Hace poco, circulaba en Facebook un video que presentaba un segmento del programa “Quite Interesting” (QI), serie cómica de preguntas de la cadena televisiva BBC. El video preguntaba si los aguacates, las almendras, los melones, los kiwis o las calabazas eran alimentos adecuados para los veganos. A decir de QI, la respuesta es: ninguno de ellos.
El cultivo agrícola de esas frutas y verduras -por lo menos, en algunas partes del mundo- suele implicar la apicultura migratoria. Y dado que algunos lugares (por ejemplo, California) no tienen suficientes abejas u otros insectos para polinizar sus extensos almendrales, es necesario transportar colmenas en grandes camiones que van de granja en granja. Muchas veces, las mismas abejas que polinizaron los almendrales de una región de Estados Unidos trabajan en los aguacatales de alguna otra parte, y luego las llevan a visitar sembradíos de girasoles durante el verano.
Los veganos se abstienen de todos los alimentos obtenidos de animales y, debido a la explotación de las abejas, el veganismo estricto también obliga a evitar la miel. Por ello, esta postura podría indicar que los veganos deberían abstenerse de productos como los aguacates, cuyo cultivo supone la explotación de las abejas.
¿Es correcto? ¿Acaso los veganos deben privarse del pan tostado con aguacate?
En defensa de los aguacates
La revelación de que los aguacates podrían no ser “amigables para el veganismo” se antoja un argumento ético vegano llevado al absurdo. Sin embargo, hay quienes defienden esta postura y acusan de hipocresía a los veganos que consumen aguacates (o almendras y demás). Por otra parte, semejante noticia podría hacer que muchos se declaren derrotados ante la imposibilidad de llevar un estilo de vida estrictamente vegano, y terminen por renunciar. Por favor, pásame el foie gras…
Ahora bien, una primera defensa para los veganos es que este dilema solo aplica a ciertos cultivos comerciales producidos en gran escala, y que dependen de la apicultura migratoria. Por lo que tengo entendido, esta práctica es muy rara en países como el Reino Unido, de modo que las calabazas británicas serían adecuadas para los veganos (pese a que no hay garantía de que no fueran polinizadas por abejas de alguna colmena agrícola), mas los aguacates y las almendras de California (incluida casi toda la leche de almendras) tal vez representarían un problema.
¿Las abejas se han vuelto adictas a los pesticidas?
Otra justificación podría apoyarse en la perspectiva personal sobre la condición moral de los insectos. La apicultura comercial ciertamente lesiona o mata a las abejas; y parece que el transporte para polinizar cultivos tiene consecuencias negativas en su salud y expectativa de vida. No obstante, algunos quizá argumenten que las abejas no son capaces de sufrir como los animales, en tanto que otros más tal vez cuestionen si las abejas poseen conciencia propia; es decir, si tienen el deseo de vivir. Y de no tenerlo, no faltarán los filósofos que arguyan que matarlas no les causaría daño (aunque otros, como Gary Francione, discreparán).
Todo depende de tu justificación ética
La actitud general imperante es que tu justificación ética para adoptar el veganismo hará que la apicultura migratoria sea un problema o no.
Algunos se adhieren al consecuencialismo ético para justificar su veganismo, y señalan que su dieta es un medio para evitar actos inmorales. Esto podría fundamentarse en algo como la regla kantiana de no abusar de otro ser sintiente como medio para un fin. O bien, su perspectiva podría estar fincada en los derechos, afirmando que todos los animales (incluidas las abejas) están protegidos por derechos inherentes; y, desde esta postura, cualquier violación de esos derechos es un acto injusto, por lo que el uso de abejas esclavizadas no es éticamente permisible.
Otros veganos prefieren abstenerse de la carne y demás productos animales por consideraciones consecuencialistas: su objetivo es minimizar el sufrimiento y la matanza de animales. Es evidente que este argumento ético plantea un problema en el caso de la apicultura migratoria porque, si bien la cantidad de sufrimiento que experimenta cada abeja podría ser mínimo, dicho sufrimiento se amplifica por la inmensa cantidad de insectos que resultan afectados (31 mil millones de abejas melíferas, solo en los almendrales de California). Y así, el vegano que opta por comer almendras o aguacates no es consecuente con la intención de reducir el sufrimiento animal.
https://newsweekespanol.com/2018/07/electricidad-vegana/
Con todo, una justificación ética distinta (y, tal vez, más práctica) que subyace a la decisión de vivir el veganismo es el deseo de disminuir el sufrimiento y la matanza de animales, así como reducir el impacto ambiental de la producción de alimentos. Por ejemplo, la apicultura migratoria también tiene repercusiones ambientales, debido a que disemina enfermedades y afecta a las poblaciones de abejas melíferas nativas.
Desde ese punto de vista, las opciones dietéticas que disminuyen la explotación animal siguen siendo valiosas, aun cuando impliquen cierta explotación animal. Después de todo, hay que trazar el límite en algún punto. Cuando tomamos decisiones sobre nuestras dietas, debemos encontrar un equilibrio entre el esfuerzo que hacemos y el impacto en nuestras vidas cotidianas. Lo mismo sucede cuando tomamos decisiones sobre la cantidad que debemos donar a la caridad, o el empeño que ponemos en reducir el consumo de agua, energía, y las emisiones de CO2.
Una teoría ética conocida como “suficientarianismo” trata sobre la manera como deben distribuirse los recursos. En pocas palabras, es el concepto de que los recursos deben compartirse de una manera que dista de ser perfectamente equitativa y que, posiblemente, no maximiza la felicidad, pero al menos garantiza que todos tengan un mínimo básico; es decir, lo suficiente. En ese mismo tenor, otro campo de la ética debate la idea de que el objetivo de la crianza de los hijos no es ser un progenitor perfecto (todos fracasamos en ese esfuerzo), sino el de ser un progenitor “suficientemente bueno”.
https://newsweekespanol.com/2018/06/salvar-planeta-dieta-vegana-estudio/
Si aplicamos una postura “suficientaria” parecida a la ética de evitar los productos animales, la finalidad no sería un veganismo absoluto ni un veganismo “al máximo”, sino ser suficientemente veganos (hacer todo el esfuerzo factible para reducir el daño a los animales en beneficio de nuestra dieta). En otras palabras, hablaríamos de una dieta “vegantaria”. Para algunos, semejante dieta podría orillarlos a evitar los aguacates californianos, mientras que otros encontrarían el equilibrio ético personal en un punto distinto. Es más, aceptar y celebrar todas esas variaciones podría abrir el espacio para que más personas adopten o mantengan un estilo de vida vegano.
¿Podrías pasarme el pan tostado y el aguacate?
Dominic Wilkinson es especialista en neonatología y profesor de ética en la Universidad de Oxford.
Este artículo fue tomado de The Conversation bajo licencia de Creative Commons. Lee el original aquí.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek