En una nueva serie, el actor mexicano interpreta al poderoso narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo. “Humanizar a los personajes no quiere decir justificarlos, pero tampoco enjuiciarlos”, manifiesta.
En su cuarta temporada, la serie Narcos se centra en la guerra contra las drogas en México. Con esta excusa, Diego Luna regresa a la pantalla chica, aunque para él esto es un debut en el universo de las series de televisión. El actor de películas como Y tu mamá también (2001), Rudo y Cursi (2008) y Rogue One: A Star Wars Story (2016) se adentra en el mundo de Netflix interpretando al narcotraficante mexicano Miguel Ángel Félix Gallardo.
El actor mexicano ha formado parte de las protestas en contra de la Ley de Seguridad Interior y por los derechos humanos; también ha protagonizado polémicas en Twitter por defender el derecho a la libertad de expresión y a contar historias de violencia y narcotráfico que azotan a México. Sobre todo, considera el actor, son protestas contra quienes creen que no tocar estos temas hará que desaparezcan. El protagonista de Nicotina (2003) cree que es importante hablar de narcotráfico, y más en un país con una situación como la de México.
“Lo que queda claro es lo importante que es hablar del tema. Yo respeto las opiniones de todos, menos las de aquellos que dicen que lo que hay que hacer es dejar de contar estas historias para hablar de cosas bonitas. Si sales a la calle, casi todo el mundo tiene una historia de cercanía con esta violencia, con esta sensación de inseguridad y de falta de presencia del Estado. Los números son alarmantes, sobrepasan cualquier dictadura en América Latina”, cuenta Diego Luna durante una charla con medios organizada para la presentación de la serie.
El actor fue criticado recientemente por el comisionado general de la Policía Federal, Manelich Castilla, quien escribió en su cuenta de Twitter que coincide con la “relevancia de estudiar la genealogía del narcotráfico; de entender sus causas y efectos. El problema es dotar de virtudes y cualidades al delincuente”.
En la visión de Luna todo es distinto y se nota con el retrato que hizo de este personaje: el capo de la droga más poderoso en la década de 1980, Miguel Ángel Félix Gallardo. Diego sostiene que mientras estudiaba su papel no tuvo contacto con el narcotraficante. “Humanizar a los personajes no quiere decir justificarlos, pero tampoco enjuiciarlos. Yo no puedo enjuiciar al personaje que voy a representar y tengo que entender de dónde vienen sus acciones”, comentó.
Encarnar al líder y fundador del Cártel de Guadalajara (o al menos así lo denominó la Drug Enforcement Administration, DEA) no fue una tarea sencilla para el actor mexicano, pues este es el primer personaje que interpreta con otra perspectiva, en la que trató de no identificarse o encariñarse.
“Este es el primer proyecto en el que no estoy pensando en eso, normalmente piensas: ‘Yo quiero querer a este personaje’ o ‘yo quiero enamorarme de este personaje’. Y en esta ocasión no. En esta ocasión no podía pensar así, y esa fue mi decisión.
“Para que alguien logre lo que él logró, tendría que haber tenido mil matices. Lo describen mucho como un gran empresario, y es que ese cuate debía seguir todos los códigos empresariales que lo hicieron sentarse en la mesa que quiso, y claro, cuando se trataba de aterrorizar, podía aterrorizar, y cuando se trataba de encantar, también debió encantar. Si lees un poquito sobre su vida te darás cuenta de que todo mundo le respondió hasta el final, hasta hoy lo siguen haciendo”, dice.
Las temporadas 1, 2 y 3 de Narcos detonaron el interés de los espectadores más allá de las pantallas de sus computadoras. Desde revisar videos, libros y documentales hasta visitar Medellín y entrar en los narcotours. El abrir la conversación del tema de la guerra contra las drogas en todo el mundo es uno de los logros de esta serie y Diego Luna lo sabe:
“La gente olvida que esta no es una serie que hicimos en México para México. Las dos compañías que llevan esta serie son una francesa (Gaumont) y una estadounidense (Netflix). A mí ellos fueron los que me llamaron a hacer esto. Claro que después se rodean de un equipo en el que hay dos directores mexicanos, un colombiano y un estadounidense, ellos traen distintos puntos de vista. Pero es un proyecto para que se vea en todo el mundo y ese es uno de sus grandes logros: que la mayor cantidad de la gente lo ve con subtítulos porque se ve fuera de América Latina.
