Desde el jueves 27 de diciembre miembros del Ejército mexicano vigilan los accesos de la Refinería Ingeniero Antonio M. Amor (RIAMA) que ha sido epicentro de robo de combustible por muchos años. Estos son los datos clave de esta refinería ubicada en Salamanca, Guanajuato, y las modalidades del robo de combustible a Pemex.
Es una de las seis refinerías que comprenden el sistema nacional del refinación de Petróleos Mexicanos. En el ámbito petrolero a la Refinería Ingeniero Antonio M. Amor se le llama RIAMA.
En la RIAMA se procesa crudo para producir combustibles diversos como gasolina, turbosina, diesel, diesel industrial, querosina, combustóleo, turbosina, asfaltos y lubricantes como aceites y grasas, para abastecer a la región central oeste de México.
Fue inaugurada el 30 de julio de 1950 y, décadas más tarde, fue aquí donde inició la práctica de robo de refinados a la que en la actualidad se le denomina “huachicol”.
La práctica del huachicoleo inició con el asfalto, luego vino el de la gasolina, el diesel, el gas y el resto de hidrocarburos, incluido el petróleo crudo.
Salamanca, donde se localiza la RIAMA, junto con una veintena de municipios aledaños de Guanajuato y Querétaro, comprenden el Triángulo Rojo del huachicol en el Bajío. Allí, desde las calles inmediatas a la refinería, pueden verse decenas de depósitos de huachicoleros que venden sus productos en gasolineras, tiendas de lubricantes, talleres mecánicos y refaccionarias.
En torno a la RIAMA, los ductos de Pemex se despliegan por 17 municipios de Guanajuato. En éstos, comunidades enteras se encuentran involucradas en robo de combustible, el huachicoleo.
Desde 2017 Guanajuato lideró la incidencia de tomas clandestina de todo el país, con 1,852 tomas, el 17.87 por ciento del total nacional que fue de 10,363 tomas. Y tres de sus municipios encabezaron el registro de todo México: Irapuato en primer lugar, seguido de Silao, y León en cuarto sitio, por detrás de Tepeaca, Puebla.
Según cifras de Pemex, de enero a octubre de 2018 se contabilizaron en el país 12,581, tomas clandestinas, de las cuales 1,547 ocurrieron en Guanajuato; es decir, allí acontecieron más de cinco tomas por día.
En la disputa por el robo de combustible Guanajuato también se tornó la entidad con mayores enfrentamientos y asesinatos. Según cifras oficiales de la Procuraduría General de Justicia del Estado, los homicidios dolosos aumentaron en 2015, con 832 casos; en 2016 se registraron 1,044 y en 2017 hubo 1,096.
Las autoridades locales han dicho que Guanajuato hace frente a los días más violentos de las últimas dos décadas.
De acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación, Guanajuato se volvió en 2017 la entidad más violenta de México.
Se estima que esta cifra será peor al cierre de 2018 ya que, de enero a septiembre, se han contabilizado 1,934 homicidios dolosos, una cifra casi tres veces más alta que la de Tamaulipas donde, en el mismo periodo, se registraron 692 homicidios dolosos. Tan solo el pasado 4 de diciembre se registraron al menos 23 homicidios dolosos en los municipios de Irapuato, Valle de Santiago, Salvatierra, Pénjamo, Salamanca, Apaseo el Alto, León y San Francisco del Rincón.
En agosto de 2018, el gobernador Miguel Márquez, y el procurador Carlos Zamarripa Aguirre atribuyeron el 85 por ciento de los homicidios al robo de hidrocarburo y la venta de drogas, según declaraciones recogidas por la prensa local.
Por los siniestros en ductos derivado de tomas clandestinas, comunidades enteras han debido ser evacuadas. El caso más reciente fue la madrugada de este 26 de diciembre, cuando habitantes de cinco colonias de Villagrán fueron evacuados por la fuga de combustible en una toma clandestina.
En las rancherías por las que corren los ductos de hidrocarburo se vive, prácticamente, en guerra. El problema es tan grave para los lugareños, que incluso generó ya el primer caso de petición de asilo político en Estados Unidos, promovido por la guanajuatense Rocío Campos para ella y sus hijos, historia documentada en exclusiva por Newsweek México
LAS TRES MODALIDADES DEL ROBO DE HIDROCARBUROS A PEMEX
1. Mediante tomas clandestinas en la red de ductos de Pemex.
Este 2018 cerrará como el año récord en número de tomas clandestinas en toda la historia de Pemex. Cada día se registraron en promedio más de 40 tomas clandestinas.
Los estados de Puebla, Hidalgo y Guanajuato son las entidades son mayor incidencia con 1815, 1726 y 1547 tomas clandestinas respectivamente.
2. La segunda modalidad de robo es mediante la doble factura.
El modo de sustracción es el siguiente: para que los camiones pipa sean cargados con la cantidad comprada legalmente, el chofer de pipa debe llevar consigo una factura emitida por el área de venta. Ese documento debe mostrarlo primero al encargado de la puerta de la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR). La factura se la revisa tanto el portero de la puerta principal como el operador de las bombas en las que cada camión hace fila para que se le surta su embarque. Pero con una misma factura el chofer carga varias veces.
3. La tercera modalidad es vía marítima.
El modus operandi es el siguiente lo reveló Newsweek México en una edición pasada donde precisó cómo se opera el robo en el Golfo de México,
donde se precisó que la refinería de Ciudad Madero es el principal centro de abasto de combustible robado vía marítima.
Los buques zarpan de Ciudad del Carmen con destino al puerto de Ciudad Madero, Tamaulipas. La travesía dura entre 60 y 63 horas para cruzar las 460 millas náuticas que hay de puerto a puerto. Los barcos ordeñadores ingresan a puerto entre las 21:00 horas y las 24:00 horas. Al amparo de la noche es que se realizan las maniobras de ordeña con mayor facilidad.
Un atraco u ordeña de combustible vía marítima supone entre seis, siete y hasta ocho días de travesía, dependiendo de las condiciones climatológicas.
En cada viaje ordeñan entre 600,000 y 800,000 litros de combustible, equivalentes a 30 y hasta 40 pipas.
Para encubrir sus ilegales cargas utilizan facturas apócrifas del SAT o clonadas de originales que les son entregadas por áreas contables de Pemex.