Cantidades enormes de metano escapan de un glaciar conectado con el volcán Katla, uno de los más grandes y activos de Islandia.
Un equipo de investigadores ha descubierto que, durante los meses de verano, las aguas de deshielo del glaciar Sólheimajökull liberan hasta 41 toneladas diarias de metano. Publicado en Scientific Reports, su estudio es el primero en demostrar que los glaciares emiten grandes volúmenes de metano.
El metano es un gas de invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono, y está causando creciente inquietud debido a su potencial para contribuir al cambio climático. El metano permanece capturado en el permafrost -el suelo permanentemente helado de las regiones árticas-, pero a medida que aumenta la temperatura global, el permafrost se descongela y suelta metano, gas que contribuye a un mayor calentamiento.
Desde el punto de vista de los modelos de cambio climático, este estudio destaca la importancia localizar y entender las fuentes de metano que no se han reconocido hasta ahora, ya que si el sistema del volcán y glaciar islandés es representativo, este hallazgo podría indicar que existen otros sistemas parecidos que están liberando en la atmósfera cantidades masivas de metano que nadie había contabilizado.
En entrevista con Newsweek, Peter Wynn, autor principal del estudio y catedrático de la Universidad de Lancaster, Reino Unido, informó: “Por lo pronto, esta gran emisión de metano solo se ha observado en el glaciar islandés de Sólheimajökull. Sin embargo, en otras partes del mundo hay volcanes y glaciares que tal vez interactúen de la misma manera y estén liberando metano. Cada vez hay más evidencias de grandes zonas de actividad geotérmica bajo el Antártico y Groenlandia, donde se encuentran los casquetes polares más grandes del mundo, de modo que también allí podría estar produciéndose una gran cantidad de metano”.
A fin de medir las concentraciones de metano, los científicos tomaron muestras de agua de la orilla de un lago que yace frente al glaciar, y determinaron que los niveles del gas eran mucho más altos que en los ríos y sedimentos cercanos. De hecho, detectaron que la concentración más elevada se encontraba en el punto donde un río emerge por debajo del glaciar.
El análisis ulterior les permitió identificar la fuente precisa del metano: la actividad microbiológica en el lecho del glaciar. En condiciones normales, el metano y el oxígeno se combinan al entrar en contacto y forman dióxido de carbono. No obstante, cuando el agua de deshielo de Sólheimajökull llega al lecho del glaciar entra en contacto con los gases del volcán. Esos gases reducen el contenido de oxígeno del agua, y esto permite que el metano producido se disuelva y escape del glaciar.
A decir de los investigadores, el volcán brinda las condiciones necesarias para que los microbios prosperen y liberen metano en el agua de deshielo, mientras que el calor geotérmico hace que el volcán actúe como una incubadora gigante.
Los científicos consideran que, si bien el estudio se centró únicamente en el sistema Sólheimajökull-Katla, hay muchos otros volcanes activos y cubiertos de hielo que podrían producir metano de una forma parecida. Por ello, el equipo pretende emprender una investigación similar en Groenlandia o en el Antártico. “La evidencia de que existen grandes zonas geotérmicas bajo esos casquetes polares sugiere que podría haber una vasta producción de metano”, agregó Wynn. “Y si esos sistemas geotérmicos tienen una conexión hidrológica, la liberación de metano podría ocurrir en una escala incluso mayor que la observada en Sólheimajökull”.
De ser así, y de persistir la tendencia actual del calentamiento global, las consecuencias serían inquietantes. “Si continúa el calentamiento, podríamos enfrentar varios escenarios. El aumento del agua de deshielo, producida en un mundo cada vez más caliente, llegará al lecho del glaciar y podría propiciar una mayor conectividad con las áreas volcánicas y geotérmicas sepultadas bajo el hielo. Un área geotérmica conectada hidrológicamente se traduce en que el metano puede escapar a la atmósfera, en vez de quedar atrapado bajo el hielo”.
“[Otra consecuencia podría ser que] al adelgazarse el hielo se libera la presión de los sistemas volcánicos y geotérmicos que yacen por debajo, lo cual podría incrementar la actividad eruptiva y los flujos de calor . A su vez, esto fomentaría que se genere más metano en el lecho del glaciar. Ahora bien, todo este proceso podría ser autolimitado porque, sin hielo, no hay condiciones para que se produzca metano”.
Aunque no intervino en el estudio, Andri Stefánsson, profesor de geoquímica en la Universidad de Islandia, comentó: “Estos hallazgos aportan información nueva e importante sobre el origen y los flujos de metano en la superficie de la Tierra, así como sobre la producción de este gas en esos sistemas y su trascendencia para la atmósfera”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek