“Sueño con un México empático… un lugar en donde la comprensión y la empatía sean la base de todo”: Gerardo Gaya Real
ÁLVARO tiene 9 años y de todos los rasgos que definen su personalidad hay una característica que es distinta a la de muchos otros: tiene autismo. Su padre, Gerardo Gaya Real, está decidido a que su condición sea observada solo como una cualidad que comparte junto con otros 20,000 niños que cada año nacen con autismo.
Cuando diagnosticaron a su hijo, Gerardo buscó organizaciones e instituciones que lo ayudaran a él y a su familia, a comprender lo que pasaba. Se dio cuenta de que existían varias, pero lo hacían “puertas adentro”, es decir, faltaba visibilidad. “No podemos incluir lo que desconocemos porque a partir de la visibilidad podemos provocar un cambio sistemático de fondo. Por más que atendamos a las personas con autismo, si la sociedad no comprende el tema, no sirve de nada. No sirve tener a un niño perfectamente intervenido si no va poder ir a la escuela porque la escuela no sabe que hacer con él”, cuenta Gerardo quien a raíz de estos problemas fundó Iluminemos de Azul, una organización sin fines de lucro que fomenta la inclusión de personas con autismo a través de la visibilización y la concientización.
Iluminemos de Azul ha apoyado a más de 16,000 familias de distintos estados de la república. “La inclusión parte de la familia porque cómo lo van a aceptar en la escuela si tu mismo no lo aceptas dentro de tu contexto familiar o tus amistades”, dice Gerardo quien hace tres meses abrió, junto con su equipo de solo seis personas, una línea de apoyo emocional.
Mexicanos que llevan la Navidad a quienes más lo necesitan
Gerardo ha visto cambios muy importantes en la forma en que se percibe esta condición de vida. “El autismo empieza a formar parte de la conversación y ya no es raro decir que tengo un hijo con autismo. Veo mucho más interés, mucha más visibilidad y sobre todo que cuando dices que tienes un hijo con autismo la gente ya no pone cara de susto”.
Este año, Iluminemos de Azul realiza una posada navideña con un entorno inclusivo. El festejo decembrino será para 50 familias y en ella participarán distintos voluntarios, influencers, niños con autismo y sus familias.
Será una fiesta en la que podrán disfrutar de las tradiciones navideñas sin preocuparse por el entorno. “Es un lugar en donde todos sabemos que no pasa nada si el niño sale corriendo porque el Santa Claus le dio miedo o si decide que no quiere comer lo que hay”, cuenta Gerardo explicando que en esta posada lo especial es el contexto y el entorno.
Las personas que participan en los puestos de comida y juegos están sensibilizadas, entonces no habrá ningún problema si las niñas o niños con autismo avientan las cosas o si no participan. Además, alumnos de universidades como la Iberoamericana y Anáhuac hicieron colectas de juguetes que repartirán en el festejo.
“Sueño con un México empático, un lugar en donde puedas ir a un restaurante y la persona de al lado no te juzgue porque tu hijo se paró o gritó, un lugar en donde la comprensión y la empatía sean la base de todo, porque eso es la inclusión”, concluye Gerardo.
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