“Estamos propiciando un cambio para consolidar una cultura de protección y desarrollo de la niñez”: Mariamar Estrada
LOS NIÑOS trabajan con la maestra de coro y piano, durante tres semanas, para el evento más importante del año: la posada donde también presentan una pastorela.
Desde el 1 de diciembre trabajadores, voluntarios y niños comienzan a adornar las instalaciones de la Fundación Paidi, el hogar de 40 menores que requieren de atención y cuidado especializado.
Esta institución recibe a menores de 4 a 17 años de edad, de la Ciudad de México (CDMX), de otros estados de la República y migrantes centroamericanos; todos los menores que ahí se encuentran provienen de condiciones de pobreza extrema y en algunos casos sus padres están en reclusión, situación de calle o enfrentan procesos por violencia intrafamiliar.
En Paidi consideran que diciembre es para compartir, por ello, las actividades de recaudación se realizan antes, así este mes los infantes tienen tiempo de disfrutar los regalos que llegan para ellos y compartir también parte de lo recaudado por otras fundaciones, comenta Mariamar Estrada, presidenta de la Fundación.
“Paidi es ahora mi familia”, dice *Pedro, un menor de 11 años que, tras una denuncia de explotación laboral, omisión de cuidados y un par de estancias en centros gubernamentales y en una Casa Hogar, llegó a esta fundación en 2017.
En un inicio, Pedro mostraba un comportamiento violento, era poco reflexivo, mostraba carencia de afecto y su nivel académico era bajo. Ahora, a través de un proceso de escucha, un acompañamiento personalizado constante, la inscripción a una escuela particular y, sobre todo, mucho amor, Pedro presenta cambios en su comportamiento y manera de expresarse. Se ha convertido en un ejemplo de solidaridad entre el resto de sus compañeros.
Los objetivos de Paidi son proteger el desarrollo de niñas y niños, así como garantizar una vida digna, de derechos, con amor, inclusión y oportunidades. El trabajo de la organización tiene tres vertientes. Uno en Casas Hogar y redes para el desarrollo humano. Dos, investigación de la problemática social y, tres, incidencia y compromiso social con la niñez a través de un programa de radio semanal, publicaciones y voluntariado.
Mexicanos que llevan la Navidad a quienes más lo necesitan
Los padres de familia que tengan la capacidad, estabilidad económica y emocional pueden pasar el 24 y 25 de diciembre con sus hijos fuera de la fundación y a aquellos menores que se quedan se les garantiza un ambiente familiar.
VIVIR EN PAIDI
Los menores que llegan a la Fundación Paidi, creada por Mariamar Estrada Güitron, lo hacen a través de los sistemas DIF de Ciudad de México, estatales y municipales, de la COMAR (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados), centros de mujeres que viven violencia en la CDMX, organizaciones de la sociedad civil y también por medio de particulares.
El de *Jorge es otro caso de éxito. Él nació en un centro penitenciario y a los 5 años 11 meses y 29 días, tal como dictan las leyes que rigen el sistema penitenciario, tuvo que salir. Su siguiente hogar fue la Fundación Paidi. Después de tres años de trabajo, Jorge que en un inicio presentaba actitudes violentas y habilidades sociales nulas, hoy tiene buenas calificaciones, toma clases de hip-hop y futbol y su desempeño académico es bastante bueno. Su madre continúa en reclusión y Jorge viviendo en la Fundación.
“La mayor satisfacción que tenemos en Paidi es trabajar desde una visión conjunta que no se centra en el asistencialismo. Estamos propiciando un cambio para consolidar una cultura de protección y desarrollo de la niñez”, dice Mariamar Estrada, presidenta de la Fundación.
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* Para la protección de la identidad de los niños, los nombres fueron cambiados.
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Si quieres conocer más sobre esta fundación o apoyarla, su cuenta de Twitter es @paidi_org y su sitio web es www.paidi.org.