“A mí me interesa generar algo en ese público que la va a ver en Alemania o en Inglaterra para que la siguiente vez que se vayan a meter una línea de cocaína piensen en lo que hay detrás; en lo que tuvo que pasar para que esa línea llegara a su cartera”.
Para el actor mexicano, quien participará próximamente en un filme dirigido por Woody Allen, estas narrativas detonan el debate tanto en México como en el mundo y buscan llevar a la reflexión sobre el entorno político. En un país con 38,000 desaparecidos y 16,000 asesinatos (tan solo en 2018), según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Diego Luna piensa que es sumamente importante ver y entender estas historias.
“Es importante entender de dónde venimos para comprender en dónde estamos. No quiero decir que una serie lo pueda hacer sola porque, en efecto, esta serie se toma muchas licencias y dura diez capítulos o diez horas. Lo que se busca es detonar el interés de aquellos que no son sensibles a estos temas, para que lean, estudien, vean los documentales que se han hecho y que se cuestionen cómo es que estamos hoy aquí.
“La clase política es tan culpable como lo son los narcos. Tenemos que ver cómo se coordinaron las policías y el ejército para que esto pudiera pasar. Para que estas historias fueran posibles. Y no solo de este lado de la frontera, del otro lado también. Qué papel juega la DEA y cómo operaba en México, cuando se supone que eso no se podía hacer, y luego descubrir que hay todo un mercado indiferente a las consecuencias de sus actos”, explica el actor, quien se ha metido en muchas polémicas por intentar eliminar el tabú del tema del narcotráfico.
“Yo lo que siento es que es importantísimo aceptar que esta es nuestra realidad y tenemos que entender cómo es que todos estamos involucrados. Simplemente, lo que pasó en esa época aquí no habría pasado si las más altas esferas de poder no se hubieran involucrado profundamente. Si no lo hubieran visto como su negocio esto nunca habría sucedido”, agrega.
Diego Luna ha actuado previamente en la televisión. De niño y adolescente participó en algunas telenovelas mexicanas como El abuelo y yo (1992) y El premio mayor (1995). Sin embargo, no considera que este es un regreso, sino una inmersión en nuevos formatos de la televisión a través de plataformas de streaming, donde incluso se puede profundizar más en las historias que en el cine.
“Esta es una serie que no tiene el ritmo de las telenovelas. Aquí en dos semana hacemos una hora de tiempo. En las telenovelas, cuando yo las hacía, hacíamos una hora y veinte al día. Entonces imagínate la diferencia, en términos de lo que puedes aportar y el nivel de trabajo que puedes hacer. Yo no siento que estoy haciendo esa televisión que algunas vez hice porque estamos haciendo diez horas. Me voy a ir a un extremo: Rogue One la filmamos en siete meses y es una historia de dos horas. Quien no está pensando en desarrollar cosas para estas plataformas ya está pensando en el retiro”, dice, sonriente.
En esta cuarta temporada, Narcos se centra en la conformación y creación del Cártel de Guadalajara que durante la década de 1980, con auspicio del gobierno local y federal, mantuvo el control de varias plazas del trasiego y venta de la droga en México y Estados Unidos. También en las investigaciones de la DEA, que derivaron en el secuestro, tortura y asesinato del agente Enrique Camarena Salazar.
La serie, que se estrenó en Netflix el 16 de noviembre, cuenta también con un elenco internacional conformado por Michael Peña (Enrique Camarena), José María Yazpik (Amado Carrillo Fuentes), Joaquín Cosío (Don Neto), Matt Letscher (James Kuykendall), Tenoch Huerta (Rafael Caro Quintero), Tessa Ia (Sofía Canedo) y Alyssa Díaz (Mika Camarena), entre muchos otros.