 millones–. “Un 86% restante requeriría, en un escenario de rápida adopción de tecnología, inversión en capital humano en menor o mayor medida para readecuar sus habilidades”, dice el informe.
“Las ocupaciones que involucran tareas que demandan mayor calificación y educación tienden a ser menos susceptibles a ser automatizadas. En cambio, aquellas ocupaciones densas en tareas que requieren menor calificación y que son más rutinarias —como las de ensambladores y montadores de partes u operadores de máquinas— tienen más chances de ser automatizadas”, añade el informe.
La alta probabilidad de automatización de un empleo, apunta el informe, no significa que éste vaya a desaparecer: “Significa simplemente que muchas de las tareas involucradas en él pueden ser fácilmente automatizables con las nuevas tecnologías”.
Los retos ante la IA
Es muy probable que la IA y otras nuevas tecnologías conduzcan a un grado de automatización de tareas que haga desaparecer algunas ocupaciones, por lo que será necesario que los trabajadores sustituidos por las nuevas tecnologías se reubiquen en otras ocupaciones, bien sea dentro de la misma rama de actividad o bien en una diferente.
Sin embargo, advierte el texto del CIPPEC, habrá casos de trabajadores en empleos que desaparecerán y que no tendrán un tránsito fácil hacia nuevos empleos. “No es descabellado concebir que muchos trabajadores pasarán períodos largos de desempleo o, incluso que algunos — probablemente los segmentos de mayor edad— no logren reinsertarse eficazmente al mercado de trabajo”.
Lo que se acabará, dijo en entrevista Andrés Oppenheimer, autor del libro “¡Sálvese quien pueda!”, son las funciones de los empleos y no necesariamente nuestros empleos. “Lo que va a ocurrir es que siempre va a haber periodistas, maestros, médicos, pero van a hacer algo diferente a lo que hacen ahora”, comentó.
“Todas nuestras profesiones van a cambiar, pero ese va a ser un proceso traumático. Y que va a dejar mucha gente sin trabajo, a corto plazo”, dijo.
Sin embargo explica que si bien un ingeniero mecánico desplazado por un robot se va a poder reinventar sin mucho problema, a un chofer de taxi que sea desplazado por un auto que se maneja solo le va a costar mucho más adaptarse, lo que llevará a un problema social.
“No soy pesimista. A largo plazo, el mundo va a ser mejor, todos vamos a estar mejor, pero a corto plazo va a ser un sálvense quien pueda. Y tenemos que prepararnos como personas y como países para este tsunami de automatización que se viene”, dijo el periodista.
Según el informe del CIPPEC, el gobierno mexicano debe pensar en el desarrollo de una estrategia de protección social para quienes se vean negativamente afectados en su posibilidad de reinserción en el mercado de trabajo, como la extensión de los seguros de desempleo hasta la implementación de un ingreso básico universal.
“Debido a los posibles impactos de la automatización en los empleos en los próximos 15 años, se requiere de una política de largo alcance para desarrollo de competencias”, destaca por su parte el informe de Oxford Insights y C Minds.
“México tiene que poner este tema en su agenda política. Los políticos mexicanos en su enorme mayoría están en la luna, ni siquiera saben de este tsunami que se les está acercando. El país tiene que decidir cómo va a enfrentar esta ola de automatización”, dijo Oppenheimer